“Hoy quisiéramos comenzar anunciando la suma urgencia de este proyecto, el proyecto de ley de indulto o amnistía como se le ha llamado, que para nosotros es importante en materia de Derechos Humanos y de poder (…) cerrar o de alguna manera revisar y ojalá sanar ciertas heridas que dejó el estallido social en nuestra sociedad”, dijo el ministro de la Secretaría General de la Presidencia, Giorgio Jackson el lunes en la tarde.
Esa fue la frase que dio inicio al segundo conflicto del gobierno en sus primeras semanas, aunque esta vez fue un problema más bien interno, de “falta de comunicación” como expresan cercanos a La Moneda.
La molestia de los parlamentarios fue clara: se realizó un anuncio importante sin conversar ni avisar a los partidos miembros de las dos coaliciones, Apruebo Dignidad y del Socialismo Democrático. Pocas horas antes se había realizado el comité político con los representantes de los partidos y, según fuentes de La Radio, no se les avisó de lo que sucedería horas después.
Pero tampoco existieron llamados al Congreso para “tantear el terreno”. Aunque la gran mayoría de los parlamentarios que apoyan al Presidente Gabriel Boric coinciden en que el mandatario contará con los votos de ellos para aprobar el proyecto, no les gustó el modo en que se dio a conocer la noticia.
El diputado de Acción Humanista, Tomás Hirsch, quien participa activamente en los comité políticos de los lunes reconoce que “hay cuestiones que corregir”, que ya se lo han planteado al gobierno y utilizó como ejemplo el caso del ministro Jackson: “Necesitamos tener mucha más y mejor coordinación entre el gobierno y el Congreso. Nosotros queremos colaborar de buena manera al desarrollo y al buen avance del gobierno pero para eso necesitamos mucho diálogo y eso implica conocer con anticipación cuales son los planes de gobierno, si le va a poner urgencia a un proyecto, si va a renovar el Estado de Emergencia en el norte, si va a realizar alguna acción de otro tipo. Es importante conocerlo, saberlo y de ese modo trabajarlo juntos”.
Desde el Partido Socialista (PS), el senador Juan Luis Castro, explicó que para él “fue precipitado el anuncio del ministro Jackson de una agenda que no ha sido trabajada como es la ley de amnistía”. Agregó que esto “requiere afinamiento y posicionamiento en la realidad de lo que está pasando en la agenda política para que el gobierno tenga un engranaje mejor de lo que ha tenido en estos 10 días. Eso para nosotros es clave que ocurra porque queremos el éxito del gobierno”.
En la misma línea su par independiente pro Partido Por la Democracia, Pedro Araya, señaló que tuvieron “episodios bastante desafortunados con el ministro Jackson sobre todo por la colocación de urgencia a ciertos proyectos que son extremadamente sensibles, sin que hubiera realizado un trabajo prelegislativo”.
Y que a él le “llamó la atención porque en el caso del ministro de la Segpres, el ministro Jackson, él fue diputado, entonces sabe perfectamente cómo funciona el Congreso. No se trata de un ministro que llegó desde la calle a relacionarse con el Congreso”.
Primeros días de gobierno
Intensos, de rodaje, con improvisaciones, con señales importantes y con muchas lecciones que aprender son algunas de las palabras o frases que se utilizan para referirse a los primeros días de Gabriel Boric en La Moneda.
Sin duda el viaje a La Araucanía de la ministra Izkia Siches marcó la primera semana, comentan cercanos al gobierno, pero al mismo tiempo dentro del Ejecutivo fue un viaje “positivamente” evaluado por la recepción que existió de la ciudadanía de este. Aceptan -internamente- que aunque la ministra supo las dificultades que se podría enfrentar debieron haber tomado mayores precauciones al momento de visitar la zona.
“Como nos dijo en un momento la ministra del Interior Izkia Siches, en algún minuto parecían dos años en vez de dos días. Creo que con eso sintetizaba muy bien”, dijo Hirsch y enfatizó en que “se han dado señales importantes no solo de los ministros sino del gobierno en general, como que en la primera semana se cumpla el compromiso de firmar el acuerdo de Escazú creo que fue muy relevante. Y que a los dos días la ministra del Interior vaya a La Araucanía, más allá de las dificultades, más allá de las revisiones que se pueden hacer respecto de la planificación, coordinación, creo que es una señal muy potente”.
Hirsch defiende a Siches: “Muestra a una ministra del Interior que toma decisiones, que quiere apuntar a los problemas, que quiere las respuestas y eso es tremendamente destacable”.
Para el senador Castro los primeros días “han sido complejos porque no ha habido suficiente coordinación para emprender las acciones públicas que el gobierno quiere de buena fe hacer como fue el episodio en La Araucanía. Fue innecesario pelear con la iglesia católica por el cura Berríos, estuvo demás haber criticado al rey de España cuando no había sido de él la culpa el atraso en la ceremonia”.
Y enfatizó que “ha habido improvisación, ha habido voluntarismo más que realismo en el escenario de las cosas como en el tema de la Araucanía”.
Siches sin parachoques
Pese a la defensa de Hirsch, es un secreto a voces que la jefa del Gabinete de Boric no tiene una relación fluida con su par de la Segpres. Incluso algunos apuntan que la tensión viene del día después de la primera vuelta en que la médica llegó al comando con total poder, lo que habría incomodado a Jackson, especialmente porque Siches tomó el control de los temas que efectivamente la ciudadanía quería escuchar y no el “romanticismo” que inspiró al NAU en la UC en su momento, y que hoy está plasmado en el relato de Revolución Democrática.
Es más, por eso algunos advierten que pese a la inteligencia y pragmatismo que siempre han caracterizado a Izkia Siches, en esta oportunidad tiene una debilidad: sin respaldo político partidista, es decir, no tiene un parachoques que le ataje los golpes o el fuego amigo.
Ejemplo de la soledad de Siches, explican fuentes ligadas al segundo piso del Palacio, está en que “el mismo día en que arrancaba de los disparos en las cercanías de Temucuicui, militantes del Partido Comunistas apretaban el gatillo de las palabras para torpedear de forma impresionante”. Incluso los conocedores del tema sostienen que la ministra se enteró saliendo de Ercilla rumbo a Temuco de las declaraciones de la diputada Carol Kariola, en que sostuvo que “no hay que pecar de confiados, acá hubo evidentemente situaciones que no se previeron”, lo que no fue más que un duro cuestionamiento a los dichos de la propia Siches.
Similar situación ha ocurrido en las reuniones políticas. “Siches está sola, no tiene una colectividad que la defienda, apoye o simplemente muestre los dientes por ella”, sostuvo un cercano a Boric. La misma fuente, que reconoce que hablar al micrófono sobre esto podría tener costos internos, explicó que el Presidente sabe la realidad que enfrenta Siches -políticamente hablando – y por eso sabe que tendrá que ser él el que ponga su capital político para respaldarla. Sin embargo, también saben que el fenómeno Bachelet-Peñailillo podría ocurrir ante una crisis mayor.
Cerro Castillo
“Se fortaleció un relato común como gobierno” fue la frase que más se repitió internamente entre los participantes del cónclave que se llevó a cabo en Cerro Castillo el viernes en la mañana.
Y también que el comité político conformado por Izkia Siches (Interior), Mario Marcel (Hacienda), Camila Vallejo (Segegob), Giorgio Jackson (Segpres) y Antonia Orellana (Mujer) se fortaleció, se generó confianza y sobre todo porque existió autocrítica por parte del gobierno hacia los parlamentarios, lo que “fue bien honesto”, comentaron participantes a La Radio.
Los discursos desde los partidos fueron destacados dentro de la jornada, explicaron las mismas fuentes. Primero el del presidente del Senado y del PS, Álvaro Elizalde, el que habló de la estrategia conjunta y de empezar a discutir política y estratégicamente como querían vivir el periodo histórico del cuál iban a ser parte.
También la senadora del Partido Comunista (PC), Claudia Pascual, la que dijo una frase que recibió aplausos: “El individualismo en política es neoliberalismo”, dirigido a todos aquellos que quieren actuar para sus propios beneficios.
Y la del senador del PPD, Jaime Quintana, quién indicó que es importante y necesario avanzar para conformar una coalición.
En cuanto al quinto retiro, fue tratado por algunos parlamentarios pero más en profundidad en la mesa que participaron los ministros y parlamentarios relacionados al tema, donde los miembros del gabinete se habrían comprometido a presentar otros proyectos y otras alternativas como el sueldo mínimo, que podría ser anunciado la próxima semana y algo relacionado a la reinserción laboral de las mujeres, entre otros.
Según conocedores del tema, otro punto que fue valorado fue que el ministro Jackson realizó distintos gestos para distender el ambiente y poder conversar con los parlamentarios. También que tuvo un menor rol dentro del cónclave y que cuando hizo su intervención fue muy tranquila y se llegó a un consenso de que hay que sacar el programa adelante pero con una mejor comunicación.
La diputada del PC, Alejandra Placencia, valoró la instancia porque demostró que “hay una voluntad de diálogo y de trabajo colaborativo, poder avanzar en un trabajo prelegislativo, poniendo énfasis en algunas iniciativas del gobierno que hoy fueron presentadas como prioridades”.
Con respecto al actuar del ministro Jackson durante la semana y en Cerro Castillo dijo que “tenemos que encontrar la mejor manera para ir avanzando en un método de trabajo permanente que nos permita cumplir esos objetivos. Al final el objetivo fundamental es que podamos mejorar las condiciones de la mayoría que habita en nuestro país”. Al mismo tiempo envió un mensaje a aquellos que les sorprendió la urgencia en la ley de amnistía: “Me parece que para quien se haya sorprendido haya sido una grata sorpresa porque eso era parte de los compromisos que existían desde antes. El mismo Presidente, el ministro Segpres se habían reunido con familiares de los presos y presas de la revuelta”.
Para su par de Convergencia Social, Diego Ibáñez, la reunión fue “una jornada de trabajo muy productiva para dar un espacio para perfilar las reformas que se vienen” y que instancias como estas “construyen unidad, generan cohesión, sentido de pertenencia con un gobierno que tiene que construir mayorías en la diferencia”.