"Actívate con El Coco, esperamos llamao’": las pistas del lanzamiento de explosivos a cárcel de Lebu

“Compañero, tenimos todo listo (sic)”.

Con esas palabras escritas con lápiz azul en la esquina de una hoja de cuaderno, se acompañaron los paquetes con explosivos y detonadores arrojados al interior de la cárcel de Lebu, en la región del Bío Bío, la noche de este lunes.

Seis cartuchos de explosivos, sumados a cuatro detonadores eléctricos y dos cartuchos de escopeta, conformaron la encomienda lanzada por dos desconocidos a eso de las 21:57 horas. El actuar de ambos quedó en evidencia en imágenes captadas por cámaras de seguridad aledañas al recinto penitenciario.

En la pieza audiovisual se ve cómo dos hombres -vestidos con polerón tipo canguro- arrojan sendos objetos al interior de la cárcel. Uno cayó en el techo y otro en la línea de fuego del inmueble (ver video).

La declaración

El hecho también quedó registrado en los testimonios de al menos dos funcionarios de Gendarmería. La declaración la entregaron apenas minutos después de lo sucedido.

“Me encontraba cumpliendo funciones de centinela (…) cuando me percato que choca un lanzamiento desde el exterior”, partió relatando uno de los funcionarios.

“Ante esta situación informo de manera inmediata al cuerpo de guardia para el procedimiento de rigor (…) (El paquete) estaba envuelto en un nylon transparente. Es en ese momento cuando abrimos el envoltorio con la intención de dilucidar lo que contenía en su interior. Logramos el hallazgo de tres elementos cilíndricos, los cuales aparentemente serían componentes explosivos”, agregó.

A fin de resguardar su integridad física, el gendarme finalmente dejó el elemento en el mismo lugar para activar los protocolos correspondientes.

“Esperamos el llamao”

Fue así como a eso de las 22:40 desde Gendarmería se contactaron con la fiscal de turno Carolina Molina Albornoz, quien ordenó las primeras diligencias al GOPE de Carabineros.

¿El resultado preliminar? Material explosivo, empleado para labores de minería, según confirmaron fuentes de este medio.

Al abrir uno de los paquetes también se halló una pieza de papel de cuaderno cuadriculada: “Felipe, compañero, tenimos todo listo. Actívate con el Coco, esperamos el llamao"”, versa el escrito. El mensaje culminaba con lo que sería una firma: “Yo Celso” (ver imagen).

Los nombres: un homicidio y drogas

Según información interna de Gendarmería, los nombres de Coco y Felipe harían referencia a dos reclusos: Jorge Luis Cuevas López, alias “El Coco” y John Felipe Sáez Llancao, más conocido como Felipe.

Cuevas López tiene 28 años y en octubre de este año fue condenado a 10 años y un día de presidio por el asesinato de Cristopher Matías Manríquez Cortés. El crimen se remonta al 20 de marzo de 2021, en Cañete.

Según consta en la sentencia del Tribunal Oral en lo Penal de la comuna, “El Coco” junto a cuatro personas interceptaron a la víctima junto a su pareja y su bebé, mientras transitaban por una de las rutas de ingreso a Cañete.

Fue ahí cuando el grupo hizo descender de su automóvil a los afectados para atacarlos con armas de fuego y un hacha. Un golpe con esta última le provocó la muerte a Manríquez Cortés.

Sáez Llancao, en tanto, tiene 24 años y permanece en el penal de Lebu debido a una investigación en su contra que lo vincula a la venta de pasta base de cocaína en Curanilahue. En primera instancia iba a ser llevado hasta Arauco, pero su defensa arguyó rencillas con otros detenidos, por lo que terminó en Lebu.

Por el delito, fue detenido el 22 de julio de este año y se está a la espera de su desenlace judicial. También registra una causa abierta por amenazas simples.

El traslado

Tras vincular sus nombres a la encomienda, Gendarmería ordenó el traslado inmediato de ambos internos al CCP Bío Bío, en Concepción.

De acuerdo a un documento interno del organismo, la decisión se debe a que ambos “estarían involucrados directamente con los hechos antes descritos”. La orden fue dada a eso de las 03:00 horas de este martes.

Pese a ello, fuentes de fiscalía precisan que no existe confirmación de la participación o una vinculación directa de los reclusos con el lanzamiento de los explosivos.

En efecto, no es posible descartar que los nombres podrían tratarse de una treta para desviar la atención de los investigadores.