Edición Constanza Escobar (BBCL)

Los testimonios ignorados del Expediente Vit: la ofensiva para anular absolución de Rodrigo del Valle

05 agosto 2024 | 13:20

Testimonios, llamados telefónicos y chats vía WhatsApp forman parte de las pruebas con la que fiscalía buscar anular la absolución del Rodrigo del Valle, acusado por la muerte de su pareja, la modelo brasileña, Nayara Vit. "(Ella) tomaba fuerza, aire y gritaba 'auxilio, socorro'", atestiguó una de las vecinas, quien junto a otras tres testigos imparciales revelaron un episodio de violencia intrafamiliar justo antes de que Vit cayera desde un piso 12 en Las Condes. La única de las tres juezas que estuvo por condenar al empresario también aseguró que al imputado, esa misma noche, se le vio entrar a su domicilio violento, con movimientos erráticos y el rostro desencajado. "Me da susto que este hueón sepa que somos nosotras. Es medio crazy, pero te mueres los portazos", se lee en los intercambios de los residentes del edificio donde ocurrieron los hechos.

—Oye, es que estoy escuchando a mi vecino de arriba y muchos gritos de mujer (…) Una mujer llorando. ¿Tú también escuchas?

Como un fallo que llegó a “conclusiones equívocas y sesgadas” y que entregó una credibilidad “por sobre lo esperado” a las pruebas del acusado. Así calificó la Fiscalía Metropolitana Oriente la decisión de la justicia de absolver al empresario Rodrigo del Valle por la muerte de su pareja, la modelo brasileña Nayara Vit.

A través de un recurso de 46 páginas —al que accedió BBCL Investiga— la persecutora Carolina Remy-Maillet Fuentes solicitó anular el juicio que dejó en libertad al imputado por falta de pruebas. En el documento, la fiscal especialista en materia de género apuntó contra el tribunal por no considerar el testimonio de testigos imparciales, quienes develaron un episodio de violencia intrafamiliar justo antes de que Vit se precipitara desde el departamento donde vivía junto a del Valle.

Según explica el Ministerio Público, existe sólo una persona que presenció los hechos: el propio acusado, quien no prestó declaración durante el juicio. Por ello, añade fiscalía, un alto porcentaje de los declarantes son testigos de oídas. Es decir, personas que tomaron conocimiento de los hechos a partir de las versiones que dio el mismo empresario o amigos y familiares de Vit.

“Sólo existe un grupo de testigos que no tienen relación con la víctima y/o el acusado, que son aquellas vecinas que, si bien no vieron los hechos por los cuales se acusó, sí percibieron por sus sentidos, específicamente escucharon lo ocurrió antes, durante y después de la precipitación de la víctima al vacío”, reza el escrito.

De acuerdo al ente persecutor, fueron justamente esos testimonios —que apuntan a una agresión previa al deceso de Vit— los que no fueron considerados por el tribunal en el juicio contra del Valle.

“Tomaba fuerza, aire y lloraba”

—Seguridad de Las Condes, muy buenas noches. ¿Cuál es su emergencia?

La primera testigo incluida en el escrito de la fiscalía es Bárbara, una residente del sector que escuchó gritos de auxilio, llanto y un golpe seco. En ese orden.

Estaba con su marido en la cocina, cuando uno de sus hijos —que estaba lavándose los dientes en el baño— les advirtió que por la ventana del baño se escuchaban los sollozos de una mujer desesperada. Se asomó por la ventana de la cocina y confirmó lo que su hijo le decía. En su declaración, dijo que efectivamente escuchó a una mujer que lloraba y que “tomaba fuerza, aire y gritaba ‘auxilio, socorro"”.

Bárbara, rápidamente, llamó a Seguridad Ciudadana. Lo hizo dos veces la noche de ese 7 de julio de 2021. A las 23:08 y 23:11 horas.

—Hola, buenas noches. Estoy acá en mi departamento (…) y se escucha una persona pidiendo ayuda, llanto y se escuchó un golpe o un balazo, no sé lo que será (…) Una mujer pidiendo ayuda, se escucha llanto y se escuchó un golpe muy fuerte, como un balazo. Como violencia intrafamiliar o un asalto… —dijo.

Al terminar la llamada, Bárbara se percató que tenía un mensaje de WhatsApp. Su prima Elisa también había escuchado los gritos de auxilio. Ella también vivía en el sector, justo en el piso de abajo a del Valle.

—Oye, es que estoy escuchando a mi vecino de arriba y muchos gritos de mujer (…) Una mujer llorando. ¿Tú también escuchas? —escribió Elisa.

—Llamé a Paz Ciudadana —retrucó Bárbara, quien volvió a comunicarse con Seguridad de Las Condes.

Insistió en que sabía que algo estaba pasando.

—Hola, sabes que hay una mujer llorando. Escuché un golpe y mucho llanto (…) me escribió una vecina mía, que dijo que efectivamente era en su edificio (…) Es una persona que está llorando, yo vivo justo en el edificio del frente y estaba escuchando el llanto de una mujer que estaba pidiendo ayuda. Me dice que hay portazos, se escuchó un golpe muy fuerte, una mujer que gritaba ayuda y llanto, mucho llanto.

“Así, ¡Pum!

Elisa despertó de sobresalto la noche de los hechos. Según su testimonio, en el departamento de arriba, donde vivía del Valle y Vit, comenzó un alboroto que le impidió seguir durmiendo.

—Había mucho ruido, no de un simple vaso que se cayó. Eran ruidos más fuertes, como que se caían cosas, portazos —atestiguó.

El intercambio vía WhatsApp con su prima Bárbara continuó:

—Te veo en la ventana del baño. Me da susto que este hueón sepa que somos nosotras. Es medio crazy, pero te mueres los portazos —escribió.

El “llanto desgarrador y auxiliador” que Elisa escuchó esa noche incluso la afectaron a ella. Estaba con nueve meses de embarazo. Empezó tiritar. Creyó que iba a tener el bebé.

****

Para entonces, Lourdes, la asesora del hogar de Elisa, también se había despertado. El mismo golpe la sacó de la cama. Pensó que algo podía haberle pasado a su jefa embarazada, pero el ruido venía desde el piso de arriba. El golpe lo calificó como si alguien hubiese caído en una bañera.

—Así, ¡pum! —describió.

Y luego, al igual que Bárbara y Elisa, escuchó a una mujer llorar.

—La niña (se refiere a Vit) lloraba con sentimiento, como si le faltara el aire. La niña lloraba y lloraba, se calmó un ratito y comenzó a gritar “ayúdame, ayúdame”.

Nicole, residente de un edificio colindante al del acusado, también escuchó los gritos. Sintió, a lo lejos, una pelea. Pero no logró entender de qué se trataba.

—Eran gritos como reclamando. Era como en un tono de alguien gritándole improperios o palabras fuertes a otro. Luego hubo un grito muy fuerte y el golpe —relató.

“Nayara se lanzó”

En su escrito, el Ministerio Público sostiene que precisamente esos testimonios eran suficientes para desechar la versión del acusado. En su declaración ante los investigadores, del Valle aseguró que Nayara se suicidó. Dijo que ella entró al departamento, caminó, corrió y —simplemente— se lanzó al vacío. Una teoría que hizo sentido a dos de los tres jueces que absolvieron al empresario. El único voto disidente fue el de la jueza Patricia Cabrera, quien “logró la convicción” de que del Valle estuvo detrás de la muerte de Vit.

En su alocución, la magistrada reflexionó, por ejemplo, respecto de la diferencia del estado de ánimo entre el acusado y Nayara la noche de su muerte. A la última se le vio tranquila por las cámaras de seguridad del ascensor del edificio. Se miró al espejo, vio su celular y enfiló sin problemas al departamento. A del Valle, por el contrario, se le vio alterado. Las mismas cámaras lo captaron con movimientos corporales erráticos y gesticulando con la mandíbula, dijo la jueza. Incluso, golpeó con su puño una de las paredes del ascensor.

“No surge ninguna motivación para que la víctima tomara la decisión de suicidarse, puesto que como ha quedado plasmado, tenía planes con distintas personas para el día siguiente, que permiten sostener una regularidad y estabilidad en su vida en esos momentos”, analizó la magistrada.

****

Cristóbal fue el primer funcionario de Seguridad de Las Condes en llegar al departamento del acusado. En las imágenes captadas por una Go Pro adosada a su cuerpo se ve como del Valle, ante su llegada, le asegura casi de manera inmediata: “Nayara se lanzó”.

—Nayara llegó súper agresiva, tiró un macetero, de repente me descuidé y se tiró para abajo, ella había amenazado varias veces con hacerlo —se oye decir al acusado.

Los dichos de del Valle, sin embargo, no se ajustan a la prueba vertido en el juicio. El macetero que supuestamente arrojó Vit fue lanzado antes de que ella siquiera llegara a su domicilio. Imágenes contenidas en el expediente judicial confirman que ella aún no se bajaba del auto cuando la planta salió despedida desde el edificio donde estaba el imputado.

“Que en virtud de lo expuesto y razonado precedentemente, en concepto de esta juez, se ha logrado adquirir convicción, más allá de toda duda razonable, y sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, de que realmente se cometió un hecho punible constitutivo del delito de femicidio en contexto de violencia intrafamiliar y que en él ha correspondido al acusado Rodrigo del Valle Mijac participación en calidad de autor, por lo que quien disiente estuvo por condenarlo a la pena de quince años y un día de presidio mayor en su grado máximo”, aseguró la magistrada en el juicio en contra a lo estipulado por sus colegas María Inés Gonzalez y Doris Ocampo.

La fiscalía en su escrito complementa:

“(Lo resuelto por el tribunal) trae aparejado un evidente perjuicio al ente persecutor y a la sociedad toda, cual es la absolución del acusado Rodrigo Del Valle Mijac a pesar de encontrarse suficientemente acreditado el delito de feminicidio en carácter consumado y su participación en éste en calidad de autor”.

Y añade:

“El tribunal no ha entregado un razonamiento fundado en conclusiones adecuadamente deducidas de la prueba sometida a su conocimiento y valoración (…) A nuestro juicio hay un sesgo o prejuicio en su valoración y la construcción que realizan los sentenciadores respecto a la participación del acusado, carece de razón suficiente, toda vez que dicho razonamiento que arriban no se hace cargo de las declaraciones, videos, peritajes inequívocos que indican que la muerte de Nayara Vit NO FUE UN SUICIDIO”.

Por ello, para el ente persecutor, el “error” del juzgado “puede salvarse únicamente con la nulidad del fallo”.