Las lluvias excepcionales que afectaron al Sáhara el mes pasado han dejado un impresionante fenómeno en medio del desierto de Marruecos. En Merzouga, las intensas precipitaciones formaron lagunas entre las dunas, y en la provincia de Zagora, un lago que había estado seco por más de 50 años ha vuelto a llenarse.
Entre el 7 y 8 de septiembre, las lluvias torrenciales dejaron entre 50 y 250 milímetros de agua en poco tiempo, causando inundaciones y desbordes de ríos que resultaron en la muerte de 18 personas en Marruecos. Estos chubascos también trajeron una sorpresa: la resurrección del lago Iriqui, que no contenía agua desde 1968.
El lago Iriqui, ubicado a unos 300 kilómetros al suroeste de Merzouga, en una zona desértica, es de gran relevancia ecológica. Durante años, fue un punto importante para las aves migratorias que viajan entre Europa y África.
Tras las lluvias, el lago alcanzó una extensión de 13 kilómetros de largo y 11 kilómetros de ancho, un tamaño que no se había visto antes. Así lo confirmó la Agencia Nacional de Desarrollo de Zonas de Oasis y del Árbol de Argán (ANDZOA).
Adel Moumane, investigador de la Universidad Ibn Tofail de Kenitra, explicó que descubrió el renacimiento del lago mientras analizaba imágenes satelitales el 9 de septiembre. Al confirmar la presencia de agua, el equipo se desplazó al lugar para verificar el hallazgo. Un día después, la NASA también publicó imágenes que mostraban la presencia de este y otros cuerpos de agua formados por las lluvias.
Lago estuvo seco por más de 50 años en Marruecos
Lo sorprendente es que no solo se llenó el lago, sino que también resurgieron formas de vida. Los triops, pequeños crustáceos cuyos huevos pueden sobrevivir hasta 70 años en condiciones de sequía, volvieron a aparecer en las aguas de Iriqui. Además, el lago podría atraer nuevamente a las aves migratorias, como los flamencos, que solían anidar allí.
Moumane considera este fenómeno como algo “excepcional”, ya que el lago dependía históricamente del río Draa, que ha cambiado su curso debido a la sequía. Sin embargo, esta vez, el agua llegó desde otro río, el Mhasser, lo que permitió la reaparición del lago.
Por su parte, Mustapha Faouzi, director territorial de ANDZOA, destacó el impacto ecológico positivo que tendrá la reaparición del lago para la región. La zona, habitada por nómadas y pastores, se beneficiará tanto ecológica como turísticamente, especialmente en el campo del turismo científico, ya que Iriqui cuenta con más de 130 especies vegetales.
El regreso del lago es visto como una oportunidad para continuar investigaciones científicas y analizar si las aves migratorias, que dejaron de visitar la zona hace medio siglo, volverán en los próximos meses.