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"Vampiros literarios": la demanda por plagio contra "El Conde" de Larraín

"Vampiros literarios": la demanda por plagio contra "El Conde" de Larraín

Martes 19 noviembre de 2024 | 06:00

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A raíz del estreno de la película “El Conde”, la familia Venegas-Novakovic decidió desempolvar un guión guardado desde 2004, cuando la obra de Sebastián Venegas, quien falleció tras la lucha contra una enfermedad degenerativa, ganó un concurso de la universidad ARCIS. Las 77 páginas del libreto son hoy evidencia clave en una querella por plagio, en que se acusa a la productora Fabula de haber copiado la idea principal y otros elementos de la trama que gira alrededor de Augusto Pinochet retratado como un vampiro, hecho negado por la productora. La historia de la familia, los detalles de la demanda y las respuestas de Fabula, las entrega la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

Eran las siete de la mañana de un sábado en la década de los 80 en una casa en Carlos Valdovinos, comuna de San Miguel, y lo único que se escuchaba por los pasillos eran las teclas de la máquina de escribir de Julio Venegas Vásquez, que despertaban a sus cuatro hijos y a su mujer. Los integrantes de la casa, sin embargo, no se quejaban del ruido, ya que todos los que se criaron en ese hogar fueron enseñados desde su nacimiento sobre la importancia de la cultura y el arte.

Y es que quien cruzara la puerta principal de la casa de la familia Venegas-Novakovic, que por fuera no daba luces de ser distinta a otras, ya sabía que entraba en un mundo especial. Hasta el día de hoy llaman la atención de quien llega por primera vez las paredes de cuatro metros y medio de alto, cubiertas por las obras autobiográficas del pintor y escritor Sebastián Venegas Novakovic. Una oda a la vida del segundo hermano en nacer, pero el primero en irse, luego de una intensa batalla contra la distrofia muscular de Becker.

Seis años después de su muerte, la familia Venegas-Novakovic se volvía a reunir en la misma casa grande, mirando las 77 páginas del guión escrito hace dos décadas por Sebastián. La reunión no era casual, se habían juntado para discutir qué hacer con las sospechosas similitudes que la obra “Ya no sueño contigo Augusto” mantenía con “El Conde”, la nueva película de Pablo Larraín que, al igual que la obra teatral, retrata satíricamente a Augusto Pinochet como un vampiro, y cuyo estreno ya se anunciaba en los distintos paraderos de micros del país.

El pasado 29 de julio, tras casi un año de comparaciones, estudio, de ver la película y leer el guión, la decisión culminó en el ingreso de una denuncia al 8° Juzgado de Garantía de Santiago. La querella por delito contra la propiedad intelectual, específicamente por la utilización de obras de dominio ajeno sin estar autorizado para ello, fue realizada contra todo aquel que resulte responsable, pero últimamente apunta a la productora Fabula, y a los escritores de la obra, Larraín Matte y Guillermo Calderón Labra.

En esta, se acusa que la película de la reconocida compañía habría plagiado las ideas del libreto escrito por Sebastián, el cual había ganado un concurso teatral de la Universidad de Artes y Ciencias Sociales (ARCIS) en 2004 y cuyos derechos habían sido ya inscritos ante el Departamento de Derechos Intelectuales (DDI).

De acuerdo al documento, el largometraje estrenado en Netflix contiene un “parecido indiscutible” con el guión de Sebastián, no solo en la idea principal, sino que también habrían semejanzas desarrolladas en distintos momentos de la trama de la propuesta audiovisual, situación que tendrá que ser discernida por los tribunales.

Consultados por Radio Bío Bío, desde Fabula descartaron cualquier uso, referencia o inspiración en la obra “Ya no sueño contigo Augusto” y afirmaron que la existencia de esta ni siquiera era conocida por los autores cuando se escribió y produjo “El Conde”.

El libreto del Seba

“Nos mueve lo que a muchos. El deseo de justicia. Sebastián, su sacrificio, su búsqueda, su esfuerzo, debe ser reconocido”, dice Antar Venegas, hermano menor del autor, y uno de los principales precursores de la demanda por plagio. “No tenemos nada en contra de nadie en particular, menos contra personas relacionadas con el mundo del arte nacional. En absoluto. Esto solo se trata de justicia. Se apropiaron de una historia. Una historia capaz de convertirse en un buen producto comercial, y bueno, se debe enmendar esa situación”, continúa.

Hoy con casi 53 años, Antar lucha por el reconocimiento del valor de la obra de su hermano, el reconocimiento de ese artista que recuerda con tanto amor. “Valentía” es de las primeras palabras que se le vienen a la cabeza al pensar en Sebastián. “Creo que no le tenía miedo a nada, al menos eso mostraba”, relata.

A pesar de perder la habilidad para caminar antes de los 15 años, con un desgaste de fuerzas físicas debidas a su enfermedad, Sebastián nunca se mostró como alguien enfermo, llegando a pintar cuadros incluso días antes de morir: para sus cercanos, era una persona más fuerte, más calma, más tranquila y con más respuestas que sus pares sanos.

En su funeral fue descrito como poseedor de una inteligencia elegante, cariñoso, poderoso mentalmente, bueno para conversar, con una increíble capacidad de escuchar y aconsejar.

Previo al año pasado, hace mucho tiempo que Antar no pensaba en “Ya no sueño contigo Augusto”. Como lo había hecho con otras obras antes, hace décadas, su hermano, ya en silla de ruedas, le había entregado una copia del guión para que la leyera y opinara, pero esos tres actos hace mucho que habían escapado de su memoria.

Esos recuerdos volvieron un día a principios de septiembre de 2023, cuando iba saliendo de su departamento camino a casa de su madre, feliz porque acababa de ver un flyer de una nueva película de Pablo Larraín que se estrenaba en unos días, y quería llegar a comentarlo con su familia, como solían hacer respecto a las nuevas propuestas audiovisuales de la industria chilena. Sin embargo su recepción no fue la esperada, cuando con un grito su mamá le advirtió “¡Antar! ¡La obra de tu hermano! ¡La copiaron!”, y salió corriendo a la habitación de su hijo fallecido, la cual habían mantenido casi intacta en su memoria.

De entre sus cosas sacaron una copia impresa del libreto, en cuya portada se leía “Ya no sueño contigo Augusto”, sobre una imagen de La Moneda con el cielo rojo, la bandera flameando con una distorsión de colores en negativo, y un pequeño Augusto Pinochet realizando un saludo militar, volando sobre esta.

Ahí comenzó el camino de estudiar ambas obras, obteniendo la familia como conclusión que la lectura del libreto de “Ya no sueño contigo Augusto” había inspirado directamente la creación y desarrollo de “El Conde”, obra estrenada en la octogésima edición del Festival Internacional de Cine de Venecia y ganadora en la misma instancia del premio Osella a mejor guión y premio León de Oro a mejor película.

El guión de “Ya no sueño contigo Augusto” había sido escrito por Sebastián casi veinte años antes, cuando una cercana amiga suya, la cual mantiene contacto con la familia hasta el día de hoy, se le acercó en sus tiempos de estudiante de teatro en la ARCIS para proponerle participar en un concurso de su escuela. La universidad buscaba premiar una obra de teatro que retratara la mirada de los estudiantes que no vivieron directamente el golpe cívico-militar, y ella lo animó a escribir una historia diferente y original, ante el agotamiento de miradas de los estudiantes ya aburridos de reflexionar sobre el mismo tema.

Dos meses después, a partir de esa base, Sebastián presenta “Ya no sueño contigo Augusto”, una sátira, comedia negra, que muestra a Pinochet como un vampiro a quien le dicen El Conde, acompañado en la obra por su mujer, Lucía Hiriart, un hijo del matrimonio, una nana y un chamán que hace de exorcista. De acuerdo a lo indicado por Antar, a través de la alegoría del vampiro, el autor buscaba explicar cómo la sociedad ha sido “vampirizada por la bestia”, perpetuando así las ideas de la dictadura, ayudada por un pacto contraído que resulta en la restauración de la democracia.

El libreto ganó el concurso, obteniendo fondos para poder llevarse a los escenarios, pero por conflictos internos del equipo esta nunca se presentó. Sí pasó, sin embargo, por la mano de quienes participaron en el proceso: actores, jueces, directores, etc., a pesar de la familia contar con solo una copia impresa guardada en la pieza de Sebastián.

A las once de la mañana del 8 de octubre de ese mismo año, Giselle Venegas, hermana menor de Sebastián, asistió en su nombre a las dependencias del Departamento de Derechos Intelectuales del Ministerio de las Culturas, el Arte y el Patrimonio para inscribir “Ya no sueño contigo Augusto”, pagando los derechos y obteniendo el certificado n°142.774.

Sebastián Venegas

Las similitudes

Tras juntarse a discutir la situación, presentar una querella no fue la primera elección de la familia Venegas-Novakovic, sino que querían enfrentarlo sin tener que acudir a tribunales. En esa línea, el 29 de febrero de este año, Antar fue a dejar una carta junto a una copia del guión a las oficinas de Fabula, en la calle Enrique Foster Sur en la comuna de Las Condes. En el escrito, la familia relató pasajes de la vida de los hermanos y planteó la situación del plagio, solicitando una reunión para conversar sobre el conflicto.

La respuesta llegó el 4 de abril, firmada por el abogado Jorge Iglesias Cox, en los cuales la productora escribió:

“Esta obra audiovisual es el resultado de un viaje creativo completamente original, emprendido por dos guionistas representando al dictador Augusto Pinochet como un vampiro en un contexto satírico. Cada diálogo, cada escena, cada representación de personajes, cada giro en la trama ha rugido de la imaginación, las reflexiones y las vivencias personales de nuestros creadores, así como de la memoria histórica chilena… queremos asegurarles que la concepción de ‘El Conde’ ha sido un camino independiente, donde cada idea ha sido cuidadosamente cultivada hasta alcanzar su expresión final en la película”.

Fue tras esta respuesta que los familiares decidieron ingresar la querella, la cual fue admitida el pasado 30 de julio, y cuya mayor parte se centra en destacar las similitudes entre ambas obras estudiadas y recogidas por la familia, presentando 22 puntos en los que “El Conde” coincidiría con “Ya no sueño contigo Augusto”, entre diálogos, personajes, características estéticas, detalles, acciones, etc.

De acuerdo a la querella, la concordancia más obvia hace referencia a la imagen del dictador como un vampiro viejo y desganado, viviendo en un auto exilio. Antar pone énfasis en que la idea de Pinochet como vampiro no es lo novedoso, pero “sí existe originalidad en la creación del personaje del Conde, en la historia, tramas, personajes, escenas características y otros muchos detalles y cuestiones estructurales del guión de Seba”.

En la demanda también se resalta la repetición de la nostalgia monárquica, proponiéndose en la obra de Sebastián un pasado histórico de Pinochet en la monarquía, y en la película la relación con María Antonieta.

El documento también indica que en ambas obras se ven personajes representados de manera similar. Es así el caso de la figura de el exorcista, representado por la actriz Paula Luchsinger en el papel de la monja en el largometraje, y con la figura del chamán en el guión de 2004.

Otro personaje que se hace semejante en ambas obras es el de Lucía Hiriart, representada como ida, con la mirada perdida, añorando el pasado, y que termina traicionando a Augusto. También se comparte que las dos familias presentadas en las propuestas están venidas en menos, en clara decadencia económica.

En la querella también se pone énfasis en otros detalles estéticos que se repiten en ambas obras, además de elementos de la trama, fraseos y representaciones.

Respuestas de Fabula

Consultados por Radio Bío Bío respecto a la querella, desde la productora Fabula afirmaron estar al tanto del reclamo y negaron tajantemente la existencia de un plagio de “El Conde” respecto a “Ya no sueño contigo Augusto”.

“Tenemos la certeza total de la originalidad del guión del largometraje, sin perjuicio de los elementos dramáticos comunes que pueda compartir con una infinidad de obras literarias, teatrales o audiovisuales sobre políticos, monarcas o dictadores encarnando historias de vampiros”, afirmaron.

“Estamos, a todas luces, frente a una idea inspiradora que es más antigua que todos los involucrados en esta situación. Desde la publicación de la novela original de Bram Stroker (‘Drácula’, 1897) un sinfín de obras de toda clase se han inspirado en el argumento de Stroker, realizando toda clase de re-versiones y re-imaginaciones, que incluyen a vampiros en variados tipos de lugares de poder y en diferentes contextos históricos”, agregaron.

Junto a ello, adjuntaron una lista de obras del cine, la literatura y la cultura popular en que se repite este tema, tales como: el reportaje de El País “Vampiros, nazis y vampiros nazis”, la película de 2009 “Blood Veseel”, el libro “Los monstruos de Hitler” de Eric Kurlander, la serie y película “Lo que hacemos en las sombras”, además de otras obras que mostraban a Margaret Thatcher y diferentes políticos como vampiros.

Respecto a la investigación en curso, desde la productora fundada en 2004 por Pablo y Juan de Dios Larraín indicaron que los integrantes de Fabula “se han puesto a total disposición del Ministerio Público, para efectos de colaborar con la investigación del caso, que a todas luces carece de base legal y fundamento”.

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