El nuevo coronavirus gatilló cambios drásticos en el mundo entero y una de las principales medidas recomendadas para frenar su avance fue el aislamiento social de la población a nivel planetario.
No obstante, aquello no ha sido recibido del todo bien. En Estados Unidos, por ejemplo, ya van varios días de protesta en contra de las medidas anti pandemia.
En Chile, en tanto, algunas personas o sectores continúan con sus vidas pese a la mortal enfermedad.
Muy por el contrario a nosotros, si miramos el mundo animal, la naturaleza cuenta con varias especies que dominaron la aislación al punto de llegar a convertirse en expertos en esta práctica.
A diferencia de los humanos, seres altamente sociables… o que necesitan serlo para poder desarrollarse; vivir solos es parte casi que del ADN de algunos animales, y lo ha sido así desde hace años.
En esa línea, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por su sigla en inglés) hizo una recopilación de los mejores ejemplos naturales a la hora de hacer de la soledad una forma de vida.
Conoce a continuación el listado:
Tortugas marinas
La tortugas marinas han vivido en los océanos del planeta por más de 100 millones de años y durante todo ese periodo lograron adaptarse al recorrido de miles de kilómetros para alimentarse o aparearse.
Es en procesos como esos en los cuales estas deciden acercarse a otro ejemplar, ya sea para procrear o a la hora de anidar, pero por un acotado periodo de tiempo.
Todos las crías que nazcan producto de esa relación iniciarán una vida de soledad apenas rompan el huevo.
Ornitorrinco
El ornitorrinco es un mamífero endémico del este de Australia y de la isla de Tasmania y pasa sus días comiendo crustáceos y plantas en distintos cuerpos de agua.
Para lo único que dos ejemplares adultos de la misma especie se reunirán será por motivos de reproducción.
Ballenas azules
Las ballenas azules, los animales mas grandes del orbe, también son parte de este grupo, según WWF, desde donde precisaron que pese a que a veces nadan en pequeños grupos, es normal verlas recorriendo el océano completamente solas.
“Buscando un compañero en periodos de procreación, estos gigantes solitarios se llaman entre ellos desde varios kilómetros de distancia, usando gemidos que alcanzan los 188 decibeles”, señalaron.
Pandas gigantes
Caracterizados por su tamaño y comportamiento completamente pacífico, los pandas gigantes son otra de las especies de nuestro planeta que llevan una vida alejada del resto sin mayor complicación.
Específicamente, su sentido del olfato les ayuda a percibir la presencia de otros de su clase para evitarlos o buscarlos si se trata de la época de apareamiento.
Tras convertirse en madres, las hembras contarán con la compañía de sus crías por hasta un año y medio.
Leopardo de las nieves
Solitarios y silenciosos depredadores, los leopardos de las nieves pueden ser catalogados como animales evasivos que tienen sus momentos de actividad durante la madrugada y el crepúsculo.
Al igual que en los ejemplos anteriores, solo se juntan a la hora de aparearse y las hembras quedan a cargo del cuidado de las crías, solas.
Jaguares
En la misma línea que el felino anterior, el jaguar vive en la más absoluta de las soledades… hasta que quiere procrear.
De acuerdo a la WWF, una pareja puede tener relaciones hasta 100 veces al día.
En tiempo normales prefieren cazar desde los aires, subiéndose a árboles, desde los cuales saltan para atrapar a su presa, las que incluso incluyen peces que ellos mismos obtienen en diferentes cuerpos de agua.
Orangutanes
Los orangutanes viven hasta 45 años, pasando gran parte de ese periodo a solas en las selvas tropicales de Indonesia y Malasia.
Fácilmente distinguibles por su pelaje rojo, disfrutan colgándose de los árboles, donde se pueden encontrar con otros ejemplares de su misma especie a la hora de alimentarse.
No obstante, la soledad es un gusto adquirido para estos animales ya que, de pequeños, pasan hasta 7 años con sus madres, de las cuales dependen para una serie de actividades.
Osos polares
En tierra, y hablando netamente de los carnívoros, los osos polares son el animal más grande en nuestro planeta, los que intercalan sus vidas entre el hielo y las frías aguas del polo norte.
Abiertamente antisociales, solo buscan la compañía de otros de su especie para aparearse, proceso que dura una semana máximo.
En el caso de las hembras, estas viven por un periodo de tiempo junto a sus crías, las que después emprender su propio rumbo.