Las 100 interacciones con su teléfono el día de los hechos que sepultaron estrategia de Monsalve

Las 100 interacciones con su teléfono el día de los hechos que sepultaron estrategia de Monsalve

Felipe Díaz Montero

Periodista de Investigación en BioBioChile. Colaborador en el área de Prensa

Miércoles 02 abril de 2025 | 16:39
Investigación

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Archivo (2024) Agencia UNO | Edición de Cony Escobar (BBCL)

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Usó Spotify, Signal y la cámara de su teléfono durante la madrugada en que ocurrieron los hechos. Un informe policial sepultó la estrategia de la defensa de Manuel Monsalve y el subsecretario continuará —por ahora— tras las rejas en el marco del proceso judicial en el que figura imputado por violación.

Un nuevo informe policial terminó sepultando las aspiraciones del exsubsecretario del Interior, Manuel Monsalve, quien buscaba una rebaja en las medias cautelares que pesan en su contra en la causa por violación, mismas que lo mantienen privado de libertad en Capitán Yáber.

El documento elaborado por la PDI y presentado en la audiencia por el fiscal Centro Norte, Francisco Jacir, apunta a un uso intensivo de su teléfono en horas anteriores a la comisión del delito que se le imputa.

Esto último, según se desprende de la resolución del Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, terminó por sepultar la estrategia de la defensa de Monsalve —encabezada por el defensor penal público jefe de Santiago, Víctor Providel Labarca— que buscaba convencer al tribunal de que su representado estuvo en un estado de privación de conciencia tras la cena en el restaurant peruano que antecedió la ida al hotel de imputado y víctima.

En efecto, después de una audiencia que se extendió por dos jornadas, la jueza Carla Capello Valle resolvió mantener tras las rejas al otrora hombre fuerte del Gobierno, quien se alista para enfrentar la parte final del proceso penal en su contra, incluido el eventual juicio oral.

La estrategia de Monsalve

Entre los elementos para solicitar una cautelar menos gravosa para Monsalve, además del tiempo transcurrido en la sombra de la cárcel, la Defensoría Penal Pública expuso ante el tribunal las tres declaraciones del imputado e informes sobre su arraigo social y familiar que —a criterio del defensor— eran garantía de que su representado continuaría respondiendo a la justicia sin la necesidad de continuar recluido en Capitán Yáber.

Asimismo, la defensa presentó partes de las declaraciones de Monsalve en las que este manifiesta que él, al igual que como lo señaló la denunciante, no recordaba nada de la situación ocurrida entre la tarde-noche del 22 y la madrugada del 23 de septiembre de 2024.

También, el defensor cuestionó las pruebas con las que el Ministerio Público acreditó la violación, apuntando por un lado a que el informe médico legal no es concluyente respeto de algunos actos físicos específicos, sumado a la escasa muestra periciada para el informe de genética forense, planteando la hipótesis de una eventual contaminación cruzada.

Con todo, plantearon que Monsalve jamás tuvo el control de la situación, exponiendo nuevamente los videos de imputado y denunciante circulando por la calle, afirmando que ambos mantenían una relación afectiva recíproca.

Las 100 interacciones de Monsalve

Por su parte, la fiscalía planteó que las declaraciones de Monsalve no aportaban nuevos antecedentes, subrayando en respuesta a los cuestionamientos al informe forense, la existencia de una nota explicativa de parte de la perito a cargo que da cuenta de las dificultades que hubo para tomar la muestra, pero indicando que el resultado es irrefutable. O sea, que los restos biológicos levantados corresponden al imputado.

Un punto que terminó siendo clave fue el uso que le dio a su teléfono el exsubsecretario entre la noche del domingo y la madrugada del lunes cuando se materializaron los hechos.

En efecto, según se desprende del informe policial de la PDI, el médico de profesión interactuó cerca de 100 veces con el dispositivo. ¿Qué hizo? De acuerdo con el citado documento, Monsalve estuvo utilizando Spotify, presumiblemente para escuchar música, y también ingresó a Signal, la aplicación de mensajería y llamadas cifradas de extremo a extremo.

Por si fuera poco, según informó la PDI, Monsalve utilizó —entre las 00:45 horas y las 01:18 horas del lunes 23 de septiembre— en dos oportunidades la cámara de su teléfono. ¿Qué fotografió o grabó? Por ahora sigue siendo un misterio, pero es “materia de investigación”, explicó el fiscal Jacir.

Todo eso, a juicio del persecutor, “imposibilita de que el imputado no hubiese tenido conciencia”.

Además, el peritaje evidencia que Monsalve eliminó información de su celular. En palabras de Jacir, “existen antecedentes que están eliminados (…) en particular las conversaciones con la víctima”.

Con todo, la abogada querellante que representa a la víctima en el proceso, María Elena Santibáñez, advirtió que ven “con preocupación el uso que aparece de la cámara”, enfatizando en que les “genera preocupación por el contenido de lo que habría captado”, por lo que solicitarán diligencias para esclarecerlo.

En base a todos estos elementos, el ente persecutor solicitó mantener la prisión preventiva, apuntando a que la libertad de Monsalve constituía un peligro para la seguridad de la investigación, de la sociedad y, por sobre todo, de la víctima.

De vuelta al penal

En este contexto, la jueza Capello resolvió mantener la cautelar más gravosa del ordenamiento jurídico apuntando a que los antecedentes vertidos en la audiencia buscando revertir esa situación “no son novedosos, ya que tanto los videos como los otros antecedentes que ha dado cuenta la defensa se tuvieron a la vista en la primera audiencia en que se decretó la medida preventiva”.

Paralelamente, añadió la magistrada, “las declaraciones que ha prestado el imputado no han modificado su postura inicial en cuanto a la supuesta privación de sentido que también lo afectaba, cuestión irrelevante para el tipo penal, pero que además ha sido desvirtuada con las nuevas diligencias realizadas por el Ministerio Público que demuestran que el denunciado tuvo abundante actividad en su teléfono celular lo que desvirtúa la hipótesis de su alteración de conciencia”.

Respecto del peritaje genético cuestionado por la defensa, la jueza indicó que “si bien no es concluyente por sí mismo, la perito ha aclarado que toda la evidencia (…) es compatible con el ADN del encartado, descartando la presencia de material genético de otra persona de sexo masculino”.

Con todo, acotó, “se puede estimar que los nuevos antecedentes perjudican al imputado, entregando más indicios de la existencia del delito y de su participación”.

“Si bien el imputado goza de irreprochable conducta anterior, el hecho tiene asignada pena de crimen y su conducta posterior al hecho, consistente en manipular cierta evidencia y borrar el contenido de sus celulares, negando, además, la existencia de los otros aparatos que le fueron después incautados, configuran el peligro para la seguridad de la sociedad y de la investigación, por lo que se resuelve mantener la prisión preventiva”, zanjó.

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