Sigue la teleserie de Michael Clark. Mediante un nuevo intercambio de comunicaciones con la Comisión Para el Mercado Financiero (CMF), el presidente de Azul Azul intentó salir al paso de los reproches del ente regulador y dejó entrever su estrategia para zafar del entuerto: intentará hacerse del 100% de la concesionaria laica.
En simple, el exdirector de Sartor anunció que antes que termine abril va a emitir —tal como exige la normativa— una Oferta Pública de Adquisiciones (OPA) para adquirir completamente a la sociedad anónima.
De acuerdo a información recabada por BBCL Investiga, la jugada le permitirá borrar del mapa a Tactical Sports y, en su lugar, incluiría una nueva sociedad de la que ya es propietario: Sociedad MC.
Todos los movimientos son parte de los coletazos que dejó la desprolija salida de Sartor de la concesionaria, mediante la cual Clark se quedó con el control mayoritario de Azul Azul. Una operación en las sombras que puso a la concesionaria bajo la lupa. Y si bien la intención del presidente de Azul Azul era aislar al club de los problemas de la entidad financiera con la CMF, todo apunta a que su jugada le trajo aún más problemas.
Clark a por todo
Según la documentación enviada por Clark a la CMF, su OPA estará “dirigida a todos los accionistas de la serie B de Azul Azul S.A., para comprar el 100% de las acciones Serie B de la referida sociedad”.
Es decir, va por todo.
El ofrecimiento no sólo irá para conseguir el 21,4% de Daniel Schapira, el 6,5% de la Familia Solari Danoggio y el 9% de los accionistas minoritarios, incluyendo a todos los hinchas que mantienen acciones; sino también está dirigido para el 63% de Tactical Sports, fondo de inversión privado (FIP) cuya propiedad ahora está en poder justamente de Clark tras comprarlo a Sartor en $5,7 millones de dólares (unos 5.700 millones de pesos).
Una movida que no sólo levantó cuestionamientos respecto del origen de los fondos sino que también le facilitará la adquisición del paquete accionario en poder de Tactical Sports.
La razón es obvia: según comentan conocedores de las tratativas, lo más probable es que al menos Tactical acepte el “ofrecimiento”, pues -en la práctica- el dueño es el propio Clark a través de Inversiones Antumalal.
La idea con esa transacción es sacar del mapa societario de Azul Azul a ese fondo de inversión y reemplazarlo por la Sociedad MC, también de su propiedad. De paso tiene la chance de ampliar su poder si alguien más acepta vender su participación en la concesionaria.
OPA bajo el precio de mercado
En los pasillos de la concesionaria ven con buenos ojos el lanzamiento de la oferta por parte de Clark. En privado, conocedores de la interna lo califican como una “buena medida”, que “permitirá despejar las dudas” sobre la propiedad de la U, puesto que el dueño ya no será un fondo privado.
“Les guste o no, la cabeza será Clark”, confidencian.
“Es una buena salida. Los directores los va a nombrar él. Es una buena cosa”, afirman en relación a la conformación de un nuevo directorio que debería ocurrir en abril de este año.
Pese al optimismo en la sociedad anónima, la Comisión para el Mercado Financiero volvió a advertirle a Clark que sus movidas no lo librarán de eventuales sanciones por una toma de control de diciembre pasado que fue calificada como “irregular”.
Según detalló el presidente de Azul Azul en la documentación enviada al ente fiscalizador, el valor por acción “no será inferior a $387,97”. Es decir, el mismo precio por papel que pagó Tactical Sport (es decir, Sartor y Clark) a Carlos Heller en 2021 cuando entraron a la propiedad.
Sin embargo, en la práctica, se trata de un monto muy inferior al precio del mercado actual. Hoy por hoy, la acción de Azul Azul se transa en $550, por lo que quien venda estaría perdiendo $162 por cada acción.
Aunque “es un monto que puede subir”, dicen conocedores de la materia.
Sin ayuda de la CMF
Tras la serie de requerimientos que la CMF le impuso a Clark y Azul Azul al cierre de 2024, las comunicaciones entre la Sociedad Anónima y el ente fiscalizador fueron para lado y lado.
En un plazo acotado le exigieron a Clark determinar los detalles de la compra, pese a que él sigue defendiéndose que no era necesario. Ante la solicitud, finalmente informó el cambio de propiedad, tal como reportó en su momento BBCL Investiga.
Acto seguido, la CMF también le requirió informar “las medidas pertinentes que adoptará para subsanar las infracciones detectadas y comunicadas mediante acto administrativo”. Pero antes de responder, el 31 de diciembre pidió más plazo y un poco de guía sobre qué hacer. En rigor, solicitó que le señalaran “de forma explícita y concreta cuales serían a juicio de la autoridad ‘las medidas pertinentes para subsanar las infracciones expuestas’ que se nos instruye adoptar”.
No obstante, el 3 de enero la CMF volvió a insistir en su punto. Es decir, que Clark debía tomar las medidas para subsanar los incumplimientos, pero que el rol de la CMF es supervisar y determinar las infracciones y, en ningún caso “instruir una determinada forma de proceder al cumplimiento de lo dispuesto en la Ley N°18.045 y las normas que regulan la oferta pública de adquisición de acciones”.
“Corresponde a cada persona o entidad (…) el obrar conforme a las normas que rigen cada uno de los actos o actividades desarrolladas”, insistió.
En definitiva, la CMF tomó palco y simplemente se enfocará en supervisar los movimientos de Clark y Azul Azul, “sin perjuicio del ejercicio de sus atribuciones fiscalizadoras y sancionatorias de ser el caso”. Ósea, haga lo que haga, le advirtió que aún cabe la posibilidad de ser castigado por sus actos.
“He obrado de buena fe”
Mensajes más, mensajes menos, Clark insistió en justificar su cuestionado actuar en la compra de Azul Azul. “He obrado con la genuina convicción, actuando de buena fe y contando con la asesoría y opinión de mis abogados, de que la compra (…) del 13 de diciembre de 2024 no significó un cambio de control de la sociedad anónima abierta Azul Azul S.A.”, remarcó el pasado miércoles a la CMF.
No obstante, obedeció a lo que le pidió la CMF y anunció la OPA, aunque sin que aquello implique “un cambio respecto a la posición que sostenemos, ni una renuncia a mis derechos y recursos pendientes o un reconocimiento de hechos o de responsabilidad”.
En ese contexto, lanzó sus tres puntos para compensar el error. Primero, que mediante una sociedad suya (“Sociedad MC”) informaría al público en general la intención de tomar el control, de acuerdo a la ley. Segundo, que aquello lo hará mediante una OPA Voluntaria. Y tercero, que esta última se regirá por las disposiciones legales.
Ayer martes, en tanto, decidió complementar su respuesta y precisar el precio mínimo que tendrá su ofrecimiento, que apunta a un valor bajo el precio de mercado.
Toda esta situación, cuentan conocedores de las tratativas, no afectaría en nada a la participación de la casa de estudios, pues la Universidad de Chile tiene acciones con características especiales no incluidas en esta transacción.