La elefanta asiática Ramba pasó décadas actuando en circos en Chile y Sudamérica. Su caso generó controversia en los años en que estuvo bajo la custodia del reconocido circo de Los Tachuela, donde la justicia confirmó que fue maltratada.
Sin embargo, en 2012 un grupo de activistas logró rescatarla e inició gestiones para que pudiera dejar atrás la esclavitud a la que fue sometida: quedó bajo el resguardo del Parque Safari de Rancagua y en octubre de este año fue trasladada hasta un santuario en Brasil, donde fue feliz hasta hace pocas horas, ya que la administración de ese lugar confirmó que la elefanta, de más de 52 años, falleció.
“Con gran pesar informamos de la muerte de Ramba. Nuestra obstinada abuela, hermosa y más grande que su vida, ya no tenía la fuerza para combatir sus problemas renales”, redactó el Santuario de Elefantes de Brasil en su cuenta de Instagram.
La publicación, acompañada de una foto en donde se ve a la paquidermo jugando en el barro, contiene además la siguiente reflexión: “Parece que los elefantes tienen un conocimiento profundo e inexplicable sobre la vida. Le prometimos una y otra vez que vendría al Santuario y luchó por llegar hasta aquí”.
A renglón seguido, añadieron que en ese recinto Ramba “encontró una alegría gigantesca, logró explorar como siempre había deseado y descubrió el significado de la verdadera amistad. Tal vez eso era todo lo que ella necesitaba y merecía”.