Fotos del Embalse Peñuelas con agua y rodeado de verdes prados causaron revuelo y alegría en redes sociales.
Hace años que este embalse artificial es una de las tradicionales postales de la megasequía en la región de Valparaíso, en la medida que el cambio climático se intensifica, los acumulados anuales de lluvia caen y el desierto avanza más allá de Coquimbo.
Pero los registros, por mucha flora, fauna y agua que se vea, no reflejan la realidad de la zona ni mucho menos significan una mejora en materia hídrica.
En conversación con BioBioChile, desde Esval señalaron que actualmente el Embalse Peñuelas suma 1,08 millones de metros cúbicos (m3), lo que equivale al 1,1% de su capacidad (95 millones de m3).
“No hablaríamos de recuperación de nivel. Este es un embalse artificial, no tiene otra forma de alimentarse que por las lluvias”, partió Alejandro Salas, gerente regional de Esval.
“Lo que vemos hoy es efecto de la acumulación de las precipitaciones del invierno, pero sigue siendo mínimo. Un dato para graficar esto: el promedio histórico mensual del embalse para septiembre es 20,9 millones de m3”, agregó.
Así, el espejo de agua que destaca en las fotos cubre 81 hectáreas, lo equivale al 4,7% de su superficie total.
No obstante, “la profundidad es mínima”, aclaró el ejecutivo,
“El agua actual equivale a tres días de servicio del Gran Valparaíso”, detalló Salas.
Embalse Peñuelas ya no es usado para el suministro
El Embalse Peñuelas fue construido entre 1895 y 1900, hoy es administrado por Esval y se ubica en medio de una reserva creada en 1952 y actualmente gestionada por Conaf.
Pero la estrepitosa caída de las precipitaciones produjo que, desde enero de 2021, la sanitaria no lo considerara más para brindar el suministro del Gran Valparaíso.
“Hace años que Peñuelas no es la fuente principal de agua para la zona. Debimos buscar nuevas formas de abastecer a la comunidad pues no era suficiente”, explicó Salas.
En mayo de 2022 Peñuelas contaba con 6.500 m3, un 0,01% de la capacidad del embalse.
Abril fue uno de los meses en los que el embalse llegó a su mínimo de 0,47 millones de m3.
Por el contrario, su máximo se registró en agosto, con 1,105 millones de m3 equivalentes al 1,18% de su capacidad.
“El cambio en la condición hídrica de la región nos ha llevado a modificar totalmente la forma en que gestionamos el agua y hacer fuertes inversiones para mantener la continuidad del servicio, lo que hemos logrado pese a la profundidad de la sequía. Hoy nuestra fuente principal es el Embalse Los Aromos, donde construimos una conducción reversible que nos permite acumular en invierno para prepararnos para el verano. Además, tenemos una red mucho más flexible y un programa especial para controlar pérdidas”, complementó el ejecutivo de Esval.
Así, él mismo confirmó que, para la empresa, “hoy Valparaíso se asemeja más a Atacama”.
“Esto quiere decir que crecientemente disponemos de menos agua. La búsqueda de nuevas fuentes es constante y también evaluamos como alternativas el reúso de aguas y la desalación, además de lograr un mejor balance y eficiencia en el uso del recurso”, cerró.
Con la situación actual se necesitarían 15 inviernos como 2022 o cinco años con superávit de lluvia seguidos para revertir el escenario.
Ejemplo de ello es la Torre Peñuelas. Si el embalse estuviera casi al máximo de su capacidad, el agua bordearía el puente de la foto de abajo.