Fue hace más de un año que el Ministerio Público comenzó a investigar al exalcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, por los delitos de malversación de caudales públicos, cohecho, fraude al fisco, lavado de activos y falsificación de instrumento público.
Lo anterior se dio tras la revelación de su amigo y expresidente legal del Consejo Local de Deportes, Vita Salud y Vita Deportes, Domingo Prieto Urrejola, de irregularidades al interior de los programas “Vita”, situación que se extendió por más de 10 años al interior de la sede edilicia del sector oriente.
Boletas falsas, entregas de dinero en efectivo, son algunos de los mecanismos utilizados bajo la administración de Torrealba para defraudar las arcas municipales, pero además de esto, una serie de otros hechos -hasta ahora desconocidos- sucedieron al interior de la municipalidad que hoy lidera Camila Merino (Evópoli).
La Unidad de Investigación de Radio Bío Bío tuvo acceso a la carpeta de investigación del caso, donde se detallan maniobras a las que fueron sometidos exfuncionarios municipales para obtener dineros: créditos que debieron solicitar a la banca para entregar en efectivo y a través de transferencias directamente a Prieto Urrejola.
Las solicitudes de Prieto
“Sí, puedo señalar que por WhatsApp Domingo Prieto reconoce que nos hizo pedir créditos para destinar a fines municipales”, dice Augusto César Silva en su declaración voluntaria a la fiscalía.
El contador, de 47 años, desempeñó funciones en el Consejo Local de Deportes y la Corporación Vita. Silva explicó que “frente a todo el desorden y las constantes peticiones de dinero (…) don Domingo, tanto a Arnaldo como a mí, nos pedía plata personal nuestra para las instituciones y para fines municipales”.
Con el pasar de los años, siguió relatando, “era tanta la plata la que me pedía don Domingo, que requerí de préstamos con el banco para poder entregársela”. Además, detalló que él tenía un crédito anteriormente y que nunca pudo prepagarlo “porque estaba obligado a destinar la plata a estos requerimientos de don Domingo”.
En septiembre de 2017 conversó con Prieto y logró que la deuda comenzara a ser saldada. “Don Domingo me empezó a pagar las cuotas del crédito desde el Consejo Local de Deportes y contra boletas le exigió conseguirse a Arnaldo -contador de Vita Emprende y Vita Deportes- para respaldo”.
En octubre fue el primer pago, pero “en junio o julio del 2020, se dejaron de emitir estas boletas al Consejo Local de Deportes, y Domingo y Antonia (Larraín) decidieron que se empezara a emitir a Vita Deportes, para pagarnos las cuotas de nuestros créditos”.
No solo Silva da cuenta de los créditos que debió solicitar a bancos, también Arnaldo Andrés Cañas González. Este fue contador de Vita Emprende y Vita Deportes, y afirmó que “los primeros préstamos que yo saqué fueron dos, uno de 5 millones y otro de 10, después saqué por refinanciamiento y un adicional por 26 millones”.
Junto a lo anterior, explica Cañas, “pagué gastos con línea de crédito y con mi tarjeta. La plata era para gastos de la piscina o porque me las pedían para la Municipalidad, también parte de la plata que pedí prestada fueron para préstamos que me pedía don Domingo a título personal”.
Según su declaración, Arnaldo quiso salir y renunciar, pero en 2018 comenzó con problemas de salud. “Empecé con desmayos en la calle y se presumía entre los médicos que tenía un tumor cerebral. Al estar presionado por los altos montos de los préstamos y además de mi enfermedad señalada. (…) Así que decidí afrontar el trabajo y asumir las órdenes de mí jefe, con el miedo constante de que mi préstamo no fuera pagado”.
Utilizando la misma fórmula que señaló Silva, para poder pagar los créditos, desde la municipalidad le exigieron conseguir personas para realizar boletas. “Domingo Prieto, Renato Sepúlveda y Antonia Larraín estaban en conocimiento de la enfermedad que me afectaba. Como era tanto el dinero que regularizar, me siguieron exigiendo más profesionales para emitir boletas y cubrir las cuotas de préstamos, por lo que tuve que solicitar a muchas otras personas que me ayudaran con esta situación. Como ellos sabían de mi condición de salud decidieron ayudarme sin tener ninguna responsabilidad en el asunto”, señaló Arnaldo Cañas.
Pero no solo esa tarea. También le asignaron “la función adicional de armar dichas rendiciones tanto de Vita Emprende, Vita Deportes y en el Consejo Local de Deportes, donde tuve la obligación de incluir los gastos que don Domingo Prieto y las personas encargadas me entregaban. En ellas debía incluir las boletas para poder cancelar la cuota del crédito solicitado y seguir cumpliendo con las solicitudes de la municipalidad”.
Detalle de los créditos
No fueron pocos los créditos, y año a año debían sumar la cantidad de dinero por las peticiones de Prieto. Arnaldo Cañas detalla en su declaración los montos de lo que debió solicitar y fechas exactas. Todo comenzó en 2016, el 10 de febrero, con un préstamo por $5.000.000 al banco Falabella. Este fue “transferido a las cuentas de Vita Deportes y Consejo Local de Deportes por la cantidad de $2.500.000 a cada cuenta”, explica. El segundo por $13.000.000 al mismo banco, “en diciembre 2017 por solicitud de Domingo Prieto, entregados a él en efectivo”.
En 2018 fue el tercero, por $7.850.000, al mismo banco, también solicitado y entregado en efectivo a Prieto. Ese mismo mes “se refinancian los dos primeros créditos pidiendo un crédito personal al banco Estado por $21.157.809”. Al igual que los anteriores, indica Cañas, “esta solicitud me la hace don Domingo Prieto para poder cancelar dineros que él solicitó a Cesar Silva por tal motivo deposite un cheque de $5.000.000.- y una transferencia por $5.000.000 a la cuenta de Cesar Silva”.
Un mes después, solicitó otro por $10.700.000 al Banco Santander y nuevamente fue “entregado a Cesar Silva en un cheque en su cuenta por $11.200.000 para cancelar dineros solicitados a él por Domingo Prieto”, reveló. El siguiente fue en febrero de 2019, por al Banco Santander por $16.680.000, esta vez “para aportar a la cuenta de Vita Emprende. Entregué 16.000.000 el día 06.02.2019 en un cheque. La diferencia se utilizó para cancelar solicitudes de Domingo Prieto”.
En agosto de 2019, el día 26, “ por nuevas solicitudes se vuelve a refinanciar todos los préstamos anteriores excepto el de $16.680.000 con el propósito de ordenar todo y dejar una sola cuota. Solicité al banco Santander un nuevo crédito por $49.984.625. Y deposite un cheque de $10.850.144 a Cesar Silva para poder abonar a su deuda y la diferencia de poco más de 5 millones se entrega a Domingo Prieto. Quedando el valor cuota de $1.605.346 en 36 cuotas”, dijo.
Y el último fue en abril de 2020 cuando se refinancia nuevamente el crédito, “pidiendo un aplazamiento de cuotas para poder cancelar las diferencias a Cesar Silva. Quedando una deuda de $62.100.000 en 48 cuotas de $1.505.000″.
Pagos finales
Casi al terminar el mandato de Torrealba en Vitacura las deudas se comenzaron a saldar, pero no en su totalidad. Bajo este contexto, se llegó a la conclusión de que el pago se realizaría a través del finiquito, es decir, los desvincularían.
En diciembre de 2020, Antonia Larraín -directora subrogante de Desarrollo Comunitario y muy cercana a Torrealba- llamó a Cañas y Silva a una reunión para “regularizar la situación, las partidas pendientes, ver el tema de las rendiciones ”, se explica en los documentos de la investigación.
En esa línea, según indica Silva, “ella me empieza a preguntar por el origen de estos créditos de Arnaldo y míos. Yo le dije que en esta conversación resultaba imprescindible que estuviera don Domingo, quien fue quien nos había ordenado facilitarle a él y a las organizaciones los montos de dinero que explicaban estos créditos. Sin embargo, a pesar de nuestros llamados durante la reunión, éste nunca contestó ni se apareció. En esa reunión, Antonia me termina diciendo que los préstamos se me seguirán pagando hasta marzo”.
Pero en marzo de 2021 se tomó la decisión de desvincularlos. “Este despido se dio luego de la reunión ya referida con José Bucarey y Antonia Larrain, en que se conversó acerca de los préstamos que las instituciones nos debían a Cesar y a mi. Luego de esa reunión, entiendo que don José Bucarey habló personalmente con el alcalde y se decidió que la única manera para pagarnos nuestros créditos era a través del finiquito”, revela Cañas en su declaración.
Entonces, una semana después de la reunión, Antonia Larraín les comunicó que serían despedidos. “En esa época la deuda que tenía con el banco por los préstamos ascendía a unos $62.000.000 aproximadamente, incluidos intereses” menciona Cañas y agrega que “fui a formalizar mí finiquito y el dinero correspondiente, 19 millones, lo aboné en su totalidad a la cuenta del crédito, quedando un monto de 32 millones pendientes de pago”.
Finalmente, el resto de las deudas, fue el mismo Domingo Prieto el que se las pagó. “Él me transfirió un total de 17 millones de pesos a través de dos vías: la primera a través de transferencias de una cuenta de inversiones de la señora de don Domingo, por un total de $8.000.000. Y la segunda mediante un cheque personal de don Domingo por $9.000.000. Así, sumando los $19.000.000. que perdí de mi finiquito, al tener que destinarlo a pagar una deuda que había contraído en favor de las instituciones de Vitacura, más la diferencia de $ 15.000.000, que es el saldo de la deuda que me quedó sin pagar, perdí por esta situación la suma $34.000.000”, dice?
El caso de César Silva terminó de cierta medida mejor que el de Cañas: “Hago presente que, en total y luego de todos los movimientos de dinero, tanto los que yo entregué como los que me devolvieron, según un cálculo que hice en diciembre del 2020, arrojó un saldo en contra mía de $3.000.000”.