Sábado 17 agosto de 2024 | Publicado a las 08:00
· Actualizado a las 21:57
visitas
visitas
VER RESUMEN
Resumen automático generado con Inteligencia Artificial
El negocio del quillay en Chile ha crecido debido a las saponinas que se extraen de este árbol endémico. Estas sustancias, complejas y únicas en el quillay, se utilizan en diversas industrias, como la farmacéutica y la minera, ofreciendo beneficios para la salud y el medio ambiente. Para evitar el impacto negativo en los bosques esclerófilos, se ha implementado un Plan de Manejo aprobado por CONAF que permite la extracción del quillay de manera sostenible.
Desarrollado por BioBioChile
El negocio del quillay no es nuevo, un componente de este árbol endémico de la zona central de Chile se exporta desde hace décadas a países más grandes (y desarrollados) que lo utilizan en diferentes tipos de industrias que significan grandes aportes a la humanidad. Esto ha hecho que la especie viva en constante amenaza por la industria creciente, pero ¿cómo es que sigue en pie si se exportan miles de toneladas al año?
El quillay es único de Chile, donde además de la industria extractiva, se expone a la sequía, las especies invasoras y los incendios forestales. Sin embargo, su explotación no se detendrá, gracias a las saponinas.
Resulta que algunas plantas contienen una sustancia jabonosa en sus hojas o corteza, estas tienen diferentes compuestos, pero las del quillay específicamente son más complejas y tras estudiar sus propiedades se descubrieron distintos usos. Uno de ellos, por ejemplo, es la industria farmacéutica.
Las saponinas se utilizan como adyuvantes en las vacunas, que son sustancias que refuerzan la respuesta inmunitaria de los antígenos, por ende, dan un funcionamiento más efectivo a los antídotos. Se ha usado esta molécula del árbol, por ejemplo, en vacunas para el herpes zóster, la malaria y la enfermedad por coronavirus.
Pero esta no es la única industria donde se saca provecho al quillay. El mercado en Chile comenzó a apelar a la investigación científica para buscar nuevos usos, y al ver que el árbol estaba siendo altamente explotado, también tuvieron que encontrar la forma de extraer saponinas manteniendo a la especie, fomentando su crecimiento y protegiéndolo. ¿Cómo lo hicieron?
La fórmula para no matar al quillay
Antiguamente, las saponinas se extraían talando el quillay o despojándolo de su corteza, razón por la que igualmente los ejemplares terminaban muriendo. Además, se sacaban del bosque esclerófilo, un tipo de vegetación donde los árboles son de gran importancia para el ecosistema.
Ahora, quienes extraen las saponinas intentan intervenir de una manera en la que, en lugar de morir, el bosque siga creciendo de manera sana. Así lo explica en conversación con BiobioChile, Andrés Gonzalez, CEO de Desert King Chile, una empresa que partió como startup extrayendo saponinas en la quinta región, y hoy genera productos para la industria minera, farmacéutica, cosmetológica, agrícola, alimentación humana y animal a nivel mundial.
Actualmente, existe un Plan de Manejo, autorizado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF) que permite retirar quillay sin dañar el bosque esclerófilo. “Ahora vamos individuo por individuo viendo qué rama o qué vástago del árbol (raíz donde pueden crecer más troncos en un mismo árbol) no tiene futuro o no le hace bien. Entonces se poda, por lo tanto, se deja al árbol con mucha más capacidad de seguir viviendo”, explica.
“Retiramos las ramas que no tienen mucha viabilidad para el árbol y de esas ramas nosotros obtenemos la biomasa, no necesariamente la corteza, sino que la biomasa de la cual sacamos las saponinas que necesitamos. Hemos visto árboles en condiciones de estrés, que se están muriendo y que se hace una poda y en dos años hemos vuelto a esos predios y los árboles han rejuvenecido”, asegura González.
En total, Desert King extrae unas 12.000 toneladas de quillay al año utilizando este método, bajo la jurisdicción de CONAF. Los expertos van a los predios, analizan el estado de los árboles y envían un informe al organismo para que luego este vaya a la zona a hacer el mismo trabajo y comprobar la información recogida por la compañía, solo así, pueden comenzar la poda.
Las ramas después van a parar a una planta productiva, donde se transforman en saponinas. Este proceso requiere ciencia, pero es bastante simple. De acuerdo con Leandro Padilla, Gerente de Investigación y Desarrollo de Desert King, “es como hacer un té”.
“Las ramas pasan por un proceso de astillado, y esas partículas que son ya de menor tamaño se extraen con agua caliente, para no usar solventes orgánicos. Así como se pone una bolsita de té en el agua caliente, nosotros a gran escala lo que hacemos es agregar agua a estas astillas de quillay, con lo cual se obtiene un extracto que tiene un color parecido al del té”, explica.
“Ese extracto es sujeto a varias etapas de purificación para remover algunas impurezas, así podemos obtener productos con distintos contenidos de los componentes activos, que son las saponinas del quillay”, agrega.
A la fecha, se han estudiado algunos métodos para producir saponinas sintéticas, en busca de no limitar la producción a Chile y para reducir la extracción del árbol, pero al ser las saponinas tan complejas, no es viable para una producción a gran escala, señala el científico.
“Yo diría que es algo que no se puede realizar fácilmente. Y es por eso que las fuentes naturales por mucho tiempo van a ser la opción más económicamente rentable. Y también más amigable con el medio ambiente. Porque en el caso de la producción de algún compuesto de forma sintética, también hay un impacto en el medio ambiente que a veces no está tan claro”, puntualiza.
¿En qué se están usando las saponinas?
Si bien las saponinas se exportan fuera del país, también hay un mercado en Chile, aunque más pequeño. De hecho, una de las áreas donde más se utilizan a nivel país es en la industria minera, con fines de protección ambiental.
Por ejemplo, Desert King patentó un producto que permite reducir la neblina ácida que se produce por las piscinas de soluciones líquidas, donde se purifica el cobre.
“Son unas piscinas de ácido sulfúrico donde se le inyecta corriente de alta tensión. Y este ácido sulfúrico es el que logra la separación del mineral respecto del cobre. Pero burbujea. Y al burbujear, estas burbujas revientan. Y al reventar las burbujas, se genera una especie de rocío de micropartículas de ácido sulfúrico que flota en el aire. Y eso es increíblemente dañino, no solo para las personas y las instalaciones, sino que es una neblina ácida que flota y genera lluvia ácida y corrosión”, explica González.
Este producto del quillay, cambia la tensión superficial del líquido contaminante de la purificación del cobre. “Entonces, las burbujas, en vez de reventar de una manera brusca, revientan de una manera que no se genera esta neblina o este rocío”, añade.
Otra industria que cubren con las saponinas es la alimentación animal, “la más exitosa”, dice Andrés. Y es que los expertos también desarrollaron un producto que reduce la ingesta de antibióticos en salmones, pollos y cerdos. Sin embargo, no se utiliza mucho en Chile.
“En los salmones logramos reducir un 70% el uso de antibióticos gracias a la aplicación de este compuesto en su comida. Esta aplicación es súper exitosa en el mundo. Nosotros vendemos hace bastantes años ya a Estados Unidos, pero también a Europa y Asia. Casi no vendemos en Chile, porque en general ocupan otro tipo de complementos de la alimentación que no son tan naturales. Entonces lo consideran caro”, plantea González.
Otra industrias en las que se utilizan las saponinas también son la cosmética, donde se aplican en los emulsionantes; en la alimentación humana, ya que esta sustancia se puede usar para espumar bebidas, The Coca-Cola Company, figura como un importante cliente en este rubro; y en la agricultura, porque potencia el crecimiento y salud de las raíces de las plantas.
Domesticando a un árbol único de Chile
Además de producir, al menos Desert King también tiene metas en investigación y desarrollo. Leandro enfatiza que “en concreto estudiamos las propiedades del quillay, basándonos en la ciencia, la bioquímica, la botánica y tratar de descubrir cómo funciona este árbol. Eso se llama la domesticación de la especie”.
“Una parte importante de nuestros esfuerzos están destinados a desarrollar plantaciones clonales con nuestros propios clones de quillay, que tienen la concentración de saponinas que nos gusta. (…) Estamos no solamente accediendo al bosque nativo, sino que investigando y ocupando todos nuestros recursos de investigación en ver cómo transformamos al quillay en la nueva especie forestal para Chile. Una especie adaptada al medio chileno”, añade González.
La empresa, que nació en Quilpué, hoy cuenta con 13 patentes en distintas etapas “y eso es una generación de conocimiento para Chile. Muy pocas empresas generan patentes de conocimiento como las nuestras, y eso lo hacemos acá. Entonces también es un ejemplo de descentralización, y de que la ciencia se puede hacer también desde provincia”.
Según el CEO, la competencia en la extracción de saponinas de quillay “es brutal”, especialmente porque algunas empresas han preferido ahorrase los costos de investigación y desarrollo, muchas veces replicando procesos que les tomaron años y recursos.
“Yo no estoy claro ni seguro de que toda la competencia accede a través de los métodos válidos al bosque nativo y obtiene la biomasa de la forma correcta. Y quiero hacer un llamado a la autoridad en eso, a que ejerza control sobre los planes de manejo”, sugiere.
Por último, hace un llamado a permitir la intervención sana de iniciativas como estas para aportar en el cuidado y protección del bosque esclerófilo. “Hay ciertas consignas que dicen: ‘al bosque nativo no se le toca’. Y eso es súper grave, porque cuando el bosque nativo está sufriendo, requiere y necesita intervención humana correcta y adecuada para hacerlo revivir“.
“Por ejemplo, nuestro bosque no tiene renovación por semilla. Entonces hay que asistirlo para que haya renovación por semilla. Porque no tocar el bosque nativo en la condición en que está ahora, es esperar que el bosque se envejezca y se muera”, concluye.