El karachi o científicamente Orestias parinacotensis, es un raro pez que sobrevive en los salados entornos del altiplano, y está en peligro debido a la extracción del litio.
Se trata de una especie pequeña, que habita en pocos cuerpos de agua de la alta cordillera en el norte de Chile. De hecho, una importante cantidad de ellos está en el salar de Ascotán.
Sin embargo, este salar, ubicado a unos 3.700 metros sobre el nivel del mar, se ha visto amenazado por la industria del minera. El entorno del karachi entonces, se hace más hostil.
Los karachi son peces extraordinarios porque tienen la capacidad de adaptarse al difícil ambiente en el que viven, con poco oxígeno, agua, alta radiación solar, metales pesados, mucha sal y temperaturas cambiantes.
Científicos del Centro de Genoma del Instituto Milenio lo han estado estudiando y descubrieron que ha evolucionado muy rápidamente.
“Hemos visto cómo lo han hecho en un tiempo evolutivo corto porque hay otras variantes de este pez en ambientes menos hostiles. (…)Han tomado estos genes y los han exacerbado“, dijo a Reuters Miguel Allende, director del centro.
El karachi amenazado
La amenaza no es reciente. Lugareños reclaman que la industria del cobre ya causó estragos en esta especie luego de que extrajeran agua del salar.
“Eso es lo que les está haciendo daño, cuando le quitan el agua se mueren los peces”, comentó al medio, Mauricio Anza, que vive en la zona.
Mauricio explicó que la gente cerca del salar Ascotán está haciendo esfuerzos para preservar la flora y fauna de la zona.
Sin embargo, en septiembre pasado, las cosas se complicaron cuando el Comité de Litio y Salares, parte de la Estrategia Nacional del Litio del gobierno, anunció los lugares donde se podrán hacer los primeros contratos de extracción de este mineral.
Los salares seleccionados son: Coipasa en Tarapacá; Piedra Parada, Agua Amarga y Laguna Verde en Atacama; y Ollagüe y Ascotán en Antofagasta.
Según la Fundación Terram, este salar está categorizado como Sitio Prioritario de conservación en la Estrategia Regional de Biodiversidad de Antofagasta.
“(Este) pez que solo existe en el salar de Ascotán y en su salar vecino, el Caracote. Es una especie de alto endemismo y muy reducida distribución, que no se encuentra en ningún otro lugar del país ni del mundo“, señalaron.
“Además, Ascotán es uno de los sitios de nidificación del flamenco andino; una especie en estado vulnerable por la alteración que ha sufrido su hábitat en los salares”, advirtieron.
Allende concluyó que “la actividad minera, si bien es importante desde el punto de vista económico, debe realizarse con el objetivo de que este ambiente tan particular no se pierda para siempre”.