El Servicio de Monitoreo de la Atmósfera (CAMS) de Copernicus, reportó un crecimiento “temprano” del agujero de la capa de ozono que se encuentra en la Antártica. De acuerdo con los nuevos datos de seguimiento de este organismo, su desarrollo fue más rápido que el promedio, especialmente en agosto de 2023.
El CAMS en cuestión, informó que “el agujero de la capa de ozono empezó a crecer rápidamente a principios de agosto, más rápidamente de lo que era habitual en años anteriores”.
Asimismo, alertaron que este hoyo en la estratosfera abarcó “un área de más de 16 millones de km2 al 29 de agosto”.
De hecho, el desarrollo del agujero en la capa de ozono en los últimos meses hasta ahora ha sido el décimo más grande en 43 años. Y en la misma línea, el 2023 ha sido “uno de los años con el agotamiento más temprano del ozono”, dice el CAMS.
“Hasta ahora, el desarrollo del agujero de ozono en 2023 se adelanta una o dos semanas, en comparación con la mayoría de los años en los 43 del re-análisis combinado”, explican.
Una animación ilustró la evolución del agujero en la capa de ozono entre inicios de julio y fines de agosto de cada año desde 1979.
“Sólo un puñado de años muestran actividad de destrucción de ozono durante los primeros días de julio. En 2023, la columna total de ozono se estabiliza a finales de julio y comienza a formar un importante agujero de ozono a mediados de agosto”, señala el CAMS.
¿Por qué se aceleró el crecimiento del agujero en la capa de ozono?
Los expertos atribuyen esta alteración del crecimiento promedio a un fenómeno natural. Se trata de la potente erupción del volcán Hunga Tonga que ocurrió a inicios de 2022.
De acuerdo con National Geographic, la explosión de esta erupción fue tan fuerte que incluso se escuchó en Alaska, a unos 10 mil kilómetros de distancia.
De igual forma, la erupción lanzó un penacho de gas caliente y ceniza que aproximadamente alcanzaría unos 56 kilómetros de altura, más alto que cualquier otra erupción antes registrada.
El CAMS estimó que el volcán “inyectó cantidades sin precedentes de vapor de agua en la estratosfera”, que en cifras exactas se acercan a 50 millones de toneladas, estiman.
Los científicos concluyen que este vapor caliente “es un factor que contribuye al rápido desarrollo” y resaltan que esta teoría es consistente con la física de la estratosfera y la química del agujero.
“El aumento del vapor de agua disponible puede conducir a una mayor formación de nubes estratosféricas polares en las que los CFC pueden reaccionar para acelerar el agotamiento del ozono. Además, el vapor de agua podría contribuir a enfriar la estratosfera antártica potenciando la formación de estas nubes estratosféricas polares y dando como resultado un vórtice polar más fuerte”, describen.
Pese a ello, el CAMS advierte que esta teoría todavía está en estudios y falta por determinar, puesto que nunca antes se había registrado una eyección de vapor de agua de tal magnitud.
