Un equipo de científicos liderado por la bióloga marina, Francesca Pancaldi, del Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas de México, pudo registrar cómo hacen las orcas para cazar al pez más grande del mundo: el tiburón ballena.
Recordemos que, este pez de tipo cartilaginoso, de cuerpo largo y angosto, y cabeza ancha, puede llegar a medir hasta 12 metros y pesar más de 30 toneladas.
Sin embargo, las orcas, que miden y pesan mucho menos, se las ingenian para cazarlo. Pancaldi y su equipo observaron a una manada de orcas en el Golfo de California, que colaboran y se coordinan para lograrlo.
Las orcas se caracterizan por sus curiosos métodos y no es primera vez que se les observa cazando a otros depredadores del océano, por lo que “no es realmente sorprendente que también cacen tiburones ballena”, dijo a Science Alert Erick Higuera Rivas, biólogo marino que participó de la investigación.
“Lo sorprendente es ver la interacción entre dos especies tan carismáticas de los océanos y también cómo esta manada en particular sabe adaptarse y ha adquirido diferentes tipos de estrategias para cazar presas diferentes”, comentó el experto.
De acuerdo con el estudio, este grupo orcas desarrollaron técnicas que les permiten obtener los órganos de su presa, como han hecho algunas manadas de orcas en Sudáfrica con tiburones blancos, por ejemplo.
“En el caso de la caza del tiburón ballena, esta manada utiliza esfuerzos de trabajo en equipo y técnicas de caza específicas para inmovilizar a los tiburones y extraer los órganos internos, específicamente el hígado“, explicó Higuera.
¿Cómo las orcas cazan al tiburón ballena?
Las orcas son una única especie, llamada Orcinus orca, pero se pueden diferenciar algunos grupos a partir de cómo se alimentan. Algunas se conforman con salmones, otras incluso cazan ballenas.
Las del Golfo de California cazan una amplia gama de especies, peces, mamíferos marinos y hasta tortugas, pero una manada destacó por cazar elasmobranquios, el grupo al que pertenecen las rayas diablo y tiburones ballena.
En esta manada destaca un macho orca al que los investigadores llaman Moctezuma, que fue avistado por primera vez en 1992. Por su longevidad, teorizan que se trataría de un grupo familiar de orcas.
Pancaldi observó 4 cacerías, en 3 estuvo presente Moctezuma y algunas orcas hembras de su manada. El grupo estuvo muy coordinado, describen los expertos. El estudio se publicó en la revista Frontiers in Marine Science.
Para cazar al tiburón ballena, las orcas primero lo embisten con fuerza y velocidad hasta aturdirlo o inmovilizarlo. Luego, lo voltean y comienza el verdadero ataque.
Una vez en posición, desgarran la presa con sus dientes para que sangre. Específicamente atacan la zona de su estómago, muy cerca del hígado. Si bien no vieron a las orcas comiendo este órgano, podría ser su objetivo, ya que es rico en nutrientes.
“He visto personalmente a la misma manada de orcas que aparece en el artículo comer únicamente el hígado de otras especies de tiburones en el Golfo de California. Sabemos por otras publicaciones que las orcas tienen como objetivo ese órgano (como en Sudáfrica) porque es rico en lípidos, omegas y otros nutrientes“, explicó Pancaldi.
“Las orcas podrían comer otros órganos como el estómago y los intestinos, pero no lo sabemos al 100%. Como en el caso de los grandes tiburones blancos en Sudáfrica, también están interesadas únicamente en el hígado del tiburón ballena. El cuerpo del tiburón ballena está compuesto principalmente de cartílago y músculo, por lo que no es muy rico en nutrientes para un mamífero superdepredador como lo son las orcas”, añadió.
Los investigadores no creen que la caza de tiburones ballena perpetuada por orcas signifique un peligro para la población de esta especie. Además, tampoco barajan que sean un objetivo nuevo para ellas, ya que son bastante indefensos y nadan lento.
“Las orcas se especializan en cazar las presas que están disponibles en su área o región. El aprendizaje es un componente clave para una variedad de comportamientos, incluidos los relacionados con la búsqueda de alimento“, completó Higuera.
El estudio ayudó a los científicos a comprender mejor el comportamiento de las orcas y cómo estas aprenden y perfeccionan sus técnicas de caza.
“Los parientes, incluidas las madres, suelen desempeñar un papel clave en este aprendizaje en los primeros años de vida de una orca, aunque los individuos que adoptan al menos algunas conductas de búsqueda de alimento continúan aumentando su eficiencia a lo largo de gran parte de su vida. Estos procesos de aprendizaje pueden dar lugar a la transmisión cultural de conductas que se propagan entre asociados cercanos dentro de una población o incluso en toda una población“, concluyó Higuera.