Una investigación del organismo de derechos humanos Safeguard Defenders asegura que China opera (u operó) a nivel mundial al menos 54 centros de servicios policiales secretos y no declarados en distintos países, e incluso uno de ellos se habría situado en Viña del Mar, con el objetivo de obligar a quienes se fueron del gigante asiático a regresar al país, y para ejercer influencia y silenciar a los opositores políticos.
Se autodenominan “Estaciones de servicio en el extranjero 110”, en referencia al número de emergencia de la policía china.
El reporte, de más de 20 páginas, sostiene que el propósito es, mediante estos centros, lograr “un medio para que el Partido Comunista Chino (PCCh) tome la ley en sus propias manos, sin importar la jurisdicción, y para, en sus propias palabras, ‘tomar medidas enérgicas contra diversas actividades ilegales y criminales que involucran a personas chinas en el extranjero’”.
Estas “estaciones de servicio en el extranjero”, agregan, se establecen principalmente para realizar una serie de tareas aparentemente administrativas para ayudar a los chinos en su comunidad de residencia en el extranjero, “pero también tienen un propósito mucho más siniestro y totalmente ilegal”, según expone la organización civil Safeguard Defenders.
Mediante “operaciones de persuasión”, buscarían coaccionar a los sospechosos de hablar en contra del régimen chino para que regresen a casa.
“Si bien la evidencia disponible hasta el momento sugiere que la mayoría de las operaciones policiales transnacionales se llevan a cabo a través de las herramientas en línea de la “estación en el extranjero” operada a nivel nacional, algunos relatos de operaciones oficiales citan explícitamente la participación activa de las Asociaciones de Ciudadanos en terreno para rastrear y perseguir objetivos indicados por la Oficina de Seguridad Pública local o la Fiscalía en China”, explica el reporte.
Laura Harth, directora de campaña de Safeguard Defenders, dijo a The Associated Press que “uno de los objetivos de estas campañas, ya que es reprimir la disidencia, es silenciar a la gente (…) Entonces la gente tiene miedo. Las personas que están siendo atacadas, que tienen familiares en China, tienen miedo de hablar”.
Los investigadores describieron la existencia de posibles sitios en las principales ciudades del mundo, luego de que las oficinas de seguridad chinas en Fuzhou y Qingtian hicieran públicas sus direcciones.
Safeguard Defenders afirmó que estas estaciones son probablemente una “fachada” que los funcionarios chinos usan para reprimir a sus críticos en el extranjero mientras administraban las solicitudes administrativas y presionaban a los disidentes para que regresaran.
En principio, el régimen chino rechazó las afirmaciones de que se trataba de estaciones de policía secretas e insistió en que los puestos de avanzada se utilizaron para disuadir el “fraude transnacional” y brindar servicios diplomáticos a los ciudadanos chinos que viven en el extranjero.
Según el informe, entre abril de 2021 y julio de 2022, la policía china establecida en el extranjero “persuadió” a 230.000 presuntos fugitivos para que regresaran al país “voluntariamente”, aunque las autoridades chinas admitieron que no todos los objetivos habían cometido un delito.
Cómo funcionan las comisarías ilegales que tendría China en distintas partes del mundo
El informe indica que estas comisarías ilegales se presentan como ventanillas únicas para los chinos en el extranjero, que ofrecen asesoramiento legal, procesamiento de documentos y “línea directas” con la policía en China.
Detallan que el 23 de mayo de 2019, el People’s Public Security News publicó un artículo sobre establecimiento de los “Centros de Servicio de Policía en el Extranjero” y que brindan “servicios convenientes para la gran cantidad de chinos en el extranjero”.
Para su instalación, la policía china habría contactado a nivel mundial a 135 ciudadanos nacidos Qingtian, entre ellos “líderes chinos y líderes de grupos chinos en el extranjero”, estableciendo “un equipo de más de 1.000 miembros del personal de información del servicio de red en el extranjero”, todo coordinado por un “centro de enlace nacional”.
“A través del establecimiento de centros de servicio en el extranjero, la policía del condado de Qingtian ha logrado avances en su búsqueda de fugitivos en el extranjero. Desde 2018, la policía de Qingtian ha detectado y resuelto seis casos penales relacionados con chinos en el extranjero, arrestó con éxito a un fugitivo con notificación roja y convenció a dos sospechosos que se rindan bajo la asistencia de los centros en el extranjero”, señala el citado reporte.
De acuerdo al estudio, Europa tiene la mayor concentración de centros policiales no declarados del mundo. En tanto, varios gobiernos occidentales ya reaccionaron a los informes y comenzaron investigaciones, en lugares como Canadá, Londres, Glasgow, Nueva York, Ottawa, Dublin, Madrid, Amsterdam, Rotterdam y Sidney.
En América del Sur, estas bases ilegales estarían en Buenos Aires, San Pablo, Río de Janeiro, Guayaquil, Quito y Viña del Mar. Tanto en Chile como en Argentina, la presunta comisaría ilegal sería administrada por la Oficina de Seguridad Pública del condado de Fuzhou (provincia de Fujian).
Un disidente chino que vive en los Países Bajos, citado por la cadena de televisión RTL y el sitio web de investigación Follow the Money, asegura que estas “comisarías de policía” son en realidad utilizadas para silenciar a los opositores políticos.
Antecedentes sobre la posible oficina en Viña del Mar
BioBioChile accedió a un listado de 30 presuntas comisarías secretas chinas reveladas en el informe. La número 23 sería la correspondiente a Viña del Mar, con una dirección y número telefónico chileno, al que los ciudadanos asiáticos podrían contactarse en caso de emergencias, tal como si fuera un cuartel policial.
En la ciudad jardín, la supuesta base figura enlistada en un inmueble de la calle Von Schroeders. Radio Bío Bío visitó el lugar y pudo advertir que no ocurría ninguna actividad relacionada al gobierno chino y que actualmente luce como una bodega. Un letrero indica que la propiedad cuenta con vigilancia las 24 horas. Sin embargo, conocedores aseguran que la casa pertenece a una empresaria china avecindada en la región.
Vecinos comentan que es regular ver el ingreso de ciudadanos chinos, aunque de momento, no es posible establecer si funciona o funcionó ahí alguna vez un cuartel policial secreto.
Al revisar publicaciones en redes sociales, advertimos que -hasta hace algunos meses- el número de teléfono en cuestión estaba asociado a un restorán chino de Recoleta.
Pese a aquello, al discar este viernes, nuestra llamada fue atendida por un hombre de nacionalidad china que en un limitado español aseguró trabajaba en otro restorán, de calle Francisco Vergara en Viña del Mar, cuyos dueños serían los mismos propietarios de la casa individualizada en el informe.
Y ambos locales comerciales chinos podrían tener algún grado de vinculación, ya que en una publicación del restorán de Recoleta en Facebook, de noviembre de 2021, se invitaba a visitar el de Viña del Mar.
Pese a reiterados intentos por contactar a la embajada de China en Chile para conocer su parecer sobre la revelación del informe de Safeguard Defenders, no atendieron a nuestros llamados.
En tanto, desde el Consulado de China en Santiago aseguraron no tener antecedentes sobre la existencia de alguna oficina correspondiente a la policía china en Viña del Mar.
Otros sitios donde habrían funcionado estas comisarías en el mundo
The Associated Press visitó algunos de los lugares identificados por Safeguard Defenders en Roma, Madrid y Barcelona. En esos sitios encontraron, respectivamente, un salón de masajes, la sede en español de una asociación de ciudadanos de Qingtian y una empresa que brinda servicios de traducción legal, pero no hallaron indicios de estaciones de policía u otra actividad directamente relacionada con el gobierno chino.
Un trabajador de la empresa de traducción de Barcelona confirmó a dicha agencia que una Estación de Servicio de la Policía en el Extranjero de Fuzhou operó en las instalaciones durante algunas semanas este año.
Un informe de la televisión portuguesa detalló que uno de los lugares, ubicado en un complejo industrial en el norte de Portugal, parecía ser un taller de automóviles operado por un hombre chino.
Si bien el hombre negó cualquier conexión con el gobierno chino, la emisora SIC Noticias lo mostró en un video promocionando los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing y dijo que encabeza una asociación local que ayuda a los inmigrantes chinos.
Marton Tompos, legislador de Hungría, dijo que uno de los dos lugares en la capital de ese país tenía un letrero que decía Estación de Policía de Qingtian en el Extranjero. Tompos dijo que no pudo contactar a nadie afiliado a los sitios, y que cuando los visitó nuevamente días después, el letrero ya no estaba allí.
En el caso de Dublin, el Departamento de Relaciones Exteriores ordenó el cierre de una “estación de servicio de policía” china que operaba en el centro de la ciudad. La Estación de Servicio de la Policía en el Extranjero de Fuzhou abrió a principios de este año en un edificio de oficinas en Capel Street, que compartía con otras organizaciones chinas.
No obstante, la embajada china en Dublín insistió en que la oficina de Capel Street no participó en ninguna actividad policial ni hay evidencia de que estuviera involucrada en actividades de “persuasión”.