La circulación oceánica profunda que se forma alrededor de la Antártica podría estar abocada al colapso, estancándose el fondo de los océanos y generando nuevos impactos que afecten al clima y a los ecosistemas marinos durante siglos.
El agua fría que se hunde cerca de la Antártica impulsa el flujo más profundo de la circulación de inversión, una red de corrientes que se extiende por los océanos del mundo.
Esta circulación transporta calor, carbono, oxígeno y nutrientes por todo el planeta, lo que influye en el clima, el nivel del mar y la productividad de los ecosistemas marinos.
Un estudio basado en modelos que publica este miércoles en Nature señala que “si las emisiones mundiales de carbono continúan al ritmo actual, el vuelco de la Antártica se ralentizará en más de un 40% en los próximos 30 años, en una trayectoria que parece abocada al colapso”, explicó el coordinador de la investigación Matthew England, de la Universidad de Nueva Gales del Sur (Australia).
Unos 250 billones de toneladas de agua fría, salada y rica en oxígeno se hunden cada año cerca de la Antártica, que se propaga hacia el norte y transporta oxígeno a las profundidades de los océanos Índico, Pacífico y Atlántico. “Si los océanos tuvieran pulmones, éste sería uno de ellos”, comparó England.
Escenarios modelados en las aguas de la Antártica
El equipo internacional modelizó la cantidad de agua profunda de la Antártida producida en el “escenario de altas emisiones” del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) IPCC.
El modelo usado capta detalles de los procesos oceánicos que los anteriores no habían podido tener, incluido el modo en que las predicciones sobre el agua de deshielo podrían influir en esa circulación.
Si la corriente oceánica profunda se detuviera, los océanos por debajo de los 4.000 metros se estancarían, lo que atraparía nutrientes en el océano profundo, reduciendo los disponibles para la vida marina cerca de la superficie del océano.
Las mediciones directas confirman que el calentamiento de las profundidades oceánicas ya está en marcha, destacó otro de los firmantes Steve Rintoul de la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth.
Según el estudio, el deshielo en torno a la Antártida hace que las aguas oceánicas cercanas sean menos densas, lo que ralentiza la circulación antártica y se prevé que el deshielo de las capas de hielo de la Antártida y Groenlandia siga acelerándose a medida que se caliente el planeta.
El deshielo de las capas de hielo tiene un “impacto enorme” en la circulación de vuelco que regula el clima de la Tierra y “estamos hablando de la posible extinción a largo plazo de una masa de agua emblemática”, afirmó England.
Cambios tan profundos en el vuelco oceánico de calor, agua dulce, oxígeno, carbono y nutrientes -advirtió- “tendrán un impacto adverso significativo en los océanos durante siglos”.