Actualmente Somalia, en el llamado Cuerno de África, atraviesa una grave sequía, sin precedentes, fenómeno que ya ha desplazado a un millón de personas.
El magro hito fue comunicado este jueves por la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) junto al Consejo Noruego para los Refugiados (NRC).
La falta de lluvias comenzó en enero de 2021 pero este 2022 ha dejado 755 mil desplazados, lo que lleva el total a un millón desde el inicio de la escasez de precipitaciones.
“Este hito de un millón sirve de enorme alarma para Somalia”, subrayó el director del NRC en Somalia, Mohamed Abdi.
“El hambre ahora acecha a todo el país. Cada vez vemos más familias obligadas a dejar todo atrás porque literalmente no queda agua ni comida en sus aldeas. Es necesario aumentar urgentemente la financiación de la ayuda antes de que sea demasiado tarde”, alertó Abdi.
Fantasma de la hambruna acecha a Somalia
Somalia está experimentando una histórica racha seca de dos años (situación inédita en más de cuarenta años) y se espera una quinta temporada de lluvias fallida que seguramente desplazará a muchas más familias, pues la amenaza de hambruna se vislumbra en el horizonte.
Tanto Acnur como NRC esperan que el número de personas que enfrentan niveles de crisis de hambre en Somalia aumente de unos cinco millones a más de siete millones en los próximos meses.
Sr trata de un problema exacerbado por los efectos del cambio climático y el aumento de los precios de los alimentos debido a la invasión rusa en Ucrania.
“Las comunidades vulnerables son las más afectadas por los efectos de la crisis climática, dejando a muchas familias desprotegidas y aumentando el desplazamiento”, enfatizó la representante de Acnur en Somalia, Magatte Guisse.
“Si bien nosotros y los socios humanitarios estamos haciendo lo que podemos para responder, simplemente no tenemos recursos suficientes. La comunidad internacional debe dar un paso al frente para salvar vidas y apoyar esta respuesta humanitaria”, agregó Guisse.
En junio Acnur anunció que necesita US$9,5 millones ($8.398.570.000) para Somalia como parte de su llamamiento regional para el Cuerno de África, con el fin de ayudar a los desplazados golpeados por la sequía.