Este 17 de mayo se conmemora un nuevo Día Mundial del Reciclaje y nuestro país se encuentra en deuda. Chile es el país sudamericano que más basura genera, alcanzando un promedio de 456 kilos por habitante al año, lo que implica que cada chileno desecha más de 1 kilo de basura diaria.
Cerca del 90% de la basura que producimos se podría recuperar a través de prácticas como el reciclaje o el compostaje, ya que más del 50% de la basura generada es del tipo orgánica, pero sólo compostamos el 0,4%.
Es por eso que la investigadora del Instituto de Investigaciones Agropecuarias (INIA), Constanza Jana, hace un llamado a aprender a reutilizarlos con acciones simples, por ejemplo, armando una huerta urbana a partir de residuos domiciliarios, que se puede realizar en cualquier vivienda en Chile.
“La experiencia con huertas urbanas en Chile es escasa y creciente, se están consolidando como una alternativa válida para acelerar el proceso de cambios hacia estilos de vida más sustentables en diversos niveles, que además generan una serie de ventajas: Consolidar procesos de participación social, promover prácticas de conservación, sanear basurales y vertederos y transformar espacios degradados en espacios productivos”, explica.
La experta precisa que no hay un límite de espacio para una huerta urbana, pero se requiere contar con un mínimo de 6 horas de luz y disponibilidad de agua.
“Existen dos formas de establecer una huerta urbana: cultivando directamente en el suelo o en diferentes tipos de recipientes, lo que es ideal para patios, balcones e incluso paredes libres”, explica.
7 pasos para una huerta urbana simple y económica
La investigadora de INIA explica que el método que se use para armar una huerta urbana dependerá de la disponibilidad de espacio con el que se cuente y da los siguientes tips para armar una huerta urbana simple y económica.
1. Se deben buscar lugares cercanos, sin árboles que den sombra y ojalá, no en zonas de mucho viento. La mejor orientación es norte sur, siempre que sea posible.
2. Cuando no se cuente con suelo, se puede usar sustrato como la de fibra de coco que tiene gran capacidad de retención de agua, se puede reciclar y es de bajo costo. Otra alternativa para usar como sustrato es el agua a través de la técnica conocida como hidroponía.
3. Para la siembra, se pueden utilizar almacigueras comerciales o almacigueras recicladas, como envases de yogur, envases de huevos o macetas de papel a partir de diarios o conos de toallas de papel.
4. Utilizar restos de frutas, verduras, podas, pasto, hojas, para producir lo que conocemos como “compost o abono compuesto”, el que debe armarse en un lugar con buen drenaje y en semisombra. Los materiales verdes deben quedar en el medio de los materiales secos, para evitar olores. El requisito para que funcione es que se mantenga húmedo y se oxigene dando vuelta la pila, a lo menos una vez por semana. El producto obtenido debe ser secado y puede ser utilizado en dosis de 1 kg por m2 o 150 g por planta.
5. Para optimizar el espacio disponible, se puede combinar plantas de crecimientos horizontales como los cebollines con algunas de crecimiento vertical como las lechugas.
6. Se recomienda combinar especies de crecimiento rápido como el rabanito con algunas de crecimiento lento como zanahorias o repollos.
7. Hay que rotar los cultivos y no plantar de la misma especie en el mismo suelo o sustrato para no agotar al suelo y romper el ciclo de enfermedades.
Reciclaje, una nueva vida a productos usados
Por su parte, los productos no orgánicos también pueden tener una nueva vida, gracias al reciclaje. Es así como residuos útiles, como latas, botellas de plástico, vidrios, papel, cartón, cajas y diarios o revistas, pueden servir como material para otras cosas.
“Por generaciones hemos consolidado una cultura del desecho en la cual extraemos materias primas de los ecosistemas para ser transformadas en bienes y servicios, los cuales posteriormente son consumidos y cuando pierden su valor, son desechados en la tierra, los océanos, ríos y lagos, como también a la atmósfera, teniendo efectos negativos ambientales, sociales y económicos sobre nosotros y cada una de las especies que habitan este planeta”, asegura Andree Henriquez, Director Ejecutivo del Centro Tecnológico de Economía Circular.
Pero este no es sólo un trabajo individual, sino que también de las empresas. “Debemos tener claro, que la sustentabilidad ya dejó de ser un tema de nuevas tendencias”, asegura Alejandro Smith, Gerente comercial de Empresas DVP, quienes trabajan con un sistema de economía circular, donde a través de la recuperación de despuntes de perfiles y excedentes de revestimiento obtienen una nueva materia prima.
“Por el contrario, se volvió una necesidad urgente con el fin de resguardar los recursos y el cuidado del medio ambiente para las futuras generaciones. Por lo mismo, como empresas debemos buscar los caminos más rápidos y colaborativos para lograrlo””, agregó.
Frente a las maneras de lograr realizar pequeños cambios en nuestro entorno, es necesario seguir algunos consejos para aportar con un granito de arena al medio ambiente.
1. Residuos separados: Tanto como dentro de tu hogar, o en la comunidad del edificio, es importante poder separar tus residuos en diferentes contenedores: Asegúrate de separar los residuos según su tipo, como vidrio, plástico, papel y cartón, para facilitar su reciclaje.
2. Reduce el uso de plásticos: Debes intentar lo máximo posible evitar el uso de productos de plástico de un solo uso, como botellas, bolsas y cubiertos desechables.
3. Preferir productos reciclados. Existen actualmente muchos productos hechos con materiales reciclados para apoyar la economía circular y reducir la cantidad de residuos que se envían a los vertederos.
4. Dona o vende artículos usados. En Chile tenemos cada vez más tiendas con enfoque en reciclar y reutilizar productos, El foco está en darle una segunda vida a los objetos y reduciendo la cantidad de basura que generas.