Este martes el Gobierno ratificó que no suscribirá el Acuerdo de Escazú, tratado que busca fijar lineamientos para la protección del medioambiente. La postura fue ratificada por el ministro de Relaciones Exteriores, Andrés Allamand y también la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, ante las comisiones de Relaciones Exteriores y Medio Ambiente de la Cámara de Diputadas y Diputados.
En la oportunidad la ministra Schmidt señaló que “el problema es la forma en que quedó redactado”, agregando que el Ejecutivo apoya y está de acuerdo con los fundamentos basales del acuerdo.
“El problema de Escazú no está en las temáticas que aborda, el problema no está en el acceso a la información, no está en la participación ciudadana ni en la Justicia. El problema está en la forma en que quedó escrito el texto final, la ambigüedad y la amplitud en que quedó”, mencionó la ministra.
En esa línea, agregó que la decisión de no firmar el tratado se tomó como gobierno, y que no fue una decisión individual de su cartera.
“Apoyamos la institucionalidad de nuestro país, la independencia y la seriedad de nuestros tribunales y la decisión soberana del Estado de Chile que establece que la firma de cualquier tratado internacional es de facultad exclusiva del Presidente de la República quien por sobre los intereses sectoriales, políticos o partidistas, debe cautelar el interés nacional y la soberanía de nuestro país”, añadió.
Desde la oposición criticaron la postura. La diputada Carmen Hertz (PC) señaló que se está desconociendo el papel diplomático de Chile porque fue uno de los países que impulsó esta situación desde un principio, argumentos que fueron repetidos también por otros diputados de la oposición presentes en la instancia.