La Fiscalía Local de Las Condes investiga a dos altos ejecutivos vinculados con el conglomerado LarrainVial por el presunto delito de estafa, luego de que Madesal -una empresa inmobiliaria penquista- interpusiera una querella criminal acusando a Félix Andrés Susaeta e Ignacio del Río Valdivia de haberlos engañado.
De acuerdo con la querellante, las maniobras fraudulentas permitieron que un proyecto minero -cuya planta piloto se instaló en la comuna de Penco- lograra ser vendido en 56 millones de dólares a la minera peruana Hochschild Mining PLC.
Tras un fallido intento a través de una demanda interpuesta ante el Centro de Arbitraje y Mediación de la Cámara de Comercio de Santiago en la que buscaba ser indemnizada en más de $20 mil millones, la firma penquista decidió interponer acciones penales. Se sienten engañados, acusan.
La cesión
La historia va así. En febrero de 2014 REE Uno y la forestal Fersa suscribieron un contrato mediante el cual la segunda autorizaba a la primera a ocupar un terreno de unas 300 hectáreas para la exploración de minerales en la comuna de Penco, región del Bío Bío.
Según se lee en la querella, el acuerdo contemplaba la cesión gratuita de parte del fundo “El Cabrito” con la finalidad de que REE Uno, sociedad entonces controlada por el grupo LarrainVial a través de Minera Activa, investigara la presencia de los minerales denominados “tierras raras” para dar paso a la explotación futura.
En este contexto, Fersa decidió en 2015 vender el terreno en cuestión a Madesal, asumiendo esta última la misma posición contractual de la forestal. En la práctica, la cesión de El Cabrito para exploración minera y posterior instalación del proyecto modular continuó en los mismos términos antes descritos. La planta piloto se hizo realidad.
Tal como se señaló, el terreno fue cedido de manera “gratuita”. Sin embargo, habían cláusulas que convertían la cesión en un buen negocio para el propietario en desmedro de un potencial proyecto inmobiliario que se pretendía en esa zona.
En concreto, según lo acordado y como nueva firma dueña del terreno, Madesal -gracias a lo negociado en su minuto por Fersa- sería indemnizada de tres formas por la ocupación.
Una opción era que REE Uno les pagara US$50 mil por cada hectárea efectivamente explotada. La segunda era la participación de Madesal en el 10% de la utilidad neta de la venta durante la explotación. Y la tercera, una regalía para la penquista del 3% de los ingresos percibidos durante la fase de explotación.
Ninguna se materializó.
Los oficios
El origen del conflicto radica en que Madesal asegura que, al menos desde julio de 2016, los querellados estaban en conocimiento que nunca iban a poder explotar el mineral que se encontraba en El Cabrito. Esto, por sendos oficios de la Secretaría Regional Ministerial de Vivienda (Seremi del Minvu) y de la Dirección Regional de Vialidad.
A juicio de Madesal, de ahí en más comenzó a gestarse lo que califican como una estafa.
Esto, porque a sabiendas de que iba a ser imposible que se materializaran las cláusulas de indemnización a Madesal, ambos ejecutivos querellados continuaron “aparentando” -dice la querella- la futura explotación del terreno para continuar usufructuando del mismo hasta 2020.
De hecho, subrayan que posterior a los oficios, se tramitó entre ambas partes la constitución de una servidumbre de explotación a favor de REE Uno sobre El Cabrito.
Parte de planta piloto de minera en fundo El Cabrito | Cedida a BBCL
En concreto, apuntan a que la ocupación del terreno y el levantamiento de la planta piloto terminó siendo clave para una multimillonaria venta que se concretó años más tarde. En concreto, a comienzos de octubre de 2019 se conoció públicamente del cuantioso traspaso del proyecto minero de tierras raras a Hochschild Mining PLC, que cotizaba en Londres. ¿El vendedor? El fondo de inversión REE Uno, vinculado a LarrainVial.
Junto con ello, la ocupación les permitió desarrollar tecnologías para la extracción que posteriormente patentaron en Chile y el extranjero.
En efecto, según detalló el Diario Financiero en la oportunidad, la minera peruana se hizo con el 94% del depósito de BioLantanidos al fondo privado Lantanidos, administrado a su vez por la firma de capital privado Minería Activa.
Dicho trato, plantea Madesal en su acción penal, “involucraba nada más y nada menos que la explotación de otros inmuebles aledaños a El Cabrito. Todo ello, mientras patentaban en distintos países del mundo la técnica inventada en El Cabrito para la explotación de tierras raras”.
¿Las ganancias para Madesal? Ninguna, según alegan.
“Nos sacaron del negocio”
Consultada por este medio al respecto, desde Madesal argumentan que gracias a la ocupación del fundo El Cabrito, REE Uno “le demostró al mercado minero mundial que el centro y sur de Chile dispone de tierras raras, que puede ser una fuente de suministro adicional a las que existen actualmente en China y que pueden explotarse competitivamente”.
Aquello les permitió, además, patentar la tecnología desarrollada en Chile, Brasil, Estados Unidos y China.
“Después de haber logrado su objetivo, pese a que Madesal cumplió con todo lo que se nos pidió, nos sacaron en la práctica del negocio en 2016, sin sincerarlo. Su oferta a nosotros fue explotar el Fundo El Cabrito a cambio de que Madesal obtuviera el 10% de la utilidad. Pero ellos negociaron con Arauco para explotar sus predios sin ceder un porcentaje de la utilidad, sino que comprando los pedios de Arauco. Eso era más rentable para ellos”, plantean.
Asimismo, aseguran que la minera peruana siempre estuvo en conocimiento de la situación. No obstante, “intentó mantenernos engañados pidiendo prórrogas de servidumbres. Nos causaron en gran perjuicio porque nosotros destínanos por años el Fundo El Cabrito a este proyecto minero, impidiéndonos dedicarlo a desarrollos inmobiliarios”.
Aclara aclara
En medio de los cuestionamientos de la comunidad y autoridades locales, al poco andar la minera peruana le cambió el nombre al proyecto. En base a una especie focus group que se hizo invitando a personas de la ciudad, se resolvió llamarlo Aclara.
Así las cosas, y tras ser requerida por BBCL Investiga, desde Aclara confirmaron que Félix Susaeta e Ignacio Del Río alcanzaron a trabajar para ellos antes del cambio de nombre. Pero subrayan que “desde que Aclara se creó y se listó en la Bolsa de Toronto, ninguno está relacionado con esta empresa”.
Sobre el proceso judicial en curso, recalcaron que no conocen “de ningún antecedente por el que pudiéramos sostener la existencia de hechos reñidos con la ley en el caso señalado. Más aún, los argumentos que se esgrimen en esta nueva querella, ya fueron revisados durante el juicio arbitral anterior, iniciado también por Madesal, y que fueron categóricamente desechados en la sentencia arbitral definitiva que rechazó la demanda de dicha empresa en todas sus partes”.
“En Aclara nos guiamos por un fuerte compromiso con la transparencia, ética empresarial y un riguroso cumplimiento de todas las leyes y regulaciones”, complementan.
Sobre las razones que impidieron explotar los terrenos de Madesal, advirtieron que “los estudios geológicos, ambientales y técnicos, el proyecto Módulo Penco ingresado al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental nunca consideró como opción el fundo El Cabrito. Como es de conocimiento público, el proyecto entero se ubica en predios de propiedad de Aclara”.
Por último, indicaron que “siempre estarán dispuestos a colaborar plenamente con las autoridades judiciales, para esclarecer cualquier situación relacionada con las supuestas acusaciones”, recalcando que “la colaboración frente a estas situaciones forma parte del espíritu y valores de nuestra empresa”.
Conocedores de la investigación penal comentan que la fiscal a cargo del caso, Karin Naranjo, ya ha instruido varias diligencias. Entre ellas, algunas de las sugeridas por la parte querellante en su presentación ante el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago.