Tras más de 5 años de estudios ambientales, sociales y de infraestructura, Aguas del Valle ingresó al Servicio de Evaluación Ambiental el proyecto que busca contar con una desaladora para La Serena-Coquimbo.
Se trata de un proyecto con una inversión inicial estimada de US$ 181 millones.
En una primera etapa, la iniciativa permitirá respaldar el consumo humano de agua potable para la conurbación La Serena- Coquimbo.
Asimismo, de ser requerido, podrá ser destinada para otras localidades de la región.
La planta está proyectada para utilizarse como complemento durante los períodos en que las fuentes de agua dulce no puedan abastecer la demanda de agua potable.
De esta forma, producirá -en su primera fase- 600 litros por segundo, para llegar hasta 1.200 litros por segundo en el futuro.
“Estamos avanzando en una iniciativa clave para contar con una nueva fuente de agua para consumo humano y así tener más alternativas para enfrentar la crítica situación hídrica de nuestra región, que ya supera los 13 años de sequía”, dijo el gerente regional de la sanitaria, Andrés Nazer.
Según destacó Nazer, “ya realizamos, voluntariamente, una Participación Ciudadana Adelantada”.
“En los próximos meses, de acuerdo con el proceso ambiental, se realizará un proceso de participación ciudadana formal, donde tendremos una nueva instancia para escuchar y dar respuesta a las inquietudes de la comunidad”, comentó.
Una vez logradas las aprobaciones del proyecto, el inicio de la construcción de la desaladora estará sujeto a cómo evolucione la condición hídrica las próximas temporadas.
Así, se estima un plazo de construcción de entre dos y tres años, considerando la conducción de agua potable hasta Coquimbo.
De mantenerse la adversa situación hídrica actual, se proyecta iniciar la construcción en 2024 para comenzar a operar durante el 2026.