Esta semana se confirmó que la gripe aviar finalmente llegó a la Antártica. La información fue confirmada por el Centro de Biología Molecular Severo Ocho, luego de que se encontraran dos aves muertas a causa del virus.
La gripe aviar fue identificada en dos skúas, un pájaro de gran tamaño, pariente de las gaviotas. Los ejemplares fueron hallados sin vida cerca de la base argentina Primavera.
Las muestras fueron trasladadas a una base española, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de dicho país, donde se hicieron análisis que confirmaron en un 100% la presencia del virus.
Esta es la primera vez que detectan la gripe aviar en la Antártica, aunque anteriormente se identificó en pingüinos muertos en las islas cercanas a la plataforma de hielo.
Ante la emergencia, científicos de diferentes países que se encuentran en el territorio han estado monitoreando el virus, incluidos algunos expertos del Instituto Antártico Chileno (INACH).
“El riesgo o peligro de que la gripe aviar llegue a la Antártica es que es una región donde hay grupos grandes y diversos que son sensibles a este tipo de virus“, comentó a BiobioChile, el Dr. Lucas Krüger, investigador Instituto Milenio BASE y el INACH.
De acuerdo con Krüger, el virus ya lleva tiempo en Sudamérica, mayormente en Chile y Perú, donde ha desencadenado “mortalidades masivas de pingüinos, de cormoranes, de lobos marinos, y de elefantes marinos”. Mientras que en Argentina, atacó a una gran cantidad de lobos marinos.
Las skúas peligran por la gripe aviar en la Antártica
Las skúas, (Stercorarius skua) son aves muy susceptibles al virus, si bien es primera vez que se detecta en la Antártica, ya habían sido expuestas a él en el otro hemisferio.
“En el hemisferio norte, varias especies de skúas han sufrido mucho y algunas poblaciones se han reducido a más de la mitad“, apunta Krüger.
Además, los contagios en skúas podrían ser los responsables de llevar el virus a la Antártica, ya que son aves migratorias. Pero no se ha confirmado esta hipótesis.
“Las dos especies que viven en la Antártica son especies migratorias de media a larga distancia. Y se sospechaba que podrían traer esto al continente helado”, señala el experto.
¿Qué pasa con los pingüinos?
Lo que más preocupa a los científicos es la taza de mortalidad en las poblaciones de aves y cómo estas se reducen. Recordemos que en la Antártica viven grandes poblaciones de pingüinos y un foco de gripe aviar en ellos podría afectarlos significativamente.
“Los afectos en pingüinos pueden ser muy variables, neurológicos y respiratorios. Causa gran mortalidad y esta varía de especie a especie, por su diversidad genética. Algunos pueden resistir el virus y otros morir”, puntualiza la Dra. Juliana Vianna, investigadora del Instituto Milenio BASE, académica de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Directora alterna del Instituto Milenio CRG.
Además, estas aves también enfrentan otros problemas, como la disminución del hielo en la plataforma Antártica y la escasez de alimentos a raíz del cambio climático, que afecta especialmente a sus mecanismos de reproducción.
Los científicos no sólo están monitoreando la presencia del virus, también “la potencial respuesta de las aves revisando sus genes y sistema inmune”, agrega Viana.
“Tenemos que seguir monitoreando, incluso porque no sabemos qué organismo ha entrado en la Antártica. Porque si hubiera pasado por la migración de las skúas, lo más probable es que hubiera llegado en octubre o noviembre. Tenemos que seguir monitoreando para entender qué animales transmiten esto y cómo seguirá propagándose”, añade Krüger.