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"Pide perdón, pecador": funcionario acusa que colegas accedieron a ficha clínica y divulgaron test VIH

"Pide perdón, pecador": funcionario acusa que colegas accedieron a ficha clínica y divulgaron test VIH

Miércoles 24 julio de 2024 | 06:05

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X: Hospital Curanilahue

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Un funcionario del Hospital de Curanilahue fue diagnosticado con VIH positivo. La confidencialidad de su información se violó cuando más de 50 funcionarios accedieron a su ficha clínica, difundiendo la noticia por todo el hospital e incluso a su pareja y familia. Insultos, discriminación y exclusión marcaron su experiencia, llevándolo a presentar una denuncia por sabotaje informático y violación de secreto. A pesar de las disculpas y medidas administrativas tomadas en el hospital, la situación afectó gravemente su salud mental, obligándolo a tomar licencia médica.

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Después de que a Pedro le confirmaran el diagnóstico de VIH positivo, vivió en la angustia. No sólo por lo obvio. También porque sus compañeros de trabajo del Hospital de Curanilahue, con quienes compartió por 10 años, hicieron pública su enfermedad. El acoso al principio se esparció por los pasillos con insultos, luego escaló a mensajes anónimos hacia sus padres y entonces pareja. La investigación interna arrojó que en sólo un mes más de 200 personas ingresaron a su ficha clínica. El hospital asegura que sancionó a algunos trabajadores, pero se negó a informar de qué forma.

Cuando Pedro llegó hasta urgencias del Hospital de Curanilahue le costaba respirar. Era 1 de junio de 2021. Tenía disnea leve y presión alta. A las 23:46 ya estaba con respirador nasal. Su saturación iba de mal en peor, y la agitación, le impedía inhalar bien.

Pedro conocía bien el funcionamiento del hospital. Trabajaba ahí mismo hace 10 años y era un residente más de la comuna. Para una población de poco más de 30 mil habitantes, el Hospital Provincial Dr. Rafael Avaria Valenzuela era la única opción para sus síntomas.

Los medicamentos lo estabilizaron aunque de sus pulmones se escuchaban crepitaciones. Sus síntomas eran claros: una neumonía lo estaba matando. Recién a las 1:06 del 3 de junio se desocupó una cama y lo hospitalizaron.

—Estuve 30 días hospitalizado. Una neumonía que me llevó casi a la muerte —rememora hoy a BBCL Investiga, tres años después.

Uno de los exámenes que le hicieron ese mes fue el test de VIH. El resultado fue un balde de agua fría. No sólo porque le confirmaron que tenía sida, también porque todos sus colegas se enteraron de manera inmediata. Lo que por ley debía ser confidencial y bajo estricta reserva, se divulgó en cada rincón del recinto de salud. Hasta los dentistas sabían de su enfermedad.

Su ficha clínica fue vista más de 200 veces solo en un mes, incluso desde domicilios particulares. La querella que ingresó contra el hospital —y a la que accedió BBCL Investiga— detalla que por lo menos 50 funcionarios le echaron un ojo a sus resultados. Por lo mismo la institución está denunciada por sabotaje informático y violación de secreto.

Según cuenta, para Pedro después vinieron los insultos por los pasillos. Lo más grave, dice, fue que compartieron su información privada con su entonces pareja. Su familia también se enteró. Un sobre anónimo por debajo de la puerta les reveló la noticia, acusa.

“Está la cagá”

La primera vez que le preguntaron a Pedro si quería realizarse el test de VIH fue el mismo 2 de junio de 2021. Llevaba solo unas horas desde que había ingresado a urgencias.

No quiso que se lo tomaran. Admite que en 2019 se hizo uno que resultó negativo y no pensaba haberse contagiado. Su ficha del hospital de esos días describe que el “paciente se niega, refiere que no tiene factor de riesgo”.

Le insistieron en reiteradas ocasiones mientras seguía hospitalizado en aislamiento. Al final se lo hicieron, un test rápido que resultó positivo. Con eso en mano, iniciaron un nuevo tratamiento que le salvó la vida.

Cuando le dieron el alta desde Curanilahue pesaba 50 kilos. Él mismo dice que en ese tiempo era un estropajo, uno que ni siquiera podía caminar. Si bien las medicinas lo ayudaron, después de la neumonía lo atacó un neumotórax. Uno de sus pulmones tenía líquido y el otro tenía aire. Más de una vez le dijeron que sus chances de vida no superaban las 24 horas.

Pero las superó. Con un resultado inesperado, lo mandaron al Hospital Regional de Concepción.

—El doctor dentro de esto me deriva a Concepción para los resguardos pertinentes porque en el hospital me dijo: “Está la cagá”. Y yo digo: ¡¿Cómo la cagá?! Y me dice: “Sí, porque todos están preguntando, es complejo”.

Hasta ese momento Pedro tenía sospechas de que sus colegas sabían sobre diagnóstico, pero no lo confirmó hasta más tarde.

Un sobre por debajo de la puerta

En Concepción ratificaron su resultado con el test de Elisa, un examen de laboratorio que detectó los anticuerpos. Sus síntomas a esa altura habían empeorado. Todo su cuerpo tenía sarcoma kaposi: un cáncer a la piel que le hizo brotar manchas moradas por todo el cuerpo, incluida la cara.

Aquí vinieron las primeras contradicciones para él. En el Hospital Regional, Pedro dice que le hicieron firmar un consentimiento al momento de aplicarle el examen. También le informaron de los programas, de lo que significaba tener el virus de inmunodeficiencia humana y los planes del AUGE. Lo que ordena el protocolo del Ministerio de Salud. A diferencia de lo que pasó en Curanilahue:

—El test rápido me lo hicieron así, sin protocolos ni nada. El consentimiento nunca lo firmé en Curanilahue, nunca me lo dijeron. El test rápido se suponía que iba a ser algo privado, algo que no es público, y ellos me lo publican en mi ficha clínica.

Junto con eso vinieron los primeros susurros y mensajes anónimos. Entre fines de 2021 y principios de 2022, Pedro asegura que escuchaba que le decían “el chico Philadelphia”. Esto hacía alusión a la película del mismo nombre que expone la historia de Geoffrey Bowers, un abogado que demandó a su estudio luego de que lo despidieran por ser homosexual y padecer sida.

Los insultos eran al interior del Hospital de Curanilahue, donde trabajaba, pero igual, dice, le llegaron por mensaje de texto.

“También insinuaciones como ‘debes tomar tus remedios a tu hora’, ‘te metiste con todos los hombres de la zona, eres un pecador, pide perdón de tus pecados"”, eran otras de las ofensas contra Pedro que se leen en la querella.

Un par de veces, asegura la denuncia, le prohibieron el ingreso a algunos baños o le botaron su comida. Cuando caminaba oía que sus compañeros musitaban: “el chiste se pega”.

Una de las situaciones más graves fue cuando le enviaron a su entonces pareja un pantallazo desde un perfil falso de Facebook. El mensaje no decía nada. Sólo mostraba su ficha clínica —que debía ser privada— con el resultado positivo de VIH.

La siguiente nota fue para sus padres.

“Les tiraron por debajo de la puerta una carta escrita diciendo que su hijo tenía SIDA“, estipula el documento.

Los usuarios que ingresaron

La filtración de su ficha clínica abrió un sumario interno y una demanda civil. La investigación arrojó que personal del hospital de Curanilahue y del Servicio de Salud de Arauco descargaron desde un pendrive el sistema computacional interno (Florence) que contenía las fichas de los pacientes. Así, desde domicilios particulares abrieron el archivo de Pedro múltiples veces.

Sólo en junio de 2021 ingresaron más de 200 veces durante el día e incluso por la noche.

“Mínimo (entraron) 50 funcionarios del establecimiento de Salud, tanto en horario laboral como también desde sus domicilios particulares, y sin tener más del 90% de ellos los ingresos, claves y cargos competentes para acceder a dicha ficha de salud”, exhibe la denuncia.

—Personal clínico que no era del área. Se metió Chile Crece Contigo, una dentista, salud primaria, una enfermera de salud primaria —pormenoriza.

Los usuarios que aparecen en el sistema Florence son variados: “adm.urgencia2”, “box6”, “adomiciliaria”,”recaudacion04″, “eestadistica”, “urgencia.tens”, “enf.coordinador”, “adm2”, “pensionados”, “secre.farmacia” y “residencia.medica”.

Con esto vulneraron los protocolos del VIH y de las enfermedades de transmisión sexual. También infringieron la ley del Virus de Inmunodeficiencia Humana y la de los Derechos y Deberes del Paciente. Es esta misma legislación la que ordena que “los resultados se entregarán en forma personal y reservada, a través de personal debidamente capacitado para ello”.

Después de que divulgaran su diagnóstico a sus cercanos, y de enterarse que todo el hospital ingresó a su ficha, decidió alejarse de todo y bloquear su Facebook. Volvió a trabajar en 2023.

—De repente iba a una farmacia que nada que ver con el hospital y me decían: ‘Oye tú, tienes que tomarte los remedios, tienes que cuidarte’. Cosas así que me dejaban pensando —expresa.

En octubre presentó licencia médica.

—Me dieron crisis de pánico y tuve que ir a un psiquiatra porque esto ya me estaba matando en vida.

Sin nombres de responsables

El Instituto Nacional de Derechos Humanos también se hizo parte de la denuncia. Fue Pedro quien llegó a las oficinas de la sede regional para solicitar ayuda.

Al hospital actualmente se le acusa de los delitos de sabotaje informático y violación de secretos. Incluso de este sumario interno, también se enteraron.

—Funcionarios se acercaban a mí a pedirme disculpas, dentro de esos mi jefa. Y mucha gente, ‘oye disculpa, sabí que me metí a tu ficha’. Eso me descolocó más —expresa.

El director del Hospital de Curanilahue, Juan Enrique Gamboa, respondió escuetamente a BBCL Investiga que “una vez recibida la denuncia, el hospital determinó una investigación sumaria para establecer los hechos y sus eventuales responsabilidades.”

El proceso terminó en marzo de este año y detectaron diversas irregularidades en el caso. Según la información del recinto, aplicaron medidas administrativas a cada involucrado. No obstante, no quisieron ahondar en cuáles fueron esas “sanciones” ni mucho menos quiénes son los responsables de divulgar la ficha clínica.

—Junto a esto y con el fin de promover entre los equipos el cumplimiento de la normativa, se inició un trabajo para optimizar los procedimientos de acceso y administración de este tipo de información, para evitar así los riesgos asociados a su manejo —aclaró.

Luego de todo lo vivido, fueron los propios médicos de Pedro quienes le pidieron alejarse de todo este conflicto que afectaba más su salud. Por eso, a la fecha sigue con licencia médica.

Pedro no es su nombre real. Para el resguardo de su identidad fue modificado para este artículo.

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