La extinción de las abejas preocupa a los expertos, y es que a pesar de que en el mundo todavía existen alrededor 20.000 especies, estas van disminuyendo con el paso de los años, situación que agrega una crisis ambiental más a la lista creciente.
Mario Vallejo, biólogo evolucionista y explorador de National Geographic abordó esta problemática en detalle en conversación con BioBioChile, donde explicó cuáles son las claves para preservar a este insecto polinizador y por qué es importante incluirlas en la agenda política hoy.
Si bien las primeras alarmas sobre la extinción de las abejas partieron en los 80’s, el problema se oficializó en 2002, cuando los expertos comenzaron a catalogar el fenómeno como el Síndrome del Colapso de las Colmenas (CCD por sus siglas en inglés). A partir de allí, su desaparición fue aumento, aunque a la fecha sigue siendo difícil cuantificar las pérdidas.
Los principales factores tras su inminente extinción, señala Vallejo, son “el efecto y el estrés del cambio climático”. Asimismo, apunta a que “es difícil poner números exactos sobre como han respondido las abejas a las distintas presiones, pero en Europa por ejemplo, aproximadamente el 10% de las especies de abejas, 1 de cada 10, están amenazadas o en peligro de extinción“.
“Otro 10% o 12% (de las especies) tiene poblaciones que están se puede decir estables. Muy poquitas, menos del 1% sus poblaciones han aumentado, pero de la gran mayoría no tenemos datos de cómo están respondiendo, es un poco difícil apuntar con precisión”, agrega.
Las cifras resultan preocupantes al ojo experto y el no lograr contabilizar acentúa esta falta de certeza, puesto que las abejas son un pilar fundamental en los ecosistemas, polinizando el mundo y ayudando en la producción de gran parte de los alimentos que se consumen hoy.
Es por ello que su desaparición podría causar graves problemas y eventualmente sería algo que terminaría por afectar a los humanos. Si bien el experto aclara que la extinción pronta de las 20.000 especies no es muy realista, “perder algunas de las especies de abejas sí tendría un efecto que la gente notaría inmediatamente”, dice.
“Aunque algunas abejas sobrevivan, la pérdida de una gran parte seguramente va a tener un impacto negativo en los ambientes naturales. Yo creo que también para la polinización de algunas especies que requieren abejas para producir la comida que consumimos, como los tomates, o frutos como las zarzamoras, los arándanos, requieren de polinización por abeja, por ejemplo”, explica.
¿Qué medidas pueden funcionar para evitar la extinción de las abejas?
Diferentes países han adoptado ya algunas medidas para la preservación de las abejas; sin embargo, a la fecha no han sido suficientes para frenar su extinción, dice Vallejo.
Ante ello, sugiere la posibilidad de disminuir la agricultura intensiva, “la aplicación, por ejemplo de pesticida, tiene un efecto muy nocivo para las poblaciones naturales de abejas”, detalla.
En la misma línea, también enfatiza en “reducir los monocultivos intensivos“, que asegura se convierten en desiertos para las abejas. “Tratar de combinar los márgenes de los cultivos donde se siembren flores que las abejas nativas puedan usar”, propone.
Por otro lado, apunta a “controlar la importación de abejas extrajeras“, que figuran como especies invasoras trayendo enfermedades y compitiendo directamente con las abejas nativas.
“Y bueno a cualquier cosa que controle el calentamiento global y el cambio climático, estos cambios ambientales que ocurren tan rápido. Puede tener efectos positivos en la conservación de especies”, agrega.
Integrar a las abejas en la agenda política es clave
Los ciudadanos individualmente también pueden adoptar medidas para preservar a las abejas, dice el experto. Apunta a 2 áreas en que las personas pueden influir, una proporcionando alimento a las abejas y otra instalándolas en el debate social y político.
“Es importante hacer lo que puedas para incrementar la diversidad de plantas que tengas en tu jardín, en tu balcón, en el área de campo donde trabajas, etc. Para dar más flores, más flores significa más comida para las abejas”, comenta.
Aunque sí pone cuidado en el uso de pasto, que contrario a lo que se cree, en realidad perjudica a esta especie polinizadoras. “El pasto se ve muy bonito, pero es un desierto ecológico”, asegura.
“El pasto que ponen en los parques y en las casas muchas veces es una especie que ni siquiera es nativa de la zona en que lo plantan y estéticamente tú lo que quieres es una alfombra verde. Pero lo que necesitan las abejas son 2 cosas, flores para comer; néctar y polen; y heterogeneidad del ambiente, para hacer sus nidos”, añade.
Sobre efectos más grandes por parte de la ciudadanía, como instalar la extinción de las abejas en la agenda, asegura la importancia de “influir a los partidos políticos y a los políticos a cargo en puestos de gobierno, en tomar medidas para proteger a las abejas“.
“Entonces esta presión que viene de la ciudadanía puede usarse para que se regule mejor la importación de abejas foráneas, o se reduzca el uso de pesticidas que sabemos que tienen efectos nocivos para ellas, esto puede venir de la ciudadanía en general”, plantea.
“Es súper importante porque las abejas pueden ser como un termómetro de los ecosistemas, puedes pensar en las abejas como un marcador de la salud de los ecosistemas. Yo creo que por su importancia ecológica y económica pueden ser un muy buen caso para activar la motivación de la política en hacer cosas para ayudarlas”.
¿La polinización artificial es una opción?
Durante los últimos años, algunos estudios han apuntado a la polinización artificial como una opción ante la inminente desaparición de las abejas. Sin embargo, para los expertos es más bien perder el sentido de su preservación y finalmente rendirse ante la extinción.
“Si se acaban las abejas, pongamos robots a polinizar. Yo creo que esto es una idea que tiene que ser tratada con mucho cuidado por 2 razones, una es que es tremendamente complicado y económicamente no viable”, explica Vallejo.
“Y segundo es que allí se pierde todo el contexto de la importancia de las abejas para el papel ecológico que juegan en general. Tú podrás inventar una máquina que polinice muy bien tus tomates, pero todos los servicios ecosistémicos y de diferentes especies de abejas, plantas, pájaros y todo lo demás, pues se perdería”, apunta el biólogo.
Y esto último, advierte también, ya no podría ser reemplazado de ninguna manera por la tecnología. “Yo creo que es rendirse. Esta solución quizás en casos muy puntuales puede ocurrir. Por ejemplo, si no hay otra forma de traer abejas para algún tipo de cultivo, pero en general tenemos todo que ganar manteniendo las poblaciones de abejas y muchísimo que perder dejándolas que se sigan yendo“, concluye.
Mario Vallejo también es parte del podcast de NatGeo Lo que haces cuenta, que estrena su tercera temporada este 22 de abril, con un capítulo orientado a estos insectos titulado Abejas: cupido de la biodiversidad, donde comentará a fondo la importancia de la especie y por qué no es viable perderla.
