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Otra vez Carlos Parada. El liquidador volvió al ojo del huracán, luego de tener que pasar por prisión preventiva tras protagonizar el escándalo en la Universidad del Pacífico. Esta vez, la superintendencia solicitó su remoción del Caso Chang, al constatar millonarias irregularidades en su gestión. Cuentas en paraísos fiscales, departamentos en las principales capitales del mundo, autos de lujo y el deseo de Alberto Chang por convertirse en astronauta confluyen en esta historia, en la que una vez más los únicos perjudicados son los acreedores del empresario sindicado como el principal estafador piramidal de Chile.
La Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento (Superir) solicitó la remoción del liquidador en el Caso Chang, Carlos Parada Abate. Esto, luego de descubrir cuantiosas irregularidades en el manejo de los fondos de la reorganización del empresario chileno acusado por estafa, lavado de activos e infracción a la Ley de Bancos.
Según consta en el documento presentado ante el 15º Juzgado Civil de Santiago -al cual tuvo acceso la Unidad de Investigación de BioBioChile- el organismo fiscalizador apunta a Parada por administración negligente respecto a los bienes incautados en el procedimiento.
En simple, se desconoce el destino de millonarios fondos provenientes del remate de las propiedades de Chang en Chile y el extranjero, lo que hace levantar las sospechas en contra del profesional, quien incluso debió pasar por prisión preventiva tras protagonizar un escándalo similar en la liquidación de la Universidad del Pacífico.
Cuentas en paraísos fiscales, departamentos en las principales capitales del mundo y el deseo de Chang por convertirse en astronauta forman parte de la historia que tiene a Parada nuevamente en el ojo del huracán. Su abogado, Juan Carlos Leva, alega que no existen acreedores que hayan reclamado en contra de la gestión de su representado. Todo se trata sólo de falta de información, reclama.
El Porsche y los departamentos en Vitacura
De acuerdo al escrito patrocinado por el superintendente Hugo Sánchez Ramírez, las irregularidades comenzaron con la incautación de seis automóviles que pertenecían a la Sociedad Alberto Chang SpA.
Se trata de un Porsche, un Skoda, un Mercedes Benz, un BMW y un Aston Martin, los cuales fueron rematados el 7 de septiembre de 2017 por más de 304 millones de pesos.
Pero hay algo que a la Superir no le cuadra: sólo pudo constatar que a manos de los acreedores de Chang apenas se ingresaron poco más de $147 millones. Del resto del dinero, poco y nada se sabe, sólo que la totalidad de los fondos fueron cobrados por el propio Parada.
Hay más. El 31 de enero de 2018 se remató una serie de inmuebles incautados a Chang. Entre ellos se cuentan departamentos, plazas de estacionamiento y bodegas, todos emplazados en Vitacura. Mediante dicho proceso se obtuvieron otros $967 millones.
No obstante, la Superir -al igual que con los vehículos- detectó que únicamente se ingresaron al concurso $56,5 millones. El organismo pidió explicaciones a Parada por el destino de los fondos obtenidos en el remate. Pese a esto, hasta la fecha, el liquidador no ha dado respuesta.
Como consecuencia, existe desconocimiento sobre los ingresos totales que percibieron los acreedores a consecuencia de la venta de los bienes que pertenecían a la Sociedad Alberto Chang SpA, así como respecto al resultado de la liquidación de ésta.
Los cuestionamientos de la superintendencia continúan. En su fiscalización estableció que Parada no pidió la revocación de la transferencia de un departamento realizada por Chang antes de que su caso explotara.
El traspaso lo hizo el propio empresario a una mujer identificada como Ruby Paz Fuentes. De ahí que se le instruyera a Parada informar las razones por las cuales no se interpusieron acciones revocatorias respecto a la transferencia, precisamente en el periodo en el que aún se podía hacer.
Parada -se lee en el documento- debió “ejercer acciones para obtener el reintegro de dicho bien en caso de que fuere procedente o, al menos, informar y someter a decisión al respecto a la junta de acreedores”. Eso, en este caso, no ocurrió.
En el documento se detalla que aún cuando dicho inmueble figuraría dentro del patrimonio de la Sociedad Alberto Chang SpA, no se entregaron mayores antecedentes al respecto. Debido a esto, desde la Superir remarcan que hubo un actuar negligente por parte de Parada.
Aseguran que omitió información respecto a la totalidad de los bienes de Chang, así como de la realización de gestiones tendientes para obtener el mayor reintegro a la masa.
Pagos injustificados
Suma y sigue. Otra de las aristas de lo descubierto tiene relación con pagos injustificados. Un ejemplo es lo ocurrido tras la contratación -acordada en la Junta Extraordinaria de Acreedores del 2 de agosto de 2017- del abogado Alejandro Espina Gutiérrez. El objetivo era ejercer trámites de revocación respecto de uno de los departamentos ubicado en Vitacura.
Para esto, los acreedores fijaron sus honorarios en 200 UF, más el 10% del beneficio obtenido por la acción deducida. No obstante, tras revisar su contrato, se detectó que Parada consignó que los honorarios serían de 224 UF. Es decir, 24 UF más de lo debido, más de 700 mil pesos en exceso.
Esto llevó a que la Superir solicitara a Parada la razón de haber acordado con dicha contratación una suma no aprobada por la junta de acreedores, debiendo restituir la diferencia observada, debidamente actualizada.
“No obstante, a la fecha, el liquidador no ha dado respuesta a las instrucciones, así como no existe constancia de que hubiere restituido a la masa el monto pagado en exceso”, detalla la Superintendencia.
Las Islas Vírgenes y ¿Chang astronauta?
Chang, en su patrimonio, mantenía bienes no sólo en Chile sino que también en otros países. En su calidad de liquidador, Parada fue autorizado en julio de 2017 para actuar en las jurisdicciones de Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Islas Vírgenes Británicas, China, Irlanda del Norte, Malta, Luxemburgo, Suiza, Islas de Man, Jersey y Singapur.
El problema, una vez más, es que no existen respaldos de las operaciones realizadas en el extranjero. Así, no hay registros de cómo, a quién, ni a cuánto tranzó las propiedades de Chang.
“Con posterioridad a ello, solo consta la remisión de una presentación de las gestiones realizadas en el extranjero”, precisa la Superir, agregando que sin embargo, “en ella no se detallan los gastos ni ingresos, así como no se acompañó ningún documento respaldatorio”.
Aquí aparecen obras de artes, departamentos, cuentas bancarias e incluso la recuperación de un depósito que Chang dio para convertirse en astronauta.
Se trata de una reserva por más de 194 mil dólares (unos 190 millones de pesos chilenos a cambio actual) entregada a Virgin Galactic, empresa de viajes espaciales fundada por Richard Branson. Este último, un empresario espacial que viajó hacia el espacio a bordo de una nave espacial VSS Unity, construida por su propia compañía.
Con este lanzamiento, el magnate abrió la puerta para futuros viajes espaciales pensados para los turistas más acomodados. Entre ellos, se desprende del escrito de la superintendencia, se encontraba Chang.
Otra de las irregularidades detectadas por la Superir tiene relación con la relación familiar que que el liquidador tiene con algunos de los acreedores.
Según consta en el documento, se trata de Enrique Comellas Tarifa, Vanessa Gil Nigoevic, Vladna Gil Nigoevic y Natasha Gil Nigoevic, quienes son cuñados de Parada, por lo que se encuentran en la calidad de colaterales por afinidad en segundo grado.
En simple, un conflicto de interés que no fue informado por Parada. En relación con lo anterior, el organismo indica que el apuntado debió hacer presente su relación con los acreedores de Chang, “toda vez que pudo haber tenido conocimiento que sus familiares tenían acreencias con la empresa deudora, considerando que la liquidación de ONIX Capital, principal obligada, se encontraba en procedimiento de liquidación con anterioridad al inicio del presente procedimiento”.
Debido a la alta connotación pública que ha tenido el caso, reclama la Superir, es prácticamente imposible alegar el desconocimiento de que un familiar tuviere acreencias en su contra.
Honorarios extra
Por si fuera poco, otro de los aspectos que está en la mira de la Superir tiene relación con los honorarios del propio Parada. Mediante un oficio del 6 de noviembre de 2018, se detectó que el liquidador recibió 7.388,15 UF como remuneraciones, lo que al 2 de octubre de dicho año equivalía a más de $202 millones.
El problema es que según lo calculado por la Superintendencia, el honorario para Parada debía ser de 5.949,06 UF, equivalentes a $162 millones. Es decir, hubo un exceso de honorarios de 1.439,09 UF, equivalentes a más de $39 millones. Negocio redondo.
Debido a esto, se le instruyó a Parada que informara a la Superir sobre lo ocurrido, restituyendo a su vez la diferencia en el pago. No obstante, y tal como ocurrió en el resto de las irregularidades, hasta la fecha no ha informado con documentación ni tampoco ha rectificado lo observado.
En conversación con BioBioChile, Juan Carlos Leva, abogado de Carlos Parada, alega que no existen acreedores que hayan reclamado en contra de la gestión de su representado.
“De hecho, esta gestión le genera un tremendo perjuicio a los acreedores por tener que partir con un liquidador desde cero. Es una pelea que en el fondo ha tenido Carlos Parada con la Superintendencia”, asevera.
Y agrega: “Si ves los cargos que se le imputan, son cargos de falta de información, de que le pidieron el oficio y no lo contestó en tiempo. Se fueron acumulando y generaron este incidente, pero no es una materia que esté ejecutoriada ni mucho menos”.
Junto con descartar irregularidades, Leva remarcó que los acreedores han respaldado la gestión de Parada.
“Está suspendido mientras se tramita este incidente. Pero para que se resuelva esto, va a pasar un tiempo importante. En el intertanto, las gestiones las debe llevar a cabo el liquidador suplente”, dice.
“Eso es lo que se está reclamando por el perjuicio que da a los acreedores el partir con alguien que no tiene idea en lo que estábamos, en un tema que estaba súper avanzado. Por eso te digo que no hay acreedores que hayan impulsado esto, esto nace de la Superintendencia y no de los acreedores. Es un tema de supervigilancia, no es que los acreedores, en el contexto del juicio, hayan reclamado”, plantea.