Edición: Constanza Escobar

En la mente de un decapitador: el temor tras informe que declaró inimputable al asesino de Petronila

15 abril 2024 | 06:03

"Murió... murió no más. Ya partió no más. Ta' bien... si es muerte... murió muerta". Esas son algunas respuestas que entregó Luis Huaracán en una entrevista psiquiátrica. El cuestionario se lo aplicaron en medio de la investigación por el homicidio que cometió contra su tía Petronila. Dicho informe concluyó que al momento de matarla, estaba psicótico y con ideas delirantes. Y a su vez, que es poseedor de una esquizofrenia e inimputable ante la justicia. La familia de la víctima muestra preocupación de que termine en un lugar sin custodia policial.

—¿Qué le dijo usted a la hija de la señora?
—Hazte a un lado… si no te voy a matar, le dije… jeje

El último informe psiquiátrico de Luis Huaracán Catrilef exhibió que su percepción de la realidad está totalmente alterada. Que es capaz de reconocer el homicidio que cometió pero que no demuestra una pizca de arrepentimiento.

Una “actitud indiferente, desorientado en tiempo y espacio”, se lee en su ficha clínica.

El documento —al que accedió BBCL Investiga— expone una serie de preguntas a las que fue sometido Huaracán. Sus respuestas fueron monosilábicas pero interpretadas por los profesionales con un diagnóstico claro: esquizofrenia desorganizada.

Las conclusiones demostraron que su actitud fue indolente. Impávido ante un homicidio con decapitación. Uno que él mismo cometió contra su tía de 76 años. Sugirieron que la mejor opción para él no es la cárcel, sino un centro para pacientes con enajenación mental.

Todo se traduce en que Huaracán es inimputable ante la justicia.

Por eso la familia de la víctima muestra preocupación. Organizaron una reunión masiva para debatir medidas de seguridad ante la posibilidad de que regrese a la comunidad. Aseguran sentir temor.

Desde fiscalía lo descartan. Aclaran que seguirá en prisión preventiva hasta que exista un cupo en un centro psiquiátrico.

¿Querí que te mate?

Luis Huaracán Catrilef no sólo golpeó a su tía Petronila Huaracán Cayupil innumerables veces. También la acuchilló en el tórax, le cortó las orejas y la decapitó.

Los antecedentes que expuso BBCL Investiga demostraron la brutalidad del acto y la forma en la que se cometieron ese 20 de mayo de 2023 en el sector de Calof de la comuna de Saavedra.

Según informó la Policía de Investigaciones, ese día Petronila escuchó ruidos extraños en su casa así que le envió un WhatsApp a su hija. Los sonidos venían del propio Luis, quien escalaba el cerco perimetral, rompía el vidrio de la cocina e ingresaba a la vivienda.

Apenas la vio, la mató.

Después hurgó en su cartera y le robó $283 mil pesos, que era toda su pensión.

A los minutos llegó Gloria, su hija. La querella interpuesta por ella misma relata que de lo primero que se percató desde lejos fue que la ventana estaba abierta. Que la luz estaba encendida y que Luis Huaracán se estaba limpiando las manos ensangrentadas.

Lo increpó. Él la amenazó de muerte.

—¡¿Qué?! ¡¿Querí’ que te mate?! —le ladró al tiempo que la intimidaba con el mismo cuchillo con que asesinó a su madre.

Gloria salió corriendo. Fue a buscar a su esposo y volvieron juntos. Huaracán ya se había escapado.

Los vecinos lo detuvieron ese mismo día, horas más tarde.

Actitud indiferente

Se mantuvo en prisión preventiva. El Ministerio Público expuso que el certificado de defunción del Servicio Médico Legal acreditaba que al momento de decapitarla todavía respiraba.

Su defensa refutó que existiera ensañamiento en el asesinato porque según ellos, cuando le cortó las orejas —y el cuello— ya estaba muerta. En dicha audiencia no apelaron a antecedentes psiquiátricos. Hasta ahora.

El 28 de diciembre de 2023 Luis entró a las dependencias de la Unidad de Evaluación de Personas Imputadas (UEPI) para que le aplicaran exámenes psiquiátricos. La idea era que se quedara en el centro pero no había camas disponibles. Se quedó en el Hospital Intercultural de Nueva Imperial mientras tanto.

El 8 de enero se abrieron dos cupos. Uno fue para él.

En el último informe complementario que realizó el Servicio Médico Legal de Temuco se expusieron antecedentes de su estadía en la UEPI.

Todo apuntaba a la misma línea: Luis Huaracán Catrilef no mostraba ni una pizca de arrepentimiento a 11 meses del asesinato.

Se notaba su poca afectividad y su actitud indiferente.

Su juicio crítico estaba alterado. Aunque reconocía que era él quien asesinó y decapitó a Petronila.

“Cuando se le consulta respecto a los hechos de la causa, continúa haciendo referencias a estos sin problema y sin enjuiciarlos críticamente”, dice el informe.

El cuestionario

Cuando le tocó describirlo, la psiquiatra dijo que se veía delgado, de pelo corto y afeitado. Que estaba despierto, pero “desorientado en tiempo y espacio”.

Tenía un “pensamiento disgregado con ideas delirantes” y un “juicio crítico alterado”.

Si le preguntaban por el homicidio respondía “sin ninguna resonancia afectiva”. La respuestas del cuestionario lo dejaron en manifiesto.

—¿Qué piensa de la señora que falleció?
—Murió… murió no más.

—¿Y qué piensa del hecho de haber sido usted el causante?
—Nada… que ya partió no más. Ta’ bien… si es muerte… murió muerta.

—¿Y cómo está el hecho de que haya fallecido ella?
—Ah… sí. Yo creo que bien… pa’ que no sufriera… digo yo… estaba enferma.

—¿Ella le dijo que estaba enferma?
—No.

—¿Y cómo supo usted que ella estaba enferma?
—Se ve en el carácter.

—¿Cómo se ve eso?
—Pasaba rabia todos los días… era rabiosa parece igual.

—¿Qué le dijo usted a la hija de la señora?
—Hazte a un lado… si no te voy a matar, le dije… jeje

—¿Y por qué le dijo eso?
—De loco no más.

Conductas extrañas

La hermana de Luis Huaracán aportó nuevos antecedentes. Relató que como familia notaron conductas extrañas que iban desde matar animales o bañarse varias veces en el día porque sentía malos olores que el resto no percibía.

Solicitaron ayuda a un centro de salud primaria porque dichas “conductas desorganizadas” se intensificaron en 2016 luego de que su madre muriera.

“Les habrían dicho que su hermano estaba bien, salvo su consumo de alcohol”, se lee en el informe mental.

Volvieron a insistir para obtener una atención domiciliaria. Les respondieron que ante las conductas amenazantes de Luis no podían ir. También fueron a Carabineros, pero como no había cometido ningún delito —hasta entonces— tampoco los ayudaron.

En simple, por más que su propia familia intentó ayudar a Luis, las instituciones públicas de Salud nunca le entregaron un diagnóstico certero. Mucho menos le ofrecieron la opción de iniciar algún tratamiento.

La información que aportó su familia, más las entrevistas del Servicio Médico Legal y la UEPI, concluyeron lo siguiente en su último informe:

Huaracán posee una esquizofrenia desorganizada de varios años de evolución, “la cual no ha sido diagnosticada ni tratada previamente”.

“Desde el dispositivo de salud habrían descartado una patología psiquiátrica, atribuyendo sus síntomas al consumo de alcohol que presentaba”, explica el documento.

Un riesgo para otras personas

Su diagnóstico cae en plena investigación por el homicidio que cometió. De hecho, tanto este último informe como los anteriores, aseguran que al momento de haber asesinado a su tía se encontraba “descompensado, psicótico y con ideas delirantes. No era capaz de reconocer la ilicitud de los actos que se le imputan ni las consecuencias de estos”.

Huaracán es inimputable.

Por esta razón la causa se mantuvo suspendida durante los últimos meses mientras le realizaban exámenes psiquiátricos. Y a su vez, él se mantuvo en un centro médico resguardado.

El debate que surge ahora es que, pese a los casi cuatro meses que lleva internado y con la dosis máxima de pastillas antipsicóticas, todavía no pueden reducir sus ideas delirantes.

“Convierte al evaluado en un riesgo para sí mismo y para otras personas”, remata su ficha clínica.

Y recomienda:

“Tomando en cuenta su peligrosidad, se sugiere que pueda ser derivado a un centro de larga estadía para pacientes psiquiátricos”.

Miedo y angustia

La familia de Petronila convocó a una reunión en la comunidad de el Calof con autoridades de La Araucanía. Su hija Gloria manifestó que “están atemorizados” que pudiese que salir libre de un lugar sin custodia policial.

—Por mi parte y de mi familia hay mucho miedo, y angustia también, son sentimientos encontrados ya que no estamos todos, falta mi mamá —expresa Gloria.

Con la asamblea que organizaron buscan recolectar firmas de autoridades ante la posibilidad que vaya a parar a un centro que no garantice su resguardo.

—No es lo que nosotros queríamos… Por el daño que él nos hizo… Pero nos quedaríamos conforme si él se quedara de por vida en un centro psiquiátrico custodiado por Gendarmería.

Desde Fiscalía explican que la posibilidad de que salga libre no existe.

Andrea Rivas, fiscal de Carahue, detalló que dentro del informe psiquiátrico también quedó expuesto su nula red de apoyo, la incapacidad de frenar sus ideas delirantes y el riesgo que supone tanto para él como para la comunidad de el Calof.

Apuntó que por lo mismo el Ministerio Público solicitará dejar sin efecto la suspensión de la causa a fin requerir medidas de seguridad para Luis. Eso será el 2 de mayo. A dónde irá a parar o cuánto tiempo, la fiscal Rivas expone:

—No se encuentra hasta la fecha fijada una audiencia para realizar la medida cautelar, por tanto, el imputado se mantendrá en prisión preventiva.

Fuentes de BBCL Investiga sostienen que precisamente la falta de cupos en recintos psiquiátricos dedicados a la internación de detenidos peligrosos declarados inimputables, se ha convertido en un problema de difícil solución. Esto debido al bajo número de centros en todo el país, lo que ha provocado una sobrepoblación de usuarios.

La Defensoría Penal Pública declinó referirse a los requerimientos para este reportaje.