El 2021 se posicionó como el cuarto año más seco desde que se tiene registro y con él se completaron 13 consecutivos de escasez hídrica. Sin ir más lejos, la región de Coquimbo alcanzó un déficit en la caída de precipitaciones superior al 80%.
La falta de lluvias ha impactado fuertemente en la acumulación de agua en los distintos embalses.
Es así como el más cercano a la conurbación, el Puclaro, está solo a un 32 por ciento de su capacidad. Locación que fue una de las escogidas por Aguas del Valle para revelar el preocupante estado hídrico local y hacer un llamado a construir acuerdos para enfrentar la grave sequía.
“El nivel que hoy tiene el Embalse Puclaro, es sólo una muestra de la profundidad de la crisis que estamos viviendo. Queremos llamar la atención sobre la urgencia de construir acuerdos y trabajar juntos para enfrentar esta realidad. Estamos desplegando todos nuestros esfuerzos para que no falte el agua en los hogares, pero la situación sigue avanzando y exige a todos los actores trabajar colaborativamente de cara a la próxima temporada. Como ciudadanos también tenemos que hacer un consumo más responsable”, afirmó el gerente regional de la sanitaria, Andrés Nazer.
Asimismo, advirtió que La Serena y Coquimbo se encuentran en un escenario de riesgo y puede que se vean altamente perjudicadas, ya que si las precipitaciones se mantienen como hasta ahora, o sea, nulas, el agua del Puclaro se acabará casi totalmente en noviembre próximo.
En ese sentido, el ejecutivo manifestó que “los pronósticos indican que si usamos el agua de la misma manera como lo hemos hecho, podríamos tener un racionamiento en la conurbación este año. Por eso, estamos trabajando fuertemente con las juntas de vigilancia para reservar agua en los embalses y que se puedan disponer más allá de esa fecha. Si esos acuerdos prosperan y llegamos a un buen entendimiento, el racionamiento no se generaría”.
Inversión en infraestructura
Eso sí, sostuvo que existen situaciones más críticas que la del principal centro urbano regional, pero que se han resuelto con inversión en infraestructura. Por ejemplo, en Combarbalá se ha debido trasladar agua en camiones aljibes desde Ovalle para mantener el servicio a más de 2.700 hogares, pues las fuentes en la zona están tan deprimidas tras más de una década de sequía, que no dan abasto.
“No somos conscientes, pero hemos estado muy cerca de racionar agua. Si no hubiéramos construido en 2021 la conducción desde Salamanca a Illapel, hoy la capital provincial estaría sin agua potable. Fue una obra de $6.000 millones que nos permitió dar continuidad al servicio”, dijo Nazer.
Por último, aseguró que para enfrentar con éxito el crítico escenario de escasez es clave un estrecho trabajo con las autoridades y todos los usuarios de aguas. Además, llamó a la comunidad a hacer un uso racional del recurso.
Cabe subrayar que Aguas del Valle está desarrollando una serie de obras para reforzar el servicio, de esta manera, se están construyendo 15 nuevos pozos y sondajes, compra y arriendo de más derechos de agua, pero si no llueve este invierno la situación será aún más grave y el racionamiento es una posibilidad que está sobre la mesa.
Crítico escenario de sequía
De acuerdo a información de la Dirección General de Aguas (DGA), el 2021 se convirtió en uno de los años más secos desde que se tenga registro y con él se alcanzan 13 años consecutivos de sequía en la zona centro norte y sur de Chile.
De hecho, todas las regiones presentan déficit de un 50% o más en las precipitaciones caídas.
Escasez hídrica que se hace más severa en Atacama y Coquimbo con déficits que van desde un 70 hasta un 80 por ciento.