Este miércoles, el presidente brasileño Jair Bolsonaro lamentó la “desastrosa y gratuita” amenaza de Joe Biden, candidato demócrata a la Casa Blanca, para que Brasil frene la deforestación amazónica.
Al mismo tiempo, advirtió que declaración del martes por la noche en vivo y en directo – durante el primer debate presidencial – pone en riesgo la “convivencia cordial” entre ambos países.
“Me cuesta entender, como jefe de Estado que reabrió plenamente su diplomacia con Estados Unidos, después de décadas de gobiernos hostiles, tan desastrosa y gratuita declaración”, tuiteó Bolsonaro, un aliado del presidente republicano Donald Trump.
“Lamentable, Sr. Joe Biden, desde todos los puntos de vista, lamentable”, agregó.
¿Qué dijo realmente Biden?
En su primer encuentro con Trump, Biden dijo que si gana las elecciones del 3 de noviembre reunirá un paquete de US$20.000 millones de varios países para que Brasil deje de deforestar.
De no hacerlo, aseveró ante Trump que “eso tendrá consecuencias económicas significativas”.
“La codicia de algunos países sobre la Amazonía es una realidad”, escribió Bolsonaro, que atribuye las campañas contra la deforestación a intereses extranjeros sobre las riquezas naturales de la región.
“La expresión de eso por alguien que disputa el mando de su país da una clara señal de renuncia a una convivencia cordial y productiva”, agregó.
Pero Bolsonaro no fue el único en reaccionar en el gobierno: su ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, ironizó sobre la declaración del candidato demócrata.
“Sólo una pregunta, la ayuda de los 20.000 millones de dólares de Biden, ¿es por año?”, escribió a través de su cuenta oficial de Twitter.
Para Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales en la Fundación Getulio Vargas de Río de Janeiro, este cruce de declaraciones augura una relación bilateral con “muchas tensiones” en caso de que Biden gane las elecciones, aunque el aspirante demócrata “quiera aproximarse a Bolsonaro para no perderlo como aliado en el combate al ascenso de China”.
“Biden no tiene incentivo en ver un deterioro en la relación con Brasil, pero como también quiere ser un presidente ambientalista, al que le importa el cambio climático, va a ser muy difícil mantener una relación estable”, explicó a la AFP.
Bajo presión
Bolsonaro, un defensor de la apertura de las zonas protegidas y de tierras indígenas a actividades mineras y agropecuarias, aseguró en sus mensajes en Twitter que su gobierno está realizando “acciones sin precedentes para defender la Amazonía”.
“La cooperación de Estados Unidos es bienvenida, incluso para invertir en proyectos sostenibles que creen empleo digno para la población amazónica, tal como he conversado con el presidente Trump”, escribió.
En 2019, la tala de árboles en la Amazonía tuvo un aumento anual del 85,3%, totalizando 10.123 kilómetros cuadrados, una superficie equivalente a la de Líbano.
En agosto, la deforestación registró una caída del 21% respecto a agosto del año pasado, aunque entre enero y agosto la reducción fue de apenas un 5% en comparación con el mismo periodo de 2019.
La semana pasada, en su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Bolsonaro afirmó que Brasil “es víctima de una de las más brutales campañas de desinformación sobre la Amazonía y el Pantanal“, el mayor humedal de agua dulce del mundo, otro bioma que está siendo arrasado por los incendios.
Al igual que Trump, el mandatario brasileño es un escéptico del cambio climático.