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Las cámaras y micrófonos ocultos para escuchar a gendarmes que revolucionaron la interna de Santiago 1

Las cámaras y micrófonos ocultos para escuchar a gendarmes que revolucionaron la interna de Santiago 1

Viernes 05 abril de 2024 | 06:00

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Agencia UNO

Las señales de alarma se encendieron para los funcionarios del Centro de Detención Preventiva Santiago 1 tras el hallazgo de dos celulares con micrófonos escondidos en guardias modulares, de acceso exclusivo a miembros de Gendarmería. Con denuncias sobre violación a los derechos de los trabajadores, rumores de montajes y una creciente desconfianza interna, se abre la interrogante sobre los aparatos de espionaje: ¿Misión de inteligencia ilegal o acto de funcionarios corruptos?

Alrededor de las 11:30 de la mañana del viernes 29 de marzo, dos cabos de la agrupación modular N°17-18 de la cárcel Santiago 1 encontraron un teléfono con un micrófono escondido en una canaleta de la guardia modular. Una garita que también suelen llamar “pecera”.

El dispositivo era un Huawei enguinchado con cinta negra, adherido a un cargador con un micrófono y una cámara, además de papeles con las inscripciones “11” y BOYA 03”. Boya es, precisamente, una reconocida marca de micrófonos.

Los gendarmes hallaron el aparato de escucha mientras limpiaban la zona, que había quedado desordenada tras el allanamiento realizado la noche anterior a las dependencias de los funcionarios. Así quedó establecido en el parte de denuncia N°391.

La noticia no tardó en viajar: minutos más tarde, funcionarios de la agrupación modular 31-32 encontraron un segundo teléfono con micrófono escondido en la caseta, al realizar su propia revisión, como relataron en el parte de denuncia N°296.

Desconfianza en Santiago 1

Los hallazgos ocurrieron en un ambiente de recelo ya existente dentro de Santiago 1.

Así lo denunciaron los funcionarios que hallaron el primer teléfono, quienes alegaron estar sufriendo una vulneración a sus derechos como trabajadores y apuntaron a la “desconfianza que existe dentro de la guardia interna con la oficialidad”.

Por ello, decidieron entregar el dispositivo directamente en la guardia armada en vez de en la interna, con el objetivo de obtener “mayor transparencia del procedimiento”. Es en este ambiente de tensión en el cual comenzaron a surgir distintas teorías sobre el origen de los aparatos de escucha.

La primera especulación reside en que la instalación de los micrófonos podría ser un acto de inteligencia realizado por Gendarmería.

Una situación que, de ser real, sería ilícita. Lo anterior, puesto que la institución no forma parte de los organismos que, según la Ley de Inteligencia, pueden utilizar técnicas intrusivas y métodos encubiertos.

“Mantenemos la hipótesis de que esto es desconfianza hacia los funcionarios, que no los están dejando trabajar tranquilos. Es como una persecución hacia el funcionario de Santiago 1”, indicó Felipe Rodríguez, Secretario General de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios (ANFUP).

Por ello es que desde el gremio también afirmaron estar trabajando en una querella independiente a la ya ingresada en la Fiscalía.

¿Operación encubierta o corrupción interna?

Al margen de las teorías sobre inteligencia, también aparecieron “contrasospechas”: la falta de alguna actividad de protesta ante los hechos llamó la atención de algunos, quienes han afirmado que una situación de ese tipo normalmente sería aprovechada por el gremio para ejercer presión.

Fuentes dentro de Gendarmería creen que el silencio podría estar relacionado a negociaciones sobre los problemas administrativos que enfrentan once funcionarios desde septiembre de 2022, cuando fueron descubiertos en una fiesta en una casa fiscal de la institución, donde se encontró alcohol y ketamina.

Un cabo de Santiago 1, que conversó con Radio Bío Bío, puso en duda la teoría de que la situación sea una maniobra de inteligencia. Por una sencilla razón: en todos los módulos existen interlocutores que son controlados por los funcionarios en las salas de cámaras. Por lo tanto, si dentro de la institución quisiesen escuchar lo que ocurre en las garitas, podrían hacerlo.

La segunda teoría apunta a los allanamientos hechos a las dependencias de los funcionarios en el último tiempo.

Mismas fuentes dentro de Gendarmería deslizaron sospechas de un montaje por parte de los gremios, que podrían haber instalado los dispositivos de escucha justo después del allanamiento del jueves, para poner en duda el procedimiento y evitar futuras búsquedas en las dependencias internas. También alertaron sobre la existencia de corrupción y lazos con acciones ilícitas de funcionarios de Santiago 1, actores que podrían verse perjudicados por estos allanamientos.

Uno de estos procedimientos se llevó a cabo el 7 de diciembre de 2023, en el cual se encontraron 8 equipos telefónicos personales al interior de las peceras, tras lo cual 12 funcionarios fueron llamados a declarar, entre ellos un dirigente provincial de ANFUP. En tanto, nueve de ellos fueron destinados transitoriamente a otros recintos penitenciarios. Según fuentes de la institución, en el allanamiento del jueves pasado también fueron encontrados dos celulares.

Desde la ANFUP, en tanto, expresaron su rechazo hacia este tipo de procedimientos: “Condenamos que hayan realizado registros de allanamiento a las dependencias de los funcionarios donde ellos trabajan”. “Nos preocupa por la vulneración de derechos hacia nuestros asociados y nuestro personal de Gendarmería”, apuntó Rodríguez.

Con todo, los antecedentes del caso ya se encuentran en manos del Ministerio Público, según confirmó tanto el Ministerio de Justicia como Gendarmería.

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