El "Jurassic Park" chileno que esperan se transforme en polo para paleontólogos y geólogos

La región de Aysén se ha convertido en un lugar de interés para la paleontología desde el descubrimiento, en 2004, del Chilesaurus diegosuarezi en las cercanías de Mallín Grande, al sur del lago General Carrera.

El pequeño pariente herbívoro del tiranosaurio es parte de los tesoros fósiles que esconden estos paisajes australes, los que hace cerca de 150 millones de años albergaron un parque jurásico.

Con el objetivo de potenciar a la región como un polo científico, el equipo tras el hallazgo del dinosaurio desarrolla desde 2017 el fondo de innovación para la competitividad (FIC) “puesta en valor de la geología y conocimiento de dinosaurios”, justamente para continuar divulgando la historia geológica y paleontológica de Aysén.

La medida llegará a su fin este 2021, pero con ella se han realizado exploraciones en terreno por parte de investigadores y estudiantes a modo de prospectar por más fósiles en la llamada ‘cuenca austral’, particularmente en las cordilleras alrededor del lago General Carrera y al interior de Mallín Grande.

Al mismo tiempo, con el fondo se busca determinar cómo era el ambiente donde vivían estos animales, el clima, el volcanismo y el relieve, entre otros aspectos.

Descifrando paisajes ancestrales

A través de un comunicado, Manuel Suárez, geólogo de la Universidad Andrés Bello y director del FIC, anunció que, además del Chilesaurus diegosuarezi, el equipo encontró “tres especies de los grandes dinosaurios herbívoros, de saurópodos, los famosos ‘cuello largo’, así como troncos fósiles”.

Este hallazgo fue publicado en la revista científica Ameghiniana, así como otro artículo referido al comportamiento del Chilesaurus.

“Al parecer era una zona de delta donde corrientes de aluviones arrastraron algunos de los restos de estos animales a un mar poco profundo, y hemos encontrado también – unos 50 metros más abajo de estas rocas donde están los dinosaurios – depósitos de algas”, añadió el académico.

“Entonces habríamos tenido un ambiente de incursión marina en la zona, probablemente con islas volcánicas donde vivían los dinosaurios y abanicos aluviales que terminaban en deltas. Los animales al morir eran arrastrados por ‘aluviones’ y corrientes de agua llegando en parte al mar”, detalló el geólogo.

El proyecto FIC también incluía buscar otros sitios con huesos fósiles.

Uno de los principales hallazgos fue de un reptil marino, un plesiosaurio que vivió 20 millones de años más tarde que nuestros dinosaurios en un mar del Cretácico que inundó el hábitat del Chilesaurus y que cubrió gran parte de la Patagonia.

Este reptil marino tenía cuatro aletas, un cuello largo y era uno de los depredadores de este mar. Los huesos fosilizados de esta suerte de tortuga marina sin caparazón son escasos en Sudamérica y se suman a otras varias especies de reptiles y mamíferos extintos que el grupo ha descubierto.

Hasta el momento han sido once los estudiantes UNAB que han completado sus tesis con este proyecto. Este 2021 otros ocho se sumarán a la lista.

Turismo y divulgación

Aparte del aspecto científico, la zona asoma como una oportunidad de turismo en Aysén, especialmente aprovechando que en un pasado lejano fue el hogar de dinosaurios jurásicos y reptiles marinos cretácicos.

“Los paisajes de Aysén son obras de arte en que los escultores han sido procesos geológicos moldeados por el agua, el hielo. Durante este año se trabajará también en dar vida a estos escenarios naturales, dando a conocer a la comunidad su significado. Una cosa es ver un paisaje y otra es contar con una explicación sencilla de cómo éste llegó a ser”, señaló Suárez.

Ligado a esto también se ha desplegado un trabajo de divulgación a través de charlas abiertas y actividades de formación para la comunidad.

“Las localidades están muy en contacto con la naturaleza, conocen el terreno, entonces tienen inquietudes y eso es lo que este año pensamos hacer: un programa fuerte con las comunidades a través de los niños, organizando actividades con los colegios de la zona”, complementó Suárez.

De esta forma, el proyecto cerrará a fines de 2021 potenciando los aspectos geopatrimoniales de la región, contemplando también el lanzamiento de varios libros sobre las distintas investigaciones y descubrimientos, así como artículos científicos relacionados a la geología y paleontología de Aysén.