—Sí, señor. La Lesly me vendió.
A una semana de su muerte, Camilo Noé Rojas Chepulich (27) sigue causando revuelo en Valparaíso. Más conocido como el Ñaju, su narco funeral hoy infundió temor en tierras porteñas: calles cortadas, colegios cerrados y fuegos artificiales dejó el paso de su cortejo fúnebre en dirección al Cementerio 3 de Playa Ancha.
Fueron 30 proyectiles que terminaron en su camioneta y en su cuerpo mientras estaba estacionado afuera del Colegio Las Acacias el miércoles recién pasado. Tres sujetos se encargaron de ejecutarlo a quemarropa.
El primer intento por matar al Ñaju, sin embargo, no fue este 15 de marzo de 2023. Él mismo supo que lo habían vendido hace casi dos años, cuando su propia “amiga” lo entregó a sus atacantes para que lo balearan afuera de un McDonald’s.
Fue un intento fallido. A la medianoche de un viernes. Por eso esta vez fue distinto. Las balas que lo mataron se escucharon a plena luz del día.
Camino al McDonald’s
La historia del asesinato frustrado está contado por el propio Ñaju, en una declaración que prestó ante el OS-9 de Carabineros.
El 9 de diciembre de 2021, Rojas Chepulich manejaba acompañado de Lesly, su amiga, como él le decía. Ella tenía 13 años y ambos vivían en el mismo barrio.
La conocía hace dos meses. Por eso, a eso de las 21:00 horas la recogió en la avenida Pacífico para ir a comer a un McDonald’s emplazado en Curauma, un acomodado barrio residencial porteño.
Dos horas antes, Lesly le avisó a su mamá que se quedaría con una amiga. No le dijo nombres, sólo que llegaría a su casa al día siguiente por la mañana. Y mientras su celular acumulaba llamadas perdidas de su madre preocupada, Lesly daba vueltas con Camilo Rojas.
La primera parada que hicieron fue en un local de comida de Reñaca. Las puertas estaban cerradas así que se dieron media vuelta con destino al McDonald’s de Curauma.
—Nos colocamos a la fila de los vehículos esperando que nos atendieran. Veo a Lesly que constantemente mandaba mensajes —contó el Ñaju en medio de la investigación por el ataque en su contra que, al igual que su asesinato de este miércoles, está a cargo del fiscal José Miguel Subiabre.
“La Lesly me dejó botado”
Mientras veía a su compañera con el celular en la mano y esperaba pedir las hamburguesas, un Nissan Qashqai gris se paró frente a ellos. Según Rojas Chepulich todo fue muy rápido. Nueve disparos impactaron en su vehículo. Tres en su cuerpo.
El Ñaju describió que fue un sujeto joven el que lo apuntó con una pistola y disparó. En un acto reflejo se cubrió el rostro con el brazo.
—Siento que me habían pegado unos balazos. La Lesly se bajó rápido de mi auto y me dejó botado. Me comencé a sentir muy mal producto de las heridas —recordó Rojas.
Entonces, la gente que fue testigo de la balacera se acercó para ayudarlo mientras llegaba la ambulancia. Lograron trasladarlo hasta el Hospital Van Buren y pese a quedar gravemente herido, se salvó.
—Sí, señor. La Lesly me dejó botado, herido en el auto. Ella conoce a quienes me dispararon. Ella me vendió —concluyó en su declaración.
Precisamente, la investigación estableció que en medio de la balacera, Lesly descendió del automóvil del Ñaju para subirse al vehículo de donde provenían los balazos. Huyeron en dirección a la Ruta 68.
Entre el caos, la menor dejó su celular en el asiento. Los peritajes más tarde dieron con un primer sospechoso, el que finalmente fue sobreseído.
Lea la declaración del Ñaju
Altas sumas de dinero
El 15 de marzo de 2023 Camilo Rojas vivió una escena similar. Esta vez era de día. Estaba estacionado afuera del Colegio Las Acacias. Los 30 balazos sembraron caos en el centro educacional. Nadie pudo salvarlo y murió en el lugar.
Según contó el pasado miércoles el subprefecto Rodrigo Muñoz, jefe de la Brigada de Homicidios de la PDI en Valparaíso, el levantamiento de imágenes ya permitió individualizar el automóvil en el que se movilizaban quienes dieron muerte al Ñaju.
En la oportunidad, el detective también indicó que no se descarta que este hecho tenga que ver con un enfrentamiento con una banda rival y deslizó vínculos con el narcotráfico, al aseverar que en el caso también trabaja la Brigada Antinarcóticos. De acuerdo a la PDI, el Ñaju no contaba con antecedentes.
Según información recabada por BBCL Investiga, una vez consumado el asesinato, el fiscal José Miguel Subiabre solicitó autorización al Juzgado de Garantía de Valparaíso para extraer la información del teléfono celular del Ñaju, encontrado al interior de la camioneta de este último.
La petición fue realizada a través de una comunicación directa al tribunal, en la que también mencionó que en el vehículo se encontró una “alta suma de dinero” que -hasta ahora- no ha sido precisada.
Los asesinos del Ñaju aún no han sido detenidos.
Este martes, al menos 15 colegios y una universidad debieron suspender sus clases en Valparaíso por temor al funeral del Ñaju.
Según información de Radio Bío Bío en Valparaíso, la cancelación de actividades es una iniciativa propia de los colegios y no por orden del DAEM o la Seremi de Educación, con el objetivo de mantener el resguardo de los estudiantes.
“No podemos permitir que el narcotráfico decida el calendario escolar. En Chile no vamos a aceptar que eso suceda”, dijo hoy la ministra del Interior, Carolina Tohá.
“Es una buena decisión que un establecimiento diga ‘voy a suspender clases’, con recuperación probablemente, un día en que hay un fenómeno en una población que puede ser y poner en riesgo a los estudiantes”, complementó, en tanto, su par de Educación, Marco Antonio Ávila.
El nombre real de Lesly fue modificado para este artículo, al tratarse de una menor de edad.