Estados Unidos anunció el miércoles la prohibición de las importaciones de aceite de palma procedentes del segundo gran productor malasio, alegando abusos a los empleados.
La medida, que afecta a Sime Darby Plantation, uno de los mayores productores del mundo, es la segunda adoptada en unos meses por Estados Unidos contra productores de este país del sureste asiático.
El aceite de palma se utiliza en la fabricación de muchos bienes de gran consumo, desde cosméticos a alimentos.
Malasia es el segundo productor de aceite de palma en el mundo, por detrás de la vecina Indonesia. Estos dos países producen cerca del 85% del aceite de palma del planeta.
El cultivo de palmeras para obtener este aceite es muy criticado por las ONG que denuncian su papel en la destrucción de los bosques tropicales y el desplazamiento de orangutanes por ello.
Sumado a ello, otra sombra de la actividad es el abuso del que son víctimas los trabajadores agrícolas de estas explotaciones.
Al anunciar la prohibición por la noche, la agencia estadounidense de aduanas y de la protección de fronteras (CBP) aseguró tener pruebas que empleados de Sime Darby son víctimas de graves abusos, como violencia sexual y física, retenciones de salarios y falta de libertad para desplazarse.
Esta prohibición “demuestra a qué punto es esencial para los estadounidenses buscar el origen de los productos cotidianos que compran”, declaró el comisario interino de la CBP, Mark A. Morgan.
La medida, que entró en vigor inmediatamente, significa que todo el aceite de palma y los productos a base de este oleaginoso procedentes de Sime Darby en Malasia no pueden entrar en Estados Unidos.
Este gigante, que suministra a grandes multinacionales como Nestlé y Unilever, posee inmensas plantaciones y emplea a trabajadores migrantes procedentes de países como Indonesia y Bangladés.
Hace unos meses, el grupo Liberty Shared, que lucha contra el tráfico, pidió a CBP que prohibiera las importaciones procedentes de Sime Darby, debido a sospechas de abuso.
En octubre, Estados Unidos prohibió la importación de aceite de palma del también gigante malasio FGV Holdings, alegando graves abusos perpetrados contra los obreros agrícolas de sus plantaciones.
Contactado por la agencia AFP, Sime Darby rechazó realizar comentarios. En su página web, la empresa asegura que “es de nuestra responsabilidad respetar, apoyar y hacer respetar los Derechos Humanos”.