La Contraloría General de la República (CGR) dio un tirón de orejas al ministro de Educación, Raúl Figueroa, por valerse de su cargo en plena campaña presidencial para apoyar al candidato de la derecha, José Antonio Kast.
Fue en una entrevista concedida a La Tercera poco después de la primera vuelta que el titular del Mineduc explicitó su apoyo al representante del Frente Social Cristiano.
“El gobierno no puede ser neutral ante los principios que están en juego (…) Kast representa un ideario de mayor libertad”, fue la frase que espetó el ministro de cara al balotaje.
A Contraloría
Sus dichos encendieron los ánimos en la oposición. Algunos pidieron su salida y otros, como los diputados Esteban Velásquez (FRVS) y Gabriel Silber (DC), lo denunciaron ante la Contraloría, organismo que esta semana emitió su dictamen.
En él, el organismo fiscalizador llamó a Figueroa en lo sucesivo a abstenerse de “emitir declaraciones u opiniones” de similares características.
El documento, firmado por el contralor general de la República, Jorge Bermúdez, detalla que si bien en la entrevista concedida se abordaron materias que son propias del ministerio que dirige, “las opiniones expresadas tuvieron por objeto favorecer a una de las candidaturas en el contexto de una campaña electoral, utilizando precisamente para ello dichas temáticas, indicando que una de las tendencias políticas garantizaba de mejor forma los derechos ya mencionados”.
Lea el dictamen
Se valió de su cargo
En esa línea, el ente de control afirma que “las opiniones vertidas por el señor Figueroa Salas, en su calidad de ministro de Educación, no resultaron necesarias para dar cumplimiento a alguna de las funciones públicas que atañen a su repartición, ni tuvieron por finalidad referirse a una determinada política pública sobre la materia”.
“Por el contrario, lo que hizo a través de dichas apreciaciones subjetivas, consistió en emplear el ámbito de acción que le compete en dicho rol, en favor de una de las tendencias políticas que participarían en las elecciones presidenciales”, añade.
Y sentencia: “Por lo tanto, es posible afirmar que el ministro de Educación se valió de su cargo para un fin ajeno a las atribuciones que la normativa que regula la materia le otorga, cual es favorecer a una candidatura presidencial en época de campaña -declarando, incluso, que el Gobierno en su totalidad debía actuar en esos términos-, lo que configuró una infracción a los deberes de juridicidad, prescindencia política y no intervención que le corresponde observar”.
“En consecuencia, procede que el ministro de Educación, en lo sucesivo, se abstenga de emitir declaraciones u opiniones con las características antes puntualizadas, a fin de evitar una situación como la analizada”, cierra el escrito.