Domingo 25 abril de 2021 | Publicado a las 08:00
· Actualizado a las 11:29
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Una planta de productos marinos operó durante, al menos, 32 años sin permisos en el Santuario de la Naturaleza de Hualpén, zona que fue declarada como tal en 1976. Un acta de fiscalización del CMN desmuestra que la institución estaba al tanto de la irregularidad en enero de 2020. Si bien el organismo comunicó ahora que recabará los antecedentes para tomar medidas, el dueño afirma que ya cerró.
2 de enero de 2020. 10 de la mañana. Funcionarios de la Oficina Técnica del Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) del Bío Bío y del Departamento de Medio Ambiente (DMA) de la Municipalidad llegaron hasta el Fundo Santa Eloísa de la Península de Hualpén. Habían recibido denuncias de una planta de productos marinos que llevaba desde 1988 funcionando en el lugar, que fue declarado Santuario de la Naturaleza en 1976, sin los permisos de ambos organismos según consta en un informe. Su dueño afirma que cerró tras no poder “ir contra el sistema”.
La zona está ubicada en la comuna de Hualpén, en la región del Bío Bío, y comprende 2.662 hectáreas protegidas por el Decreto 556 del Ministerio de Educación (Mineduc) debido a sus características ecológicas. En ella están insertas caletas y balnearios como Chome, Ramuntcho, Perone, Rocoto, el emblemático Museo de Hualpén y un faro de la Armada. Son terrenos, en gran parte, privados.
“Son santuarios de la naturaleza todos aquellos sitios terrestres o marinos que ofrezcan posibilidades especiales para estudios e investigaciones geológicas, paleontológicas, zoológicas, botánicas o de ecología, o que posean formaciones naturales, cuyas conservaciones sea de interés para la ciencia o para el Estado”, define el artículo 31 de la Ley 17.288, que Legisla Sobre Monumentos Nacionales.
La norma enfatiza, además, que la tuición y protección de estos territorios será por medio del CMN. Según pudo conocer BioBioChile, las instalaciones no tienen permiso de construcción en la Dirección de Obras Municipal (DOM) ni tampoco ha pedido autorización al CMN.
Poseidón: China e intentos de regularizarse
Comercial Poseidón es el nombre de la empresa. Está situada en el fundo de propiedad de Carlos Etcheverry y el encargado de las instalaciones es Alejandro Etcheverry, su familiar. Al menos hasta el verano estaba funcionando con una cantidad indeterminada de colaboradores en el acopio de algas marinas. La página web de la empresa, no obstante, señala que también trabajan con locos chilenos y pepinos de mar. Su principal negocio: la exportación de estos productos a China y Corea del Sur.
El día de la fiscalización, acudió por parte del CMN el encargado de la Oficina Cristián Tapia y, de la DMA, la jefa del Departamento Claudia Sanhueza. Según consta en el acta de fiscalización, a la que accedió BioBioChile mediante Transparencia, estuvieron en las instalaciones y conversaron con el encargado. El escrito señala que “se programó in situ la visita a la planta en consideración a que esta no cuenta con la autorización del CMN y el municipio de la comuna para su funcionamiento”. Llevan 32 años trabajando en una infraestructura que comenzó como un galpón que, actualmente, tiene una infaestructura de 10.250 metros cuadrados.
“Actualmente la planta lleva un total de 32 años de funcionamiento, en el que ninguna instancia desde sus inicios como un galpón y ahora que cuenta con una infraestructura de 10.250 m2, ha sido debidamente informada al Consejo de Monumentos para evaluar el impacto ambiental y arqueológico que ha podido generar”.
- Extracto de acta de fiscalización del CMN
En la ocasión conversaron con Alejandro, quien guió la visita. En ella se pudo constatar que las instalaciones cuentan con una oficina de administración y galpones de vigas de hormigón armado y estructura metálica. El informe señala que “debido a que las intervenciones en torno a la planta comenzaron en 1988 y cuyos últimos mejoramientos fueron realizados alrededor de 2002, es imposible detectar el impacto que se ha generado dentro del Santuario”. Añaden, no obstante, que “a simple vista” no se visibiliza un daño ambiental. Todo esto, detalla el escrito, construcciones no autorizadas.
Alejandro, además, hizo notar a los fiscalizadores su preocupación por apropiaciones ilegales de terrenos en el fundo y por la cantidad de microbasurales en los que, personas desconocidas, acuden a dejar sus desechos. El informe recoge, también, que el propietario construyó una piscina que quedó inconclusa, y que se transformó en una laguna artificial a la que llegan diversas especies del Santuario.
Han sido tres, según información pública del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA), los intentos por regularizar la planta. Uno de ellos fue no admitido a trámite y los otros dos, desistidos. La última de ellas ocurrió en 2019. “Sus intenciones no han sido fructíferas debido a que su empresa no concuerda con el uso de suelo autorizado según el Plan Regulador Vigente y tampoco cuenta con la autorización del CMN”, reza el acta.
Lee aquí el informe:
Un tema pendiente
Anteriormente conocido como el sector Hualpencillo, la comuna de Hualpén es relativamente reciente. Su fundación data de 2004, cuando Talcahuano resultó dividido. Debido a eso, no cuenta con un Plano Regulador Comunal (PRC). Mientras se promulga el propio, que ya fue aprobado, el uso de suelo del Santuario se rige por el Plan Regulador Metropolitano del Gran Concepción.
Luis Salazar, asesor urbanista de la Municipalidad de Hualpén, señaló a BioBioChile “de acuerdo a los usos de suelo, no cumple. No podría estar ahí con ese destino”. Está instalada, según el arquitecto, en un territorio destinado a Zona de Interés Silvoagropecuario (ZIS) y Zona de Valor Natural (ZVN).
Al no contar tampoco con el permiso de la DOM, dice el asesor, la Ley faculta al municipio a clausurar las actividades e, incluso, demoler las instalaciones.
La alcaldesa de Hualpén, Katherine Torres, no conversó con este medio. No obstante, desde su equipo de comunicaciones, mediante una declaración, señalaron que reiteran su “postura de defensa al Santuario de la Naturaleza, la que se expresa a través de constantes fiscalizaciones y la realización de todas las diligencias que la ley permite para recurrir gestionar ante los organismos competentes la voluntad de su comunidad”.
“El municipio de Hualpén no quiere loteos, construcciones ni detrimento alguno sobre territorios que considera son espacios sagrados de la comunidad y que deben quedar firmes como áreas verdes y parques en nuestro próximo Plan Regulador Comunal”, añadieron.
Fue en octubre de 2019 que el Ministerio de Vivienda y Urbanismo congeló todas las solicitudes de loteo y edificación en el Santuario para entregar garantías de protección en el tiempo en que el municipio terminaba el Plan Regulador Comunal, mientras el SEA todavía está en proceso de calificación del proyecto Mirador del Alto, que pretende llevar a vivir a unas 5 mil personas a la zona.
Ese decreto, no obstante, caducó este mes tras ser prorrogado por el máximo legal de tiempo de 16 meses, según dijo el Seremi de Vivienda y Urbanismo Sebastián Abudoj. “El municipio de Hualpén debía finalizar y aprobar una modificación que le entregue protección definitiva al Santuario de la Naturaleza y lamentablemente no ha sido capaz”, dijo.
Al día siguiente, la alcaldesa de Hualpén anunció que insistirá ante el Ministerio de Vivienda en la necesidad de una nueva prórroga. De acuerdo al abogado del municipio, Gastón Caro, es imperiosa la necesidad de mantener congelados todos los permisos mientras el proyecto de PRC sigue su curso, el que afirmó será ingresado prontamente al Ministerio de Vivienda.
¿Y el CMN?
Al menos desde la fecha de fiscalización, el CMN estaba al tanto de la irregularidad. El informe de ese momento indica que “si bien existe una infracción a la Ley 17.288 (que crea el CMN y regula los Santuarios), también se advierte un interés del propietario por la conservación del carácter natural del Santuario”.
Desde la institución, que declinó conversar con BioBioChile y aceptó responder por escrito, el encargado de la Unidad de Santuarios de la Naturaleza de la Secretaría Técnica del CMN, Pablo Aranda, confirmó que en los años de operación la empresa “no cuenta con las autorizaciones del CMN para el funcionamiento al interior del Santuario de la Naturaleza”. Agregó que, no obstante, “no se ha constatado movimiento alguno al interior de las instalaciones”.
Evitaron, además, responder si es que se han realizado estudios respecto de eventuales riesgos y señalaron que “actualmente se están recabando todos los antecedentes necesarios de este caso y la empresa en cuestión, a fin de determinar eventuales infracciones a la Ley”. Un año atrás, desde el Bío Bío, sus mismos funcionarios las habían constatado.
Este medio pudo conocer que la empresa estuvo funcionando a fines del año pasado. Consultada la Seremi de Medio Ambiente del Bío Bío, descartaron tener denuncias sobre el caso e indicaron que las consultas debían ser destinadas al CMN. En tanto, la Municipalidad de Hualpén y la Seremi de Salud, tras las consultas, programaron fiscalizaciones. No obstante, las instalaciones ya están cerradas por decisión del propietario.
“Decidí cerrarla”
Con los antecedentes, BioBioChile se contactó con el dueño de la empresa, Carlos Etcheverry, quien afirmó que decidió cerrar la planta “hace meses” y que no incumplió las normas. “Esa planta tiene 30 años. Es de antes de todas estas leyes. Además decidí cerrar hace tiempo ya”.
¿Hace cuánto tiempo cerró?
“Hace meses”.
¿Cuánto tiempo?
“No te voy a dar tanto detalle. Está cerrada, punto. Eso quedó como galpón. Eso es una industria y paga contribuciones. Tiene un rol industrial y pago más de 10 millones de pesos al año (…) No sigo con esa planta”.
¿Por qué decidió cerrarla?
“Porque como la Declaración de Impacto Ambiental fue rechazada, porque yo sé que esto es política y nada más que eso, decidí cerrarla porque no puedo ir contra el sistema. La dejé para el campo, es un galpón ahora, la planta la cerré hace rato”.
El propietario afirmó que en el lugar “vive gente, vivo yo, vive mi primo. La dejé como casa habitación. No tengo por qué darle explicaciones a nadie. Es propiedad privada, además”.
Sí, es propiedad privada inserta dentro de un Santuario, ¿qué responde entonces al informe del CMN?
“Estás equivocado porque hay muchos permisos (…) tiene todas las autorizaciones correspondientes. Incluso tiene un rol industrial(…)”.
El propietario, más tarde, acusó que períodicamente debe limpiar la basura de terceros en su propiedad y llamó a que “tiene que haber un equilibrio entre las dos cosas. No he hecho jamás daño. Esa planta cuando trabajó, trabajó en algas y no producen contaminantes. Sólo almacenábamos, ni siquiera las procesábamos ahí (…) quería hacer una planta buena acá, presentamos el Impacto Ambiental y lo rechazaron (…) Ahí yo tomé la decisión de cerrar la planta. Pero yo cumplí la normativa”.
Afirmó, además, que se “puede tener una planta en un Santuario si demuestra que no contamina. Hicimos el intento, pero como esto es más bien política… se oponen a cualquier desarrollo aquí”.
Pero también tiene que ver con que no cumplen el uso de suelo.
“Sí, por supuesto. Pero si usted demuestra que esto no contamina, la Municipalidad tiene que autorizar la planta. Pero ellos tienen en su mente ‘Santuario, Santuario, Santuario’, algo que es irreal. Si no hubiera gente que está dispuesta a mantener esto como yo lo mantengo, que gasto mucha plata todos los meses, no existiría, se lo habrían robado todo (…) Hay cientos de camionadas de basura que botan todos los días, la gente que vive abajo, los carretes, botellas, doscientas o trescientas botellas de cerveza y vino todos los días, y ahora con pandemia y todo lo mismo (…) Por eso no le ponga tanto que los permisos, son puras porquerías”.
El periodista Emilio Lara colaboró en este artículo.