Más de 30 personas participaron el pasado jueves de una minga en el sector Chacay de Santa Juana, para ir en ayuda de dos familias que resultaron afectadas por los mega incendios de febrero de este año.
La actividad fue coordinada por el equipo del programa “Red de Restauradores” de Fundación El Árbol y la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Bio-Bío.
El pasado jueves, parte del equipo de Fundación El Árbol, Comité Apícola Malal y estudiantes de trabajo social de la Universidad del Bío-Bío, se juntaron en el sector Chacay-San Jerónimo para construir una vivienda de emergencia para una familia afectada (los materiales fueron donados por la Municipalidad de Santa Juana) y además retirar y reubicar tejas de tres casas consumidas por las llamas.
Así, los participantes se dividieron en grupos para el desarrollo de las tareas en el sector. Si bien, lograron completar el retiro de las decenas de tejas, la construcción de la vivienda no logró ser finalizada, pero se avanzó en la instalación de los paneles y el piso. Para este caso, desde el municipio local quedaron a cargo de la tramitación de los materiales faltantes.
Origen del vínculo con Chacay
Poco antes del comienzo de los incendios, en noviembre de 2023 Fundación El Árbol comenzó a implementar su programa “Red de Restauradores: Articulación para la adaptación al cambio climático mediante soluciones basadas en la naturaleza”, el cual es financiado por el Gore Biobío y que abarca simultáneamente a 6 comunas de la región: Mulchén, Santa Bárbara, Florida, Hualqui, Nacimiento y Santa Juana, las cuales en los últimos años han evidenciado los efectos del cambio climático y las cuales fueron fuertemente golpeadas por la ola de incendios en la temporada estival.
Frente a este escenario, en el caso del sector de Chacay de Santa Juana, el trabajo del equipo de Fundación El Árbol se concentró principalmente en favorecer el encuentro y las relaciones colaborativas entre los diferentes actores de la localidad de Chacay-San Jerónimo.
A más de un año de la ejecución del programa “Red de Restauradores”, se busca favorecer el encuentro y las relaciones colaborativas entre diferentes actores para establecer una red que permita la recuperación del territorio con acciones solidarias como levantar una casa o apoyar la limpieza de sitios, los frutos de este trabajo colaborativo y de creación de redes.
Y hoy los resultados de este trabajo comienzan a ser visibles y son parte de un “proceso que sin duda va encaminado a la recuperación del territorio”, señala Jorge Barrera, Coordinador del programa ejecutado por Fundación El Árbol.
Durante este proceso, desde la organización ambientalista también se han establecido convenios como el de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Bio-Bío, donde de manera conjunta se efectuó una encuesta que permitió conocer la disponibilidad hídrica del sector.
A la luz de estos vínculos, surgió la necesidad de apoyar a los habitantes del siniestrado sector, indica Jorge Barreda. “Tras el mega-incendio, sabíamos que las ayudas a las familias afectadas iban a disminuir con el paso de los meses y queríamos estar ahí en ese momento también”, señaló.
“Luego de más de un año de ejecución del programa Red de Restauradores, conocemos a los principales actores locales y sabemos de sus capacidades y solidaridad, y por lo tanto, lo factible que era colaborar en algunas tareas urgentes para estas familias”, agregó.
Escenario actual y temas pendientes
Según indica el coordinador de la iniciativa, en este caso, “las relaciones de colaboración una vez que se echan a andar ya no paran, y próximamente no me cabe duda que estas mismas personas beneficiadas en esta oportunidad, probablemente luego estarán plantando árboles nativos junto al resto de los actores” afirma.
Tomando en cuenta el escenario en la región tras los incendios forestales de la temporada estival 2023, Jorge Barreda sostiene que “padecemos de un territorio homogeneizado por monocultivos forestales que limita la disponibilidad hídrica, erosiona los suelos luego de la cosecha y amenaza con quemar nuestras viviendas y patrimonio natural. Es urgente un cambio de la políticas públicas que establezcan límites a la industria forestal como: tamaños máximos racionales de plantaciones, ampliar las distancias a cuerpos de agua, limitar plantación en cercanías de viviendas, entre otras”.