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Quiebre en la relación: la millonaria negociación de los trabajadores del Conservador de Santiago

Quiebre en la relación: la millonaria negociación de los trabajadores del Conservador de Santiago

Jueves 22 agosto de 2024 | 06:00

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La inédita huelga en el Conservador de Bienes Raíces de Santiago destapa un complejo entramado de disputas por el control de millonarios ingresos, resistencias a reformas y la influencia de poderosos vínculos familiares. En un ambiente cargado de tensiones, la negociación colectiva enfrenta además el desafío de que dos de los tres conservadores están al borde de la jubilación forzada si es que se aprueba la reforma de notarios y conservadores.

Era la medianoche del 21 de agosto cuando, en un acto que marca un hito en la historia del Conservador de Bienes Raíces de Santiago (CBRS), los trabajadores decidieron cruzar la línea y dar inicio a una huelga sin precedentes en más de dos décadas. A esa hora, las puertas del CBRS quedaron cerradas, sellando el fracaso de unas negociaciones que, a pesar de los esfuerzos, no lograron evitar el conflicto.

Uno de los principales puntos en disputa es la demanda de los trabajadores sindicalizados de aumentar su participación en los ingresos del CBRS, pasando del 75% actual a un rango entre el 80% y el 85%. Cabe destacar que el promedio de sueldo en esta institución es de 4,5 millones de pesos mensuales, con montos que varían entre 1,2 millones y 5,6 millones de pesos, además de otros beneficios únicos para este sector.

El 25% restante de lo recaudado se utiliza para los sueldos de los conservadores, así como para cubrir gastos administrativos, de oficina, seguridad privada e impuestos. Este último punto es crucial, ya que los titulares de estos cargos deben pagar al Servicio de Impuestos Internos un 40%, lo que los sitúa en el tramo más alto de pagos en Chile.

El CBRS cuenta con tres conservadores: Kamel Saquel (88), Luis Maldonado (79) y Carlos Miranda (58). De ellos, si se aprueba la reforma en trámite, solo Miranda permanecerá en el cargo, mientras que Saquel y Maldonado deberán jubilarse. En ese caso, el gobierno de Gabriel Boric deberá nombrar suplentes y, eventualmente, titulares.

En términos simples, los conservadores son ministros de fe, encargados de tramitar asuntos relacionados con inmuebles y otras transacciones comerciales. El CBRS emplea a 474 trabajadores que, aunque no son funcionarios públicos, están regulados por la Corte de Apelaciones de Santiago. Cada 2 o 3 años, negocian colectivamente sus sueldos mediante un sistema de reparto.

El horario laboral establecido es de 08:30 a 18:30 horas, excepto los viernes, cuando terminan a las 17:30 horas. Sin embargo, regularmente las labores concluyen a las 15:30 horas, ya que pueden retirarse antes si han cumplido con la carga de trabajo programada para ese día. Quienes realizan teletrabajo reciben una asignación de 30 mil pesos si es por más de 15 días, y de 15 mil pesos si es por menos.

Ambos sindicatos negociaron por separado, sin llegar a un acuerdo. La oferta del empleador, que incluía becas de hasta 160 UF (unos 6 millones de pesos), un seguro de vida y otro de salud complementario, además de una cena de camaradería de fin de año, fue rechazada. Se les ofreció mantener el 75% de los ingresos líquidos, una asignación de título de 230 mil pesos, y un bono de “pronto acuerdo” de 5,37 UF (algo más de 200 mil pesos). Sin embargo, los sindicatos demandan un aumento al 80% o 85%, según un petitorio al que accedió la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío.

En el texto, los trabajadores exigen excluir a los gerentes de su porcentaje de reparto, reclamando “mayor equidad” y transparencia en los beneficios. Además, acusan intransigencia por parte del CBRS al no extender el plazo de mediación en cinco días más, pese a que todo lo realizado está dentro de la legalidad y amparado en el derecho laboral.

“Este año, la negociación colectiva, que ocurre cada 3 años, ha sido diferente. La irracionalidad y la ambición han corroído el espíritu histórico de diálogo en el Oficio entre los trabajadores y sus administradores”, cuestionaron en el comunicado los trabajadores, sin reconocer el sentido privilegiado en el que ya se encuentran, a diferencia de miles de chilenos.

Asimismo, aseveran que “durante los últimos meses se ha generado un ambiente de controversias entre los propios tres Conservadores que integran el oficio del Conservador de Bienes Raíces de Santiago y las organizaciones sindicales”. “Ese ambiente negativo se ha visto potenciado por la incertidumbre laboral y funcional originada en una reforma de ley del sistema registral, cuyas normas, de manera inexplicable en el Parlamento, han transformado un tema general y necesario en un debate particular sobre el CBR de Santiago, con un claro propósito de control político de un negocio, antes que la justa reforma de un servicio público”, reclaman.

Lo que no mencionaron en el comunicado es que el conservador Carlos Miranda, al asumir su cargo, intentó implementar cambios en sus equipos, lo que generó malestar dentro del CBRS.

La parentela

Otro punto que ha elevado la tensión es la reforma a notarios y conservadores de bienes raíces que se tramita en el Congreso, con polémica incluida, ya que en el proyecto original se inhabilitaba a familiares de políticos para dirigir estas instituciones bien pagadas.

Sin embargo, a la luz de los datos, eso no ha impedido que se establezcan verdaderos clanes familiares dentro de estas entidades. Esto es evidente en Santiago, y los sindicatos, en general, lo pasan por alto.

Según antecedentes recopilados por la Unidad de Investigación de Radio Bío Bío, el conservador Luis Maldonado tiene al menos 15 conocidos, entre familiares y amigos, incluida su exesposa, trabajando con él.

Así, los Vargas Maldonado, Maldonado Concha o Papic forman parte de los sueldos millonarios que se pagan mes a mes. Algunos son eficientes trabajadores, otros fácilmente reemplazables, señaló una fuente que atiende al personal en el mesón del registro.

Entre los trabajadores, la misma lógica usada por Maldonado se repite. De acuerdo a los datos recabados, existirían al menos 35 casos de parientes, que suman 116 trabajadores con vínculos familiares con otros empleados. Es decir, casi un 25% de los trabajadores mantiene algún vínculo familiar dentro del Conservador de Santiago.

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