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"Estaba en mi mejor momento": la versión de Maickel Villegas tras extradición por caso Ronald Ojeda

"Estaba en mi mejor momento": la versión de Maickel Villegas tras extradición por caso Ronald Ojeda

Miércoles 20 noviembre de 2024 | 20:38

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Víctor Huenante | Agencia UNO

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Maickel Villegas Rodríguez, imputado por el secuestro y homicidio del exmilitar opositor venezolano Ronald Ojeda, enfrentó a la justicia en Chile tras ser extraditado desde Costa Rica. En la audiencia, el fiscal detalló la participación de Villegas, apuntando al móvil político del crimen. A pesar de no haber evidencia directa de vínculos con el régimen de Nicolás Maduro, se revelaron detalles escalofriantes de la operación, donde Villegas y un menor estarían involucrados en la trama de secuestro y posterior asesinato de Ojeda. A pesar de la defensa que planteaba a Villegas como una víctima, la jueza determinó su prisión preventiva debido a la coherencia del testimonio del menor y la peligrosidad que representa para la sociedad.

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Fiscalía presentó los antecedentes contra Maickel Villegas Rodríguez, imputado por el secuestro y homicidio del exmilitar opositor venezolano Ronald Ojeda. Llegó ayer martes tras ser extraditado desde Costa Rica. Sin embargo, su defensora, Jeannette Cofré, plantea que en realidad es una víctima más. "¿Sería tan iluso alguien de haber ido con un auto con su placa patente real para participar en un hecho organizado?", planteó la jurista. De todas formas, el tribunal desestimó la versión y ordenó su prisión preventiva.

Maickel Villegas Rodríguez (27 años), uno de los imputados por el secuestro y homicidio del exmilitar opositor venezolano Ronald Ojeda, finalmente enfrentó este miércoles a la justicia en Chile tras ser extraditado desde Costa Rica, donde fue ubicado en julio pasado.

Llegó desde el país centroamericano este martes y fue trasladado hasta la cárcel de máxima seguridad, desde donde se presentó por vía telemática en la audiencia de esta mañana ante el Tercer Juzgado de Garantía de Santiago.

En dicha instancia, el fiscal Héctor Barros, a cargo de la causa, detalló la secuencia y participación de Villegas en el delito, de la mano del menor de iniciales A.D.C.R., ya condenado por su participación en el crimen.

La postura del ente persecutor sigue apuntando al móvil político, a raíz del perfil de la víctima, que había obtenido asilo político en Chile, además de que hasta la fecha no se habían registrado en el país secuestros con homicidio con ese nivel de organización.

No obstante, en la audiencia de esta jornada no expuso antecedentes que muestren indicios concretos que permitan vincular el caso directamente con el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.

Tampoco se tiene del todo claro quiénes son todos los que estuvieron detrás de la operación. Hasta ahora están identificados Villegas y el menor de edad, quienes se trasladaron a bordo de un Chevrolet Sail, además del conductor del Nissan Versa que simuló ser un vehículo de la PDI. Se trata de Walter Rodríguez Pérez, quien está identificado y con orden de detención, pero a la fecha no ha sido capturado.

Mientras la Fiscalía mostró los antecedentes contra Villegas, la defensora planteó una singular tesis: que en realidad es una víctima más.

La secuencia de Fiscalía

De acuerdo a los antecedentes del Ministerio Público, ese 20 de febrero Maickel Villegas pasó a buscar al menor a su domicilio en Santiago en el Chevrolet Sail. Según el testimonio de este último, el plan inicial implicaba simplemente acompañarlo a entregar un paquete. Por el camino pasaron por unas hamburguesas y acudieron a eso de las 23:00 horas a los alrededores del departamento de Ronald Ojeda, en Independencia, a pasar el rato supuestamente sólo para fumar marihuana.

Recién al día siguiente, a las 03:05 de la madrugada, llegó al lugar el Nissan Versa, con Walter Rodríguez y otros cuatro sujetos, que entraron a la conserjería, presentaron una orden falsa y subieron hasta el departamento de Ojeda. Una vez en el piso 14, usaron un ariete y tardaron apenas 1 minuto y 8 segundos en extraerlo. De acuerdo a los videos, fue sacado prácticamente desnudo, sólo con ropa interior.

A la salida, según apuntó el persecutor, Villegas y el menor de edad estaban esperando en el frontis. Los captores le mostraron que tenían a Ronald Ojeda, a quien se referían como “marrano”. Maickel Villegas habría realizado un registro en video para luego enviarlo a un destinatario hasta ahora desconocido. Todo ello antes que los secuestradores lo subieran al Nissan Versa y se lo llevaran.

“El antecedente de que él grabó y envió la filmación a otra persona, está en los antecedentes de la investigación. Lo que no tengo claro, y ojalá pudiera, es el destinatario de ese video”, admitió el fiscal Barros.

De acuerdo al testimonio del menor, Villegas posteriormente borró el registro e incluso le preguntó a él si es que en el iPhone se guardan los videos aunque el usuario los elimine.

Acto seguido, el Nissan Versa huye del lugar. Pero en el kilómetro 20 de la Costanera Norte, en la comuna de Renca, empezaron los problemas. Quedaron en panne. Al lugar llegó a socorrerlos el Chevrolet Sail y también un Hyundai I10, conducido por un sujeto hasta ahora desconocido.

“Maldito sea el carro”, dijo uno de los implicados. Lo dejaron abandonado en el lugar y huyeron en los otros dos vehículos. Inicialmente salieron juntos, pero tomaron rumbos distintos. Al Sail de Villegas y el menor subieron tres de los falsos PDI. El I10 lo abordó Walter Rodríguez, esta vez como pasajero, junto a Ronald Ojeda y otro de los secuestradores.

Los primeros tomaron General Velásquez y enfilaron hacia el sur hasta Lo Blanco, en San Bernardo. Allí, según el testimonio del menor, salieron de una vivienda unos sujetos chilenos con sábanas para cubrir las vestimentas de los falsos PDI e ingresarlos a dicho domicilio sin levantar sospechas.

Al “marrano”, en tanto, lo llevaron hasta una “nevera”. Es decir, hasta una sala de torturas en la toma Santa Marta de Maipú. Misma zona donde el exmilitar venezolano fue encontrado muerto el 1 de marzo. El cuerpo de la víctima fue introducido en una maleta con cal, con las extremidades amarradas, y enterrado a 1,4 metros bajo una mediagua. Posteriormente dicha superficie fue tapada con concreto.

A Fiscalía el menor le dijo que le preguntó por lo sucedido a Maickel Villegas, quien le respondió que se quedara tranquilo, pues “iban a ganador”. En simple, que le iba a dar dinero por lo ocurrido. Asimismo, en su testimonio dijo que los implicados eran miembros de Los Piratas, una célula del Tren de Aragua. Al menos identificó a dos venezolanos de Aragua, por el acento, y un colombiano.

Lo insólito vino después. Pasaron a cargar combustible a un servicentro Copec de Avenida Santa Rosa, en la comuna de La Granja. Y según pudo corroborar la investigación, Maickel Villegas pagó con su tarjeta de débito y hasta proporcionó su rut para el programa de beneficios de dicha bencinera.

Así lograron llegar hasta él, pues mediante orden judicial pudieron obtener su identificación, teléfono y correo electrónico asociado a la venta. Y también mediante la patente, pues el vehículo estaba registrado a nombre de su cuñado.

“Estaba en mi mejor momento”

Pese a todo lo expuesto por Fiscalía, la postura de Jeannette Cofré Soto, defensora de Maickel Villegas, es totalmente opuesta. Primero el tribunal autorizó un receso para que ella pudiera hablar a solas con el imputado, pues nunca habían estado frente a frente. Tras consultarle detalles del caso, la audiencia se reanudó y se lanzó con su argumentación.

Para ella todo ocurrió al revés. Su representado es una víctima de amenazas que lo obligaron a huir del país. Según su explicación, todo fue orquestado por el menor y que su testimonio sólo tiene como objetivo “mancharlo”. Villegas trabajaba como bodeguero en ese entonces y de ahí conocía al adolescente.

La abogada dice que fue a buscar al menor para ganarse la “carrera”, y que era él quien tenía el rol de grabar y reportar el secuestro de Ojeda. Para contradecir la versión de Fiscalía, aseguró que su defendido nunca tuvo un iPhone.

Posteriormente, aseguró que bajo amenaza —con un arma de fuego— lo obligó a dirigirse a Renca para auxiliar al Nissan Versa. Lo mismo para seguir el trayecto hasta San Bernardo.

Una vez allá, dice que los demás individuos querían quitarle al auto para quemarlo, pero que pudo evitarlo y se fue con el menor hasta su casa. Incluso se lamentaron de no haber alcanzado a quemar el auto en panne que dejaron abandonado. Al día siguiente fueron al domicilio del adolescente, donde le habría insistido en que el vehículo debía ser quemado para borrar los rastros. Sin embargo, la abogada dijo que logró esconderlo, le avisó a su familia y les contó que se iba a ir del país por miedo.

Más aún, afirmó que Maickel Villegas no tiene antecedentes, se encontraba con residencia definitiva en Chile e incluso tenía un trabajo como jefe de bodega. Incluso posteriormente, asegura, la familia entregó el auto para ser periciado en el marco de la investigación.

“Estaba en mi mejor momento, era jefe de bodega y estaba con posibilidades de ascender en mi trabajo”, le confesó a la abogada en la conversación en privado.

“¿Sería tan iluso alguien de haber ido con un auto con su placa patente real para participar en un hecho organizado?”, planteó la defensora en la audiencia. Lo mismo respecto a cargar combustible con su propia tarjeta y entregar voluntariamente su RUT.

De acuerdo a su versión, él no tiene participación en la trama. Simplemente fue engañado por el menor, quien sí sería parte del Tren de Aragua.

Por ello, mientras fiscalía solicitó la prisión preventiva, ella pidió arresto domiciliario total, pues dijo que huyó del país tras ser amenazado: “¿Quién no lo haría?”, afirmó.

De todas formas, dicha tesis fue desestimada por la jueza Paula Brito, quien resolvió dejar en prisión preventiva a Maickel Villegas y definió un plazo de 120 días para la respectiva investigación.

La magistrado dio validez al testimonio del adolescente, pues consideró que tiene coherencia y está ratificado por el contexto aportado por el Ministerio Público. Asimismo, remarcó que en esta etapa del proceso no existe duda de su participación, por lo que su libertad es un peligro para la seguridad de la sociedad.

Lo mismo planteó el fiscal Barros: “Es un argumento no creíble. O increíble”, remarcó.

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