Domingo 09 junio de 2024 | Publicado a las 07:20
· Actualizado a las 14:35
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Según un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial, existe un 80 % de probabilidades de que la temperatura media del planeta supere el máximo histórico de 1,5 °C en los próximos cinco años, con posibles fluctuaciones entre 1,1 °C y 1,9 °C, lo que desencadenaría impactos climáticos como olas de calor, precipitaciones extremas y sequías prolongadas. Expertos como Francisco Fernandoy advierten que el calentamiento global, atribuido a la acción humana, ya ha elevado la temperatura en 1,1ºC desde la era preindustrial, con un aumento del nivel de dióxido de carbono del 50 %. En Chile, el Atlas de Riesgo Climático revela un escenario pesimista de aumento de sequías en regiones como Coquimbo y la Araucanía, junto con la pérdida de nieve en la Cordillera de los Andes. La disminución de precipitaciones afecta la disponibilidad de agua, siendo crucial el papel de los glaciares en la recarga de fuentes hídricas. La comunidad internacional, liderada por António Guterres, Secretario General de la ONU, insta a tomar medidas urgentes para frenar el cambio climático y evitar un escenario catastrófico.
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La temperatura media cerca de la superficie del planeta podría marcar entre 1,1 °C y 1,9 °C, dentro de los próximos cinco años, provocando un impacto climático en el territorio nacional, así lo expresó Francisco Fernandoy, geólogo que conversó con BBCL.
El panorama es preocupante. Un nuevo informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), señala que hay un 80 % de probabilidades de que la temperatura media anual del planeta supere el máximo histórico de 1,5 °C dentro de los próximos cinco años, pudiendo oscilar por primera vez entre 1,1 °C y 1,9 °C.
Pero, ¿de qué manera nos afecta que superaremos el nivel de 1,5 °C? Este evento que podría ocurrir entre los años 2024 y 2028, ya desencadena varios impactos climáticos como olas de calor mortales, constantes precipitaciones y períodos de sequías más prolongados.
Por otro lado, también ocurren fenómenos extremos que no notamos a diario, como la reducción de las capas de hielo, el hielo marino y los glaciares, la aceleración del aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos.
Para poner en orden esta serie de datos, BBCL conversó con Francisco Fernandoy, quien es académico de Geología de la Universidad Andrés Bello.
Según cuenta el geólogo y Doctor en Geoquímica de la Universidad de Potsdam, Alemania, el calentamiento global es un proceso anómalo, “atribuido a la acción humana por los numerosos estudios científicos que se ven reflejados en los informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC en sus siglas en inglés)”.
El informe más reciente del organismo data del año 2023, y señala que el aumento de la temperatura causado por el hombre en la actualidad es de 1.1ºC, si tomamos como referencia a la temperatura promedio global previo a la intensificación de la actividad industrial o periodo pre-industrial, ocurrido entre 1850 y 1900.
Seguidamente, el 2023 fue el año más cálido jamás registrado, pues la Tierra alcanzó los 1,45 °C por encima de los niveles preindustriales. A la par, los niveles de dióxido de carbono, en la actualidad, son un 50 % superiores a la era preindustrial, indicó la OMM.
Cambio climático: un escenario desalentador
En Chile, en el año 2020, se lanzó el Atlas de Riesgo Climático (ARClim) un informe que va en la línea de los trabajos conocidos por el IPCC.
A través del Atlas se realizó una compilación de 35 modelos de climáticos globales (GCM) e integra datos meteorológicos observados, para generar una proyección futura.
En este sentido, Fernandoy detalla que esta herramienta mide con precisión “un escenario futuro de liberación de gases de efectos invernadero pesimista, es decir, de intensas liberación de gases como CO2 a la atmósfera, por lo tanto se asume que no se logran los objetivos que se han recomendado para mitigar estos impactos en los informes científicos. A esto se le conoce como un escenario RCP8.5.”.
Las proyecciones futuras indican el impacto de una sequía, desde la zona central de Chile y que tiende a extenderse hacia el sur.
“Concretamente, las regiones que se verían afectadas bajo este escenario pesimista, van principalmente desde la región de Coquimbo a la región de la Araucanía, con un aumento de eventos de sequía clasificado como severo”, agrega el experto a La Radio.
Sin embargo, otro fenómeno de mayor envergadura ocurre con el derretimiento de la nieve en la Cordillera de los Andes. De hecho, el macizo sufre una pérdida de su manto de nieve del 12% por década, reveló una publicación de la revista científica Nature.
Déficit hídrico en Chile
La disminución de precipitaciones en la zona de montaña tiene un fuerte impacto en la disponibilidad de los recursos hídricos en general.
El docente de la Universidad Andrés Bello recalca que “las precipitaciones de invierno y la fusión de la nieve caida en este período y que se derrite en primavera y verano es la principal fuente de agua de gran parte del país y en especial de la zona centro sur de Chile, que además concentra alrededor de un 83% de la población del país”.
Para ejemplificar esta situación, en la cuenca del Aconcagua -la principal cuenca de la región de Valparaíso- aumenta su escorrentía hasta en un 75% del total anual entre los meses de octubre y marzo. Lo que se produce por el derretimiento de la nieve acumulada en el invierno en las zonas montañosas altas.
Finalmente, si la precipitación disminuye, la disponibilidad de este recurso hídrico corre riesgo. En este punto, el experto menciona que los glaciares asumen un rol importante, porque estas masas de hielo contribuyen hasta un 70% de la escorrentía en períodos de sequía, admite Fernandoy.
Por ejemplo, en la Patagonia desde el 2009, se registraron varios deshielos que afectaron a los glaciares de la región. Cabe mencionar que los glaciares cumplen la función de abastecer de agua para la agrícultura, además de ser reservas de recarga de ríos, lagos y napas.
“Hay comunidades que dependen del deshielo durante las épocas de sequía. Se espera que el cambio climático aumente los eventos climáticos extremos: más inundaciones y más sequía. Irónicamente, estos pueden ocurrir a la vez en lugares muy cercanos”, explicó Twila Moon, del Centro Nacional de Datos de Nieve y Hielo de Estados Unidos al portal científico Agencia SINC.
¿Qué ocurrirá con La Niña?
Por otra parte, el académico de la UNAB recordó que los pronósticos de la Administración Nacional Atmosférica y Oceánica (NOAA, por sus siglas en inglés) determinaron que el establecimiento de condiciones tipo Niña aumentaron a un 70%, hasta a mediados o fines de este año. De forma paralela, la OMM predice la formación de un episodio de La Niña y el restablecimiento de condiciones más frías en el Pacífico tropical a corto plazo.
Recordemos que el fenómeno de La Niña se caracteriza por un enfriamiento de las temperaturas del océano en la parte central y oriental del Pacífico ecuatorial. Se produce cada dos o siete años y alterna con el episodio inverso y momentos neutros. Estas variaciones de temperaturas pueden provocar fluctuaciones importantes del clima.
Mientras el fenómeno de El Niño, que ahora se retira gradualmente, provocó el aumento de la temperatura mundial del 2023.Aun así, la temperatura del planeta subirá por causa de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera.
A partir del informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), de que la temperatura media anual del planeta supere transitoriamente en 1,5 °C, el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, hizo un llamado para tomar medidas urgentes para frenar el cambio climático.
“Estamos jugando a la ruleta rusa con nuestro planeta”, afirmó Guterres, y añadió: “Tenemos que encontrar una salida de esta autopista que nos lleva al infierno climático. La buena noticia es que tenemos el control del volante. La lucha para limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C se ganará o se perderá en la década de 2020, bajo la mirada de los líderes actuales”.