Un innovador programa de la minera Anglo American ha sido destacado por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), el que, en pocos años, ha ayudado a incrementar la disponibilidad de agua en numerosas localidades rurales, beneficiando a más de 100 mil personas.
El Programa Agua Rural de la transnacional se ha implementado en 62 Comités de Agua Potable Rural, más conocidos como APR, principalmente de las regiones de Valparaíso y Metropolitana, que se ubican cerca de las operaciones de la empresa.
Por medio de él, la compañía ha entregado tecnología creada en Chile que ha modernizado a gran escala los sistemas rurales de agua potable, permitiendo que los trabajadores los manejen con equipos electrónicos. Hasta ahora, todo se hacía manual, pues estas comunidades no tenían acceso a ningún tipo de maquinaria moderna.
Durante un evento nacional online de Compromiso País, titulado “Agua potable rural: colaboración para una gestión hídrica eficiente”, que fue realizado la semana pasada, el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno, destacó la iniciativa, exponiéndola como un ejemplo de proyecto privado que ha provocado un gran cambio en la calidad de vida de miles de habitantes de la zona central.
Esto, además, se da en una situación de crisis hídrica, que varias zonas agrícolas del país enfrentan desde hace varios años y que ha empeorado en la actualidad.
En su exposición, el secretario de Estado reconoció que “estas personas, que no cuentan con los servicios ni de agua potable ni sanitarios en sus viviendas, naturalmente las condiciones de vida de ellos y de sus familias son muy diferentes. O sea, el problema de la falta de agua rural es un problema social extraordinariamente importante, extraordinariamente grave. Y, por lo tanto, merece y necesita una solución que debe ser rápida y efectiva”.
“En las zonas rurales tenemos un tremendo atraso y tenemos todavía gran cantidad de personas que no tienen acceso ni al agua potable ni menos todavía a los sistemas de tratamientos de aguas servidas”, añadió.
En este contexto, expresó que “un buen ejemplo de lo que el sector privado está haciendo en esta materia es la iniciativa de Anglo American. Partió haciéndolo en la cercanía de sus actividades. Lo que hizo fue decir: ‘Bueno, no solamente hay una manera de resolver el problema creando nuevos sistemas, también podemos mejorar los sistemas actuales y poder lograr que esos sistemas puedan abastecer en mejor forma a sus actuales usuarios’ (…) Anglo American, trabajando con emprendedores y empresas de tecnología, lo que hizo fue decir ‘estudiemos esto’, y lograron hacer sistemas que, en base a telemetría, permiten controlar todos los elementos de una APR a distancia”.
“En resumen, la experiencia ha demostrado que, con los mismos sistemas y con pequeñas incorporaciones, pequeñas en relación a lo que es el costo total, se han podido lograr grandes reducciones en los gastos por rotura de cañerías, grandes reducciones en los costos de energía, pero muy importante, adicionalmente a eso, un aumento muy sustantivo en la disponibilidad de agua en los momentos en que las personas lo necesitan (…) Ese es un buen ejemplo de cosas prácticas que se pueden hacer, que no son grandes inversiones, pero que han hecho un impacto enorme en costos, en capacidad de gestión y fundamente en disponibilidad de agua”, afirmó el ministro Moreno.
Hasta 30% más de agua en comunidades rurales
Gonzalo Jaramillo es el director del Programa Agua Rural de Anglo American y quien expuso al respecto en la actividad de Compromiso País. En entrevista con BioBioChile, detalló que este “es un programa que nosotros definimos como fortalecimiento de capacidades. Va en apoyo de los sistemas de agua rural de las zonas donde tenemos operaciones, y que profundiza en apoyar a la gestión hídrica operacional y administrativa”.
El proyecto comenzó en 2016 y 2017, cuando se dieron cuenta que, además de haber baja disponibilidad de agua en muchas comunidades rurales, las deficiencias en los sistemas que utilizaban no hacían más que aumentar la pérdida de un recurso ya escaso.
“(La crisis hídrica) no sólo se manifiesta porque hay poca agua, sino porque la gestión de esa agua puede ser deficiente. Esto es porque los APR operan de forma muy similar a como lo hacían en 1960, entonces son carentes de tecnología, no saben lo que está pasando, no tienen visualización de datos, la operación es muy rudimentaria y sacrificada. Un operador de APR tiene que trabajar de manera muy compleja. Se tienen que levantar a las 4AM, ir para arriba, subirse a un estanque para ver si tiene o no agua, y si no está lleno, ver por qué no está lleno. Así que no hay mucha aplicación de tecnología en general”, relata.
Por lo mismo es que, trabajando junto a We-Techs, una start-up chilena especialista en tecnología e innovación, adaptaron una tecnología que permitiría que estos sistemas pasaran a ser automatizados y operados de forma remota.
Al respecto, el ejecutivo recalca que “esta tecnología no reemplaza a nadie. Es una tecnología que no reemplaza al operador ni a la gente, sino que es una herramienta que le da otro tipo de condiciones para que puedan operar de mejor forma. Funciona a favor de ellos, su trabajo se optimiza mucho”.
“Lo que hizo el programa, al automatizar ciertas variables, es permitir que esta gestión fuera mucho mejor. Ahora se podía, por ejemplo, controlar el llenado de los estanques. Si yo tengo unos estanques con agua, en vez de que el operador vaya a ver si hay agua, el sistema lo indica y se autoajusta, asegurándose de que esos estanques estén llenos en las horas punta, lo que antes no se podía hacer”, narra.
Todo esto ha resultado en que dichas localidades rurales ahora tienen hasta 30% más de agua disponible, utilizando los mismos pozos que ya existían y minimizando los cortes de suministro.
Además, expertos del Programa acompañan a las comunidades durante un año, para asegurarse de que operen bien el sistema. Muchos APR son controlados por gente mayor y, de acuerdo a Jaramillo, estas personas se han adaptado impecablemente a las nuevas tecnologías.
“Empiezan a entender cómo funciona la tecnología, empiezan a tomar decisiones tranquilos y seguros sobre la tecnología. Mucha gente de edad, que no tenía smartphone, hoy ya los están usando junto a computadores para ajustar parámetros. Personas de 70 años pueden operar esto; les cuesta enviar un WhatsApp, pero pueden operar perfectamente el sistema, es muy intuitivo y tienen gente que los acompaña. Esto es indispensable porque la tecnología no sirve de nada si uno no sabe qué hacer con eso”, asegura.
Y el director del Programa Agua Rural concluye que “hoy estamos trabajando bien fuerte en cómo hacemos que la tecnología sea de menor costo, mucho más accesible y más sencilla en términos de comunicación de datos, para poder generar una red grande que nos permita diversificar no sólo hacia el agua potable rural, sino que hacia cualquier tipo de gestión hídrica, como riego. La visión que estamos viendo es expandirnos hacia el riego del mediano y pequeño agricultor”.
Para conocer más sobre el Programa Agua Rural de Anglo American, puedes ingresar aquí.