Como un asiduo consumidor de cocaína y “porno duro”. Así describen —algunos de quienes lo conocen— al imputado José Pablo Peñafiel Ossandón. En contra suyo, pesan hoy cargos por al menos nueve delitos de violación a mujeres miembros de la comunidad sorda de Chile, a la que él también pertenece.
Detrás de la discapacidad auditiva parcial y de los naturales problemas para comunicarse que presenta, se esconde un “depredador sexual”. El mismo que —según la indagatoria que tramita bajo estricta reserva la Fiscalía de Género Metropolitana Oriente— perpetró ataques incluso cuando sus víctimas eran menores de edad.
Información recopilada por BBCL Investiga, apunta que el Ministerio Público comenzó a seguir de cerca los pasos de Peñafiel Ossandón tras la presentación de una querella criminal en noviembre de 2022. Quienes ingresaron el libelo corresponden precisamente a seis denunciantes de violación, a las que se sumaron nuevas víctimas en medio del proceso.
Aquella acción judicial interpuesta hace un año y tres meses, que hoy ve sus primeros frutos, no fue casualidad. En realidad, surgió en consecuencia directa de la muerte de Camila Villavicencio, una profesora de Lengua de Señas Chilena y reconocida activista por la comunidad sorda cuyo cadáver fue encontrado en el sillón de Peñafiel. Ambos se conocían desde el colegio.
La suspicacias que levantó su extraño —y todavía no esclarecido— deceso al interior de la casa de su excompañero de curso motivaron una “funa” en redes sociales contra el hombre. Así fue como comenzaron a ser recopilados distintos testimonios de antiguas víctimas suyas que hoy lo tienen en el banquillo de los acusados.
Del carrete a la imprenta
De acuerdo a fuentes consultadas por este medio, Peñafiel Ossandón utilizó un modus operandi casi idéntico en la mayoría de los casos.
La dinámica iba así: el imputado se reunía con mujeres en fiestas de la comunidad sorda, donde —transcurrida la noche— se ofrecía a llevarlas de retorno a sus domicilios. Una vez ellas aceptaban, inventaba una excusa para “pasar a buscar algo” a una imprenta. Conocedores de la materia sostienen que no era casualidad: él tenía acceso a ese lugar a cualquier hora por tratarse de un negocio familiar.
Una vez allí, las agredía sexualmente.
La investigación del Ministerio Público apunta, por ejemplo, que eso ocurrió en una fecha aún indeterminada con una de sus víctimas, a quien amarró y violó. Lo propio hizo con otra mujer de la comunidad sorda en el mismo lugar. A esta última, entre los meses de octubre a noviembre del año 2017, la inmovilizó y la atacó sexualmente.
De acuerdo a fuentes conocedoras de las pesquisas, otro de los delitos ocurrió luego de una reunión social, cuando el imputado —consciente de que la mujer se encontraba privada de sus sentidos— se ofreció a pasarla a dejar en su casa. En vez de eso, la llevó hasta la mencionada imprenta para golpearla y violarla.
En ese mismo lugar, otra de sus víctimas fue violentada sexualmente en al menos cuatro oportunidades. Mismo recinto hasta donde llevó a una víctima, de 13 años de edad en ese momento, a quien —sostiene el Ministerio Público— violó.
Los mismos antecedentes versan respecto de una sexta denunciante, de 17 años al momento del ataque. Fue ultrajada al interior de la sala de clases de un colegio de Ñuñoa, apunta el ente persecutor.
Entre las denunciantes también se cuentan otras tres víctimas del hombre que declararon haber estado en pareja con él al momento de los ataque sexuales. Acusaron haber sido sometidas por la fuerza a tener relaciones sexuales sin consentimiento. Es decir, fueron violadas.
Grabó y difundió
Al imputado también se le acusa de haber violado y grabado a una mujer en 2017. Quienes conocen los alcances de la indagatoria, sostienen que Peñafiel posteriormente subió el video del ultraje a una plataforma online utilizada para intercambiar contenido sexual de mujeres sordas.
Según destacan fuentes de este medio, todas las víctimas, por tratarse de mujeres sordas, se encuentran en una situación mayor de vulnerabilidad. De acuerdo a los consultados, la mayoría de ellas solo se comunican mediante lenguaje de señas, lo que les complicó poder estampar las denuncias correspondientes. Incluso, muchas de ellas no se pueden comunicar con su círculo familiar por las mismas razones.
Pese a las dificultades y a no conocerse entre sí, lograron estampar un relato coherente y concordante que permitieron la caída del imputado. Fue formalizado el martes recién pasado por delitos reiterados de violación y abuso sexual.
Teniendo en consideración el riesgo de fuga y su peligrosidad, fue puesto en prisión preventiva por los 180 días que en principio durará la investigación formal.
En paralelo, el sujeto forma parte de los sujetos de interés en la causa abierta por la muerte de la activista por la comunidad sorda Camila Villavicencio. Todavía el aparataje estatal no ha logrado establecer la causa de muerte. Aquello podría conocerse próximamente cuando se tengan a la vista los resultados de una segunda autopsia realizada tras la exhumación del cadáver.
Tras la audiencia, la fiscal del caso, María José Bowen, valoró el “relato contundente y circunstanciado de 10 víctimas, además de distintos testigos también que le dan contexto a actuar del imputado… a este depredador sexual como dijo el tribunal el día de hoy”.
Consultada la defensa particular del imputado, no estuvo disponible para este artículo.