Edición de Cony Escobar | BBCL

La reservada licitación del Ejército por $84 mil millones que se disputa la industria automotriz

25 agosto 2023 | 06:00

Kaufmann, Salfa y Tata Motors se disputan una jugosa licitación abierta por el Ejército de Chile en el marco de la segunda etapa del denominado proyecto Alfil. A cambio de 98 millones de dólares, la institución castrense busca renovar parte de la flota de vehículos militares. La carrera por hacerse del concurso entró ya a su recta final.

En la recta final está la carrera de la industria automotriz para hacerse con una licitación de 98 millones de dólares abierta por el Ejército de Chile para renovar su flota de camiones.

De acuerdo a información recabada por la Unidad de Investigación de BioBioChile, se trata de un concurso que se tramita en privado por la institución castrense para hacerse de hasta 373 flamantes vehículos. Todo como parte de la segunda etapa del proyecto Alfil, el que se inició durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet.

En concreto, se trata de tres tipos de camiones. El primero de ellos corresponde a máquinas “medianas” para el transporte de carga y personal en su interior. También deben ser capaces de arrastrar una pieza de artillería de 2,4 toneladas. Según las bases tenidas a la vista por este medio, el Ejército busca adquirir entre 158 y 164 de estas unidades.

En la segunda categoría aparecen los camiones “pesados tipo A” para trasladar hasta 20 soldados completamente equipados y materiales de hasta 10 toneladas. En tercer lugar, en tanto, aparecen los “pesados tipo B”, para el transporte de 12 efectivos militares y que permita el traslado de una pieza de artillería de 9,5 toneladas y la instalación de un equipo de comunicaciones. El Ejército espera hacerse de hasta 173 y 36 unidades, respectivamente.

Las concursantes

El concurso abierto a mediados de 2022 -cuyas bases fueron firmadas por el comandante de la División de Adquisiciones de la institución, Jaime Izarnótegui López- despertó el interés en la industria automotriz.

Fuentes conocedores de la materia apuntan a que son tres las empresas que están en competencia: la firma india Tata Motors y las chilenas Salfa y Kaufmann.

Según los mismos consultados, Kaufmann podría correr con ventaja. Esto, ya que fueron ellos quienes se adjudicarón la primera etapa del proyecto Alfil, suministrando esa vez 270 camiones que fueron recibidos personalmente por Bachelet en 2017 en Iquique.

En dicha oportunidad, la institución castrense presentó modelos Unimog, Atego y Zetros. Todos producidos por la firma alemana Mercedes-Benz, marca que por décadas ha provisto de vehículos al Ejército chileno.

Sin ir más lejos, vehículos de esa marca fueron usados como referencia para las imágenes contenidas en las bases del concurso que debiera arrojar resultados en el corto plazo.

Bajo la lupa de Contraloría

Por orden de la Contraloría, los contratos para la segunda etapa del proyecto Alfil se están gestionando vía licitación y no por trato directo como ocurrió en el pasado.

En marzo de 2019, el órgano fiscalizador dictaminó que la adjudicación por esa vía -como ocurrió en la primera fase- no se ajustaba a derecho, pese al argumento de la institución castrense que apuntaba a que por más de 30 años habían trabajado con Mercedes-Benz, lo que favorecía su manutención.

En consecuencia, la Contraloría advirtió que “el Ejército de Chile deberá adoptar las medidas tendientes a que la situación en comento no se reitere en lo sucesivo”.

El pronunciamiento del organismo se produjo luego que la empresa Maco (actualmente Maco Tattersall) recurriera a la entidad tras quedar fuera del trato directo con Kaufmann.

Con todo, en la actualidad Salfa podría ofrecer al Ejército modelos de marcas como Renault, Mack y Chevrolet, mientras que Kaufmann -además de los Mercedes- tiene para proveer camiones Freigthliner y Fuso.

Consultados por este medio, desde Kaufmann indicaron que preferían no pronunciarse al respecto. En tanto, desde Salfa, hasta el cierre de esta publicación, se encontraban evaluando emitir una respuesta.

Por su parte, desde el Ejército de Chile prefirieron mantener el hermetismo y negaron la entrega de detalles sobre el contexto en que se enmarca la licitación. Indicaron que si se querían conocer más antecedentes, era necesario hacer una solicitud por transparencia para esos efectos.