Esta semana se inauguró el proyecto piloto denominado “Habilitación de Espacio Público Villa El Sol”, impulsado por Fundición Chagres de Anglo American y que contempló la recuperación de una plaza para los vecinos de Catemu, comuna ubicada en la región de Valparaíso.
En la realización del piloto, se utilizaron aproximadamente 1.000 kilos de escoria, que, mezclados con áridos naturales, dio como resultado un material de alta calidad para la construcción, lo que a su vez facilitó el trabajo de los emprendedores a cargo de las obras en el manejo de las piezas, ya que la escoria es más pesada que otros áridos.
La escoria de cobre o silicato de fierro es un material que se genera en el proceso de fundición de concentrados de cobre. Tras extraer cobre y azufre, los elementos restantes contenidos en el concentrado se encapsulan en un material que parece una roca.
Nuevo espacio público en Catemu
Esta iniciativa busca demostrar que las escorias pueden ser reutilizadas, potenciando de esta forma la economía circular, junto con abordar problemáticas de la comunidad, como la recuperación de espacios públicos o la pavimentación de calles.
Suina Chahuán, subsecretaria de Minería, señaló: “Este proyecto refleja de buena manera el tipo de minería que -como Gobierno- queremos promover, una comprometida con los territorios, que pone al centro las necesidades de las comunidades y que busca soluciones creativas con tal de ponerlos en el centro”.
Para llevar adelante el proyecto, Anglo American trabajó con la Junta de Vecinos de Villa El Sol, el Municipio de Catemu, la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y la Fábrica Rústicos de Llay Llay, emprendimiento local que construyó cada una de las piezas que fueron instaladas en el espacio urbano designado.
El gerente general de Fundición Chagres, Benjamin Martinich, destacó la importancia del trabajo colaborativo, junto con señalar que “proyectos piloto exitosos, como este, reafirman nuestro compromiso con re-imaginar la minería para mejorar la vida de las personas”.
¿Cuál es la utilidad de las escorias de cobre?
Pese a estar catalogadas como residuos, las escorias son completamente inocuas, pues no generan impactos negativos al estar en contacto con agua, aire, tierra o incluso la piel. Además, su dureza superior a los áridos naturales les da mayor resistencia al mezclarse con cemento, hormigón u otros áridos, haciendo que las piezas resultantes sean muy atractivas para la construcción.
Carlos Carlesi, director de la Escuela de Ingeniería Química de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y quien estuvo a cargo de la investigación, se mostró “feliz por poder ver este proyecto ya materializado”.
“Lo vemos todavía como un inicio, porque si bien es una plaza, creemos que esto está recién partiendo y esperamos poder seguir colaborando para apoyar la revalorización de materiales disponibles”, afirmó Carlesi.
Por su parte, Alán García, director ejecutivo de SOFOFA Hub, explicó que “el lanzamiento de este proyecto marca un hito importante en el Comité de Economía Circular para la Minería, iniciativa impulsada junto a CESCO (Centro de Estudios del Cobre y la Minería) y varias compañías mineras”.
En este sentido, representantes de Codelco Ventanas, miembros del este comité, estuvieron presentes junto a comunidades de Quintero y Puchuncaví, quienes conocieron las posibilidades de usar escorias.
En la actual legislación ambiental de Chile, las escorias están categorizadas como residuos mineros no peligrosos, lo que complica su utilización para otros fines debido a la carga normativa asociada a su manejo a gran escala, mientras que, en países como Estados Unidos, Alemania, China y Japón, desde hace décadas su uso es una realidad, siendo ampliamente utilizadas en el rubro de la construcción.