Narco extorsión: el móvil del 44% de los secuestros del primer trimestre de 2022 en la RM

En febrero de este año un ciudadano colombiano fue secuestrado en Santiago. A través de mensajes por la aplicación Whatsapp, desde el teléfono de la víctima, la familia se enteró de lo que estaba ocurriendo y decidió hacer la denuncia.

Casi 12 horas fueron las que estuvo en cautiverio y gracias a la ayuda de la Brigada de Investigaciones Policiales (BIPE) Metropolitana de la Policía de Investigaciones (PDI) fue dejado en libertad.

Son “bandas de extranjeros que buscan víctimas en la misma condición migratoria de ellos. Piensan que no van a denunciar el hecho pero son las familias las que lo hace”, explica el jefe de la BIPE Metropolitana, el subprefecto Hassel Barrientos.

Según las cifras son nueve los secuestros que han logrado ser identificados por BIPE Metropolitana. El 44,4% de estos tienen un móvil claro: narco extorsión.

“El narco extorsivo es el móvil de cuatro de los que están verificados y los otros son secuestros por otros fines. Que son, igual de extorsivos pero con fines de conseguir dinero a cambio de la liberación de las víctimas. Se ha dado mucho en contexto de víctimas extranjeras”, indica Hassel Barrientos, jefe de la BIPE Metropolitana.

Pero ¿estamos frente a un nuevo fenómeno? Según Hassel “es algo que se mantiene en el tiempo”. Explica que “siempre ha sido el motivo predominante en secuestro que hemos trabajado y estudiado acá en Chile”. Y que “está ligado a bandas criminales de narcotráfico que suelen secuestrar entre distintas bandas. Secuestran a un integrante, a un familiar, a fin de exigir dinero o droga y hacer presión respecto de un territorio determinado”.

Aumento de denuncias

Lo que sí llama la atención en la BIPE es el aumento en el número de denuncias. Al comparar las cifras con el 2021 aumentaron en un 36%. En las mismas fechas, se da cuenta de un alza de 25 denuncias a 34.

Pero de todas las concurrencias que ha tenido que atender la BIPE solo nueve se han podido identificar como secuestro. Tres menos que las 12 que se registraron en 2021.

El jefe de la BIPE puntualiza que “hemos visto esta diferencia en comparación al año pasado de mayor índice de denuncia en comparación al real de los secuestros establecidos”.

El subprefecto señala que la explicación es simple: “Tiene mucho que ver con otro tipo de delito que se suele confundir con un secuestro real, va más dirigido quizá al secuestro en contexto de estafa telefónica. Muchas veces la gente piensa que está un familiar o alguien secuestrado por los mensajes extorsivos que han recibido, pero resulta ser una estafa telefónica”.

Comenta que incluso hay casos que han sido “falsos secuestros de personas que han estado fuera de sus casas por algún tiempo” y que “posteriormente establecimos nosotros a través de la investigación que no corresponde a un secuestro real si no que fue una forma de poder, la supuesta víctima, justificar su salida de su domicilio por un lapsus de tiempo. Ya sea un día, dos días o horas”.

Temor en la ciudadanía

Para Barrientos, hay un punto importante para analizar y es que las personas “están un poco temerosas de la información que llega de todos lados, de bandas extranjeras”. Advierte que esto “hace que las personas piensen que están situados frente a delitos más graves”.

Al mismo tiempo establece que al ser uno de los delitos más graves “muchos se aseguran y concurren a hacer denuncias por secuestro cuando a veces están enfrentados a otros delitos”. Pero lo positivo para él es que “no hemos visto un aumento significativo en cuanto al secuestro real”.