De Roma a Santiago, pasando por Lima y Santo Domingo, en República Dominicana. La Corte Suprema chilena accedió a la extradición del ciudadano italiano Massimiliano Beltrami (47), condenado por formar parte de una extensa red de narcotráfico con operaciones en Sudamérica y Europa.
La solicitud llegó al máximo tribunal del país mediante una nota diplomática proveniente de la embajada de Italia. Ello, a fin de iniciar el cumplimiento de una condena en su contra de 8 años presidio por ingresar cocaína al viejo continente.
De acuerdo a los antecedentes tenidos a la vista por la Unidad de Investigación de BioBioChile, los hechos se remontan a diciembre de 2014, cuando personal de la Guardia di Finanza italiana controló una encomienda proveniente de la República Dominicana.
En la caja de cartón se leía como remitente al propio Beltrami. ¿La destinataria? La madre de sus hijos y conviviente, Tejada Desiree, con residencia en un barrio periférico de la capital del antiguo imperio.
Un condenado fugitivo
Según información enviada por la justicia romana a Chile, en el paquete enviado vía Fedex se hallaron 15 objetos artesanales de madera, los que ocultaban en su interior 493,999 gramos de cocaína.
Escuchas telefónicas permitieron más tarde realizar una entrega controlada de la encomienda. En el operativo policial se incautó la droga y se halló un pasaporte de Beltrami en el que constaba la entrada del italiano en Santo Domingo.
Más tarde sería condenado por la justicia italiana, pero por ese entonces ya había enfilado a nuevos rumbos.
Más de 100 kilos a Chile
Su nombre, en efecto, pasó desapercibido hasta 2018. Cayó detenido a más de 10 mil kilómetros de su hogar. En la frontera de Chile y Perú. Una vez más la cocaína era protagonista de su historia.
A comienzos de ese año, Beltrami y otros cuatro italianos coordinaron la compra y transporte de más de 100 kilogramos del estupefaciente. Para esto, el grupo viajó a fines de febrero de 2018 desde Italia a Chile. Trajeron consigo cuatro jet ski. Su coartada era que participarían de un torneo de deportes acuáticos.
La idea era simple: llevarían las motos de agua hasta una localidad cercana a Lima, las cargarían con droga y las volverían a ingresar a Chile. El destino final era Roma, vía marítima.
El plan, sin embargo, no resultó como esperaban. Alcanzaron a cargar dos motos para intentar internarlas a territorio nacional cuando la Aduana chilena les cayó encima.
“No venían bronceados”
Aunque anecdótico, fue uno de los fiscalizadores quien comenzó a sospechar que las excusas que dieron los italianos no cuadraban. Resulta que al funcionario chileno que los atendió en la frontera le pareció extraño que no vinieran bronceados. Esto, pese a supuestamente estar participando de un evento playero en pleno verano.
Así, llevaron las motos -cargadas en sendas camionetas- hasta el pozo de revisión y se dieron cuenta que los remaches no correspondían a los originales. Los inspectores taladraron uno de los jet ski y apenas perforaron la cubierta saltó un polvo blanco: era cocaína. En total, eran 103 kilos de clorhidrato de cocaína con un 57% de pureza, droga avaluada en más de 4 mil 500 millones de pesos de aquel momento.
Beltrami cayó detenido casi de manera paralela. Si bien no transportaba las motos, carabineros hicieron un control de identidad al italiano, quien se encontraba en actitud sospechosa en el complejo.
Puntualmente, fue detenido por la policía “en circunstancias en que éste vigilaba el cargamento de droga”. Documentos hallados en su vehículo confirmarían más tarde su vínculo con el narco.
La Operación Tirreno, cómo se haría conocida en medios de comunicación, terminó con Beltrami condenado a 9 años de prisión en Chile. Actualmente cumple su castigo en la cárcel de Arica.
Extraditado, pero…
La tramitación de la extradición de Beltrami, que comenzó a fines de octubre de este año, llegó finalmente a su fin este martes, cuando la Corte Suprema acogió la solicitud italiana.
La decisión fue dictada por el ministro Ricardo Blanco Herrera, quien estimó que la petición cumplía con todos los fundamentos exigidos por el tratado suscrito entre Chile e Italia en 2002.
Eso sí, su traslado no se concretará hasta que el condenado cumpla la pena de 9 años que pesa sobre él en nuestro país.
Se estima que -de no mediar algún beneficio- Beltrami se mantenga tras las rejas hasta 2027. Recién entonces, podrá rendir cuentas ante la justicia romana.