El Consejo de Defensa del Estado (CDE) interpuso una querella contra Pía Álvarez —ex contadora de la Embajada chilena en Estados Unidos— por el delito de malversación de caudales públicos.
El escrito —al que accedió la Unidad de Investigación de BioBioChile— expone que la funcionaria habría depositado a su cuenta personal $6,8 millones de pesos. Monto que incluso podría ascender en el transcurso de la indagatoria.
Según antecedentes que tuvo a la vista este medio, Álvarez habría girado cheques desde la propia cuenta de la Embajada, los que luego cobró y se transfirió usando diversas artimañas.
Los hechos incluso quedaron acreditados en una investigación interna que realizó la propia sede diplomática. En dicha instancia, la entonces contadora, justificó su actuar arguyendo que era para ir en ayuda de sus hermanos e hijos.
Relación de confianza
Fue el entonces embajador bajo el gobierno de Sebastián Piñera, Alfonso Silva Navarro, quien alertó lo que estaba pasando. Lo hizo el 17 de diciembre de 2019. Ese día, informó directamente a la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Valdivia Torres, que había “situaciones irregulares en materias contables y financieras” al interior de la repartición gubernamental.
Las sospechas recaían sobre una persona. Por eso, dos días después se abrió una investigación sumaria contra Pía Álvarez Villela, la entonces contadora de la Embajada de Chile en Estados Unidos.
En dicha pesquisa interna se determinó que entre 2018 y 2019, la funcionaria giró y cobró cheques desde la cuenta de la Embajada del Bank of America para su beneficio personal. ¿El monto? Nada menos que 5.500 dólares.
Gran parte del entramado lo construyó basado en su relación de confianza. O en las funciones propias de su cargo. Por ejemplo, parte de los depósitos que terminaron en su cuenta bancaria provenían del aporte al seguro médico del que gozaba cada funcionario diplomático. En simple, cada trabajador podía rendir sus gastos médicos para reembolsarlos, los que se devolvían en cheques o transferencias. Estos montos tenían un tope máximo de 300 dólares.
Según el CDE, la jugada de la contadora era emitir dos o más cheques extras a nombre de otros colegas. A veces incluso con el suyo. Pero al final, en los depósitos o cobros siempre figuraba ella: Pía Álvarez.
También tenía otra ventaja a su favor. Como Álvarez estaba desde 2013 en el cargo financiero y gozaba de la confianza de sus superiores, podía acceder a la aplicación móvil del banco —donde estaba la cuenta de la Embajada— utilizando solo su foto. Una vez dentro, en vez de transferir a la cuenta de su compañero, lo hacía a la de ella, sostiene el libelo.
Cheques y firmas falsas
Pero hay más. La indagatoria apunta que igualmente sacó provecho de los talonarios de cheques que estaban bajo su cuidado. Con esto podía acceder a dos firmas importantes que la autorizaban para cobrarlos: la del jefe de Cancillería y la jefa administrativa.
“Además, falsificó las firmas de estos terceros en los documentos bancarios y, para ocultar el desfalco, rindió ante el Ministerio de Relaciones Exteriores las sumas distraídas como facturas de proveedores, que también era una de sus labores contables que le asistían”, señala el documento.
Con todo esto, la contadora logró mantener sus maniobras financieras ocultas durante todo un año mediante un eficaz mecanismo: cada gasto o ingreso extra que debía rendir, se lo imputaba a otro ítem de dinero sustraído, reza la querella.
“Participó de forma directa en la ejecución de los ilícitos, en atención a su intervención en el proceso de pagos, administración contable y financiera. Es decir, funciones propias de su cargo, lo cual le facilitó la adulteración de documentos y el libre acceso a la cuenta bancaria e información del sistema informático de la Embajada”, prosigue el documento.
Ayuda para sus hijos
Pero su mecanismo no fue infalible y fue descubierta. Según explica la denuncia, fue porque no manipuló bien el sistema informático para disimular sus artimañas. Mantuvo un desorden en los datos que la terminaron por condenar al interior de la sede diplomática.
Y en conjunto, la investigación administrativa acreditada por el Ministerio de Relaciones Exteriores, “probó su participación” en los hechos.
En la instancia, Pía Álvarez justificó su proceder aludiendo que era para ayudar a sus hermanos, quienes vivían en Chile. También para solventar algunos gastos de sus hijos que estaban con ella en Estados Unidos.
Consultada la Cancillería indicaron a BBCL Investiga que la funcionaria fue desvinculada en noviembre de 2020.
Explicaron que ese mismo año entró en vigencia un nuevo manual operativo para la gestión financiera de las misiones de Chile en el exterior. Este “establece con claridad una línea de control en la ejecución de recursos fiscales, la cual identifica a los intervinientes y sus responsabilidades, tanto en Chile, como en el exterior”.
A esa normativa le prosiguieron dos modificaciones que van en la misma línea.
“Respecto al uso de este manual operativo y todas sus modificaciones, la Cancillería ha capacitado permanente a las autoridades y personal de las misiones para que conozcan y puedan hacer buen uso de las normas e instrucciones que ahí se describen”, explicaron.
La querella concluye que, en total, la contadora provocó un perjuicio al Fisco valorado en 6,8 millones de pesos chilenos de la época. Aunque el monto definitivo, es materia de la investigación.
Si bien la causa ingresó al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, dicho tribunal se declaró incompetente y lo derivó hasta el Noveno Juzgado de Garantía, donde se sustanciará el procedimiento en su contra.