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Un decapitador en la comunidad: el brutal crimen de Petronila a manos de sobrino que robó su pensión

Un decapitador en la comunidad: el brutal crimen de Petronila a manos de sobrino que robó su pensión

Jueves 01 junio de 2023 | 06:00

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Facebook | Canal 3 Nueva Imperial | Edición BBCL

El sector de Calof en Saavedra fue testigo de un macabro crimen que tuvo como víctima a Petronila Huaracán, una adulta mayor de 76 años. Fue un sobrino lejano quien confesó el hecho tras ser detenido por vecinos de la comunidad indígena en la que vivían. Los lazos familiares, eso sí, eran distantes pese a que la mujer fue quien lo crio. Luis Alejandro era parte del clan, pero se le veía como un forastero. La Unidad de Investigación de BioBioChile reconstruyó parte de la vida de la víctima y de quien hoy figura como imputado.

—Es una tristeza tan grande, porque ella está aquí, (vivía) digamos, como a una cuadra de distancia. Y yo veía humear todos los días y ahora no hay fuego en esa casa…

Sonia Huaracán Llancao recuerda a su tía Petronila como una amiga. Preocupada, cariñosa y atenta son calificativos que se repiten entre la familia al describir a la adulta mayor oriunda de Saavedra, región de La Araucanía.

Fue hace más de una semana que Petronila Huaracán Cayupil (76), murió asesinada. ¿Su agresor? Un sobrino lejano. Según expuso el Ministerio Público, el hombre no solo apuñaló y golpeó a la mujer en reiteradas ocasiones, sino que además la decapitó.

Todo ocurrió en el hogar de la anciana emplazado en el sector Calof, donde habita la comunidad indígena Juan Manuel Huaracán. El apellido no es coincidencia, quienes viven allí provienen de un antiguo cacique que lideró en la zona. Lo cuentan con orgullo. Petronila era de la cuarta generación de descendientes.

No es sorpresa, entonces, que el crimen haya conmocionado a la comunidad. El imputado, Luis Alejandro Huaracán Catrilef (30), es uno de ellos. Eso sí, miembros de la familia de la víctima cuentan que hace años no mantenían una relación cercana con él. Es más, aseguran que su comportamiento era extraño, convirtiéndose así en una especie de forastero, a quien incluso temían.

La pensión

El crimen se remonta a la noche del 20 de mayo. Ese día, de acuerdo a los antecedentes de la investigación, liderada por la fiscal Andrea Rivas, Luis escaló el cerco perimetral del domicilio de su tía. Rompió el vidrio de la ventana de la cocina, sacó el marco e ingresó al inmueble.

En paralelo, según informó posteriormente la Policía de Investigaciones, la mujer escuchó ruidos. Contactó a su hija a través de WhatsApp y le advirtió que estaba sufriendo un robo.

El desenlace se supo esa misma noche. El hombre golpeó a la mujer con un elemento contundente en su cabeza, rostro y extremidades. Luego, con un arma blanca, le propinó múltiples puñaladas, cortó sus orejas y la decapitó. Todo esto, sostiene el ente persecutor, cuando la víctima aún seguía viva.

Tras cometer el crimen, el imputado habría registrado el domicilio y las pertenencias de Petronila. Entre ellas encontró una cartera, desde donde extrajo cerca de 283 mil pesos. Era la pensión de la adulta mayor.

La mujer se había ido a pagar días antes de su homicidio. Con el dinero pretendía comprarse unas botas durante la semana, y con el resto adquirir insumos para su hogar. Nada de eso ocurrió.

“¿Querí’ que te mate?”

Momentos después, Gloria, hija de la víctima, llegó a la casa de su madre y vio —a través de la ventana rota— a Luis, quien lavaba sus manos al interior del inmueble. Ella le dijo que saliera de ahí. En respuesta, su primo tomó un cuchillo.

—¡¿Qué?! ¡¿Querí’ que te mate?! —la amenazó Luis levantando el arma cortopunzante e inclinando su cuerpo hacia la ventana.

Tras el intercambio, el hombre escapó. Fueron civiles de la comunidad quienes lo aprehendieron. Uno de ellos testificó que lo detuvieron cuando acudió a vender un arco de sierra. Lo vieron ensangrentado y como ya sabían lo que había ocurrido con Petronila, Luis confesó.

Tras ser arrestado por Carabineros, lo trasladaron a la PDI.

Más tarde, Gloria denunció ante fiscalía las amenazas de muerte en su contra. Allí describió la escena, mismos argumentos que utilizaría el 24 de mayo la fiscal Rivas para imputar los delitos de amenaza simple y robo con homicidio.

“Transformado”

—Mi mamá falleció el año pasado, pero por enfermedad. Nunca nos esperamos algo así, que nos iba a suceder tan luego con mi tía y de la forma en la que fue… Tan macabro.

Petronila también era tía de Elia Lincopi Huaracán. Vivía a metros de su casa y era habitual que se juntaran a compartir junto a los niños de la familia, a quienes quería mucho. La recuerda como alguien “muy religiosa” y atenta. Le llevaba detallitos a su hija, cada vez que podía.

Sobre el agresor, también tiene memorias.

—Luis vendría siendo un sobrino lejano. Vivió con mis abuelos, con mi tía. Desde chico llegó a la casa y se fue cuando tendría 8 o 9 años, por el colegio. Prácticamente se crio ahí.

A su juicio, la actitud del ahora imputado cambió cuando decidió vivir en Santiago. Al volver a la comunidad, dice, se comportaba muy distinto.

—Estuvo varios años viviendo allá (…) cuando llegó acá, llegó una persona transformada (…) Seguramente que ya no pudo estar más allá y después se vino para acá, o quizás cometió algo allá y por eso se vino —plantea.

Tanto Elia como Sonia, también sobrina de la víctima, acotan un antecedente. Su primo viene de una familia de alcohólicos. Por eso, cuentan, creció en una casa ajena, donde Petronila lo crio.

De acuerdo a información recabada por la Unidad de Investigación de BioBioChile, Huaracán Catrilef también tiene problemas etílicos y ha recibido tratamiento por eso. El día del crimen, por ejemplo, ingirió alcohol, sin embargo, esto no es un elemento que lo exima de responsabilidad penal.

Era la propia hija de la víctima quien lo llevaba a tratamiento por su alcoholismo, pero cuando Luis se fue a Santiago, la relación se distanció.

De su paso por la capital no saben mucho, pero antecedentes de este medio dan cuenta que en 2009 estuvo privado de libertad en la ex Penitenciaría de Santiago, actualmente conocida como el Centro de Detención Preventiva Santiago Sur.

Robo y homicidio de Petronila Huaracán en Saavedra

Audiencia de formalización

“Veía cosas”

No recuerdan en qué año volvió, pero con certeza en 2019 ya estaba de vuelta en la región de La Araucanía. El 7 de agosto de ese año el imputado ingresó al Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) de Nueva Imperial para cumplir una pena de tres años y un día por el delito de robo en lugar habitado. Así, transcurrido el periodo, el 12 de abril de 2022 quedó en libertad.

Esa fue su última condena de un total de cinco causas que registra su historial. Con todo, la familia de Petronila Huaracán asegura que en la comunidad le tenían miedo, pero también lástima.

—La gente, los vecinos, se encerraban cuando andaba cerca de un cierto sector —recuerda Silvia Curifuta Cayupil, sobrina de la víctima.

De acuerdo al clan, el imputado decía que “veía cosas” y en ocasiones que lo “perseguían unos monstruos”. Incluso, Sonia relata que en una ocasión acudió a su casa para pedirle un cuchillo para defenderse.

—Muchos años estuvo así y se le pidió ayuda al papá (…) y (decía) “ya, lo voy a hacer”, y fue pasando el tiempo y pasó esta desgracia tan grande —lamenta.

Según la parentela, el joven se escudaba en tener problemas psicológicos, sin embargo, no existen antecedentes objetivos de ello. De hecho, tampoco es una línea que la defensa del imputado ha planteado, al menos por ahora.

Seis meses

Durante la audiencia de formalización, Huaracán Catrilef se acogió a su derecho de guardar silencio.

El defensor público, Matías Oviedo, argumentó que no había evidencia de que la decapitación y la amputación de las orejas fuesen cometidas mientras la víctima seguía viva, por lo que no habría ensañamiento. Cuestionó además el delito de robo calificado, ya que -entre otros argumentos- no se encontró el monto en manos de su representado.

En respuesta, el Ministerio Público apuntó a que el certificado de defunción del Servicio Médico Legal comprueba que la causa de muerte fue la decapitación compatible con la acción de terceros.

Respecto al hurto, se indicó que un rastro de sangre hallado en la escena del crimen, traza los movimientos del autor del homicidio al interior del inmueble, incluyendo la cartera desde donde se extrajo el dinero.

En esa línea, el ente solicitó la prisión preventiva, medida a la que la defensa se opuso. No obstante, el juez que presidió la audiencia, Freddy Gramer Rascheya, acogió la petición del Ministerio Público y decretó la internación del imputado al CPP de Nueva Imperial.

El plazo de investigación se fijó en seis meses.

Manifestantes fuera del Juzgado de Garantía de Carahue por homicidio de Petronila Huaracán en Saavedra

Canal 3 Nueva Imperial

Piden “justicia con letras grandes” por crimen de Petronila Huaracán

Por las amenazas que se le imputan a Luis, la familia teme que se revoque su medida cautelar o no se le condene a la privación de su libertad.

—Lo único que exigimos es justicia, que se haga justicia. ¿Qué pasa si él sale de nuevo? ¿Va a pasar otro caso más y de ahí vamos a seguir en lo mismo? ¿Seguir viviendo la comunidad con miedo? —cuestiona Sonia.

Enfatiza en que buscan vivir seguros y sin temor de que vayan a sufrir un nuevo hecho de este calibre.

—Yo misma acá tengo un adulto mayor (…) tiene 87 años, mi tío, y el otro día sufrió una crisis de pánico, tuve que ir a parar al hospital con él porque me dice que parece que ya le van a entrar por las ventanas.

Así, el deseo por la “cadena perpetua” es algo que reiteran por igual.

—Como familia y comunidad solo pedimos que se haga justicia con letras grandes —concluye Silvia.

BBCL Investiga contactó a la Defensoría Penal Pública para este artículo, sin embargo, desde la institución declinaron referirse al caso.

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