El balance de víctimas mortales de las inundaciones repentinas que se han registrado en el norte de Turquía subió a 27 este viernes, de acuerdo a autoridades locales. El anterior dato oficial había contabilizado 17 fallecidos.
La prensa turca informó este viernes que el presidente Recep Tayyip Erdogan visitará durante la jornada una de las regiones más afectadas para mostrar su solidaridad con las víctimas y evaluar los daños.
Estas inundaciones se produjeron tras los virulentos incendios de finales de julio y comienzos de agosto en el sur del país, que dejaron ocho muertos.
Numerosos responsables políticos y asociaciones llamaron al gobierno turco a tomar medidas radicales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ya que atribuyen estos desastres al cambio climático.
Turquía no ha ratificado el Acuerdo de París sobre el clima de 2015, que establecía objetivos para frenar el calentamiento global.
Como consecuencia de las intensas lluvias, el nivel del agua subió a cuatro metros en algunos pueblos y las calles se convirtieron en torrentes llenos de autos y todo tipo de escombros.
Adem Senol, de 75 años, observó cómo el agua rodeó su casa en la provincia de Bartin en pocos minutos.
“Nunca en mi vida había visto algo así”, contó el jubilado a la agencia estatal de noticias Anadolu.
“El agua se elevó más alto que nuestras ventanas, rompió nuestra puerta e incluso la pared de nuestro jardín”, agregó Senol.
Ante la crecida de las aguas, los servicios de emergencia tuvieron que evacuar a 45 pacientes de un hospital de la región costera de Sinop.
Los habitantes se vieron obligados a refugiarse en los tejados de sus viviendas y ser evacuados en helicópteros como muestran imágenes difundidas por las cadenas de televisión y las redes sociales.
Varios puentes de carreteras también colapsaron después de deslizamientos de tierra.
Conmocionados, algunos sobrevivientes empezaron a expresar su malestar contra las autoridades locales, acusándolos de no haber reaccionado con la suficiente celeridad para rescatar a los habitantes.
“Solo nos dijeron que pusiéramos a salvo nuestros vehículos, porque el río corría peligro de desbordarse. No nos dijeron que salváramos nuestras vidas ni las de nuestros hijos”, lamentó Arzu Yücel, cuyas dos hijas gemelas se hallan desaparecidas después de que su edificio se derrumbara.
“Si nos hubieran advertido, nos hubiéramos ido en menos de cinco minutos (…) No nos pidieron evacuar”, afirmó entre sollozos, citada por la agencia de noticias DHA.