“Reconoce los hechos, pero haría la corrección que la historia de su lucha no es falsa (…) ni tampoco basó su campaña sobre una lucha inexistente, porque la lucha por una salud digna siempre ha estado presente”.
Ese es un extracto de la declaración que entregó el constituyente Rodrigo Rojas Vade ante el Comité de Ética del organismo. Lo hizo el pasado 22 de febrero ante Macarena Rebolledo, la fiscal de la instancia, que finalmente resolvió imponer al convencional “la devolución al Estado de Chile” de todos los ingresos por los días en que no trabajó en el órgano.
La denuncia originalmente fue ingresada el 9 de febrero por su colega, Eduardo Cretton Rebolledo (UDI). La resolución fue clara en su extensión: “Teniendo especialmente presente que el daño causado a la Convención Constitucional, al Estado de Chile y a la credibilidad pública es de tal envergadura que requiere una reparación congruente y satisfactoria”.
Y no es para menos: luego de meses de silencio mediático, Vade avisó su regreso a la Convención en un correo a la Mesa directiva la madrugada del lunes 28 de febrero. Pero llama la atención que días antes de eso ya había declarado ante la fiscal de Ética.
17 hospitalizaciones
De hecho, en su relato, Vade defendió lo que él denominó ‘su lucha’, afirmó que esta ‘no es falsa’ y que recibió el apoyo de diversas organizaciones sociales tras destaparse su verdadera condición de salud.
“El denunciado, al ser personalmente interrogado señaló, en términos resumidos que ‘reconoce los hechos, pero haría la corrección que la historia de su lucha no es falsa’, versa el escrito.
“Efectivamente mintió sobre el diagnóstico pero no sobre su estado de salud, ni tampoco basó su campaña sobre una lucha inexistente, porque la lucha por una salud digna siempre ha estado presente, lo ha demostrado con los registros de las 17 hospitalizaciones que ha tenido en los últimos 7 años”, agrega.
¿Y por qué no presentó más licencias? Sencillamente no quiso. “Es efectivo que presentó solo una licencia a la convención constitucional por 15 días y no quiso seguir presentando licencias”, constata el documento.
Así también, Vade testificó que “ha recibido su remuneración durante
todo el período no trabajado ni justificado, (…) que no está dentro de sus facultades poder recibir el sueldo (sic), y tampoco existe el mecanismo para su devolución. Está llano a alguna forma de reparación”.
¿Y la renuncia?
Requerido de por qué no presentó su renuncia, respondió que se debía a que no existía el mecanismo, y que sólo lo haría si es que se busca una fórmula para ser reemplazado.
En la instancia también le consultaron si es que “volvería a la Convención”, a lo que contestó que “lo ha pensado, pero no tiene una resolución tomada”.
De todos modos, sentenció que “ha visto el apoyo que ha recibido de organizaciones sociales y gente del distrito, de muchos de ellos que dieron su voto no por el diagnóstico sino por los actos de lucha que llevó en un año en la calle, como ellos, como un manifestante más, puesto que apoyaron el proyecto político que defendió a cabalidad mientras duró el proceso”.
Cabe destacar que, si bien es materia de debate, según fuentes de La Radio, Rojas Vade no está obligado de ninguna manera a acatar este fallo, dado que su sueldo está asegurado por la actual Constitución Política de la República.
En tanto, fuentes cercanas señalan que Rojas Vade ofreció donar todo su sueldo o devolver el que no donó, pero finalmente acordaron con el Comité de Ética que se devolviera la totalidad de los ingresos.
Según pudo confirmar este medio, Rojas Vade recibió remuneraciones por septiembre, octubre, noviembre, diciembre y enero. Cinco meses sin trabajar, que constituyen la suma de poco más de 12 millones de pesos, considerando el sueldo bruto de 50 UTM menos el impuesto único de segunda categoría.
Más aún: fuentes de la Secretaría General de la Presidencia confirmaron que se le pagará su sueldo del mes de febrero este 3 de marzo: poco más de $2.600.000 líquidos. La orden de pago ya fue emitida. En total, el monto supera los 14 millones de pesos.