Este viernes 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y, en la antesala de esta jornada, Global Forest Watch emitió su informe anual con datos preocupantes acerca del estado de la deforestación de los bosques primarios del planeta, situación que encabeza Brasil, acompañado de otros cuatro países lationamericanos en los diez primeros lugares.
De acuerdo al análisis, el mundo perdió el año pasado el equivalente a un área del tamaño de Suiza en bosques inexplotados y Brasil concentró más de un tercio de esta deforestación, reporte que este año llevó por nombre: “perdimos el equivalente a un campo de fútbol de selva tropical primaria cada seis segundos en 2019”.
En tanto, la superficie total de bosques tropicales destruida por el fuego y las excavadoras fue tres veces superior en 2019 en comparación a años anteriores.
Con todo, 2019 fue el tercer año más devastador para los bosques primarios de las últimas dos décadas: se destruyeron 38.000 kilómetros cuadrados (km2) de estos terrenos.
De este total, Brasil perdió más de 13.600 km2, mientras República Democrática del Congo e Indonesia ocuparon la segunda y tercera posición, con 4.750 km2 y 3.240 km2, respectivamente.
El cuarto puesto fue para Bolivia (2.900 km2), seguida de Perú (1.620 km2), Malasia (1.200 km2), Colombia (1.150 km2), Laos (720 km2), México (660 km2) y Camboya (630 km2).
Estos bosques desaparecieron sobre todo para destinar los espacios a la ganadería y la agricultura, según Global Forest Watch.
“Nos preocupa este nivel tan elevado de pérdida pese a todos los esfuerzos realizados por varios países y empresas para reducir la deforestación”, comentó Mikaela Weisse, que coordina el Global Forest Watch para el think-tank estadounidense World Resources Institute (WRI).
“Harán falta décadas, incluso siglos para que estos bosques vuelvan a su estado original”, y siempre y cuando se dejen de utilizar las tierras que ocupaban, afirmó Weisse a la AFP.
Los bosques primarios son primordiales porque albergan una gran biodiversidad y almacenan grandes cantidades de CO2 que se liberan con la deforestación, contribuyendo al cambio climático.
Tierras indígenas
Aunque los incendios forestales arrasaron parte de la Amazonía brasileña el año pasado, estos no fueron la principal causa de la deforestación, según los datos de los satélites en los que se basa el Global Forest Watch.
Así, surgieron nuevos focos de deforestación, como en el Estado de Pará, que corresponde a apropiación ilegal de tierras en la reserva indígena Trincheira/Bacaja.
Este proceso tuvo lugar antes que el gobierno propusiera una nueva legislación que flexibiliza la extracción minera, petrolera y gasífera, así como la agricultura intensiva en estas regiones protegidas. El presidente brasileño Jair Bolsonaro dio luz verde en febrero a este proyecto de ley.
Paralelamente, la epidemia de coronavirus podría agravar las cosas no solo en Brasil, uno de los países más afectados por esta enfermedad, sino en todos aquellos lugares donde los gobiernos tienen dificultades para hacer respetar las leyes en sus bosques tropicales.
“En todo el mundo nos llegan informaciones de un alza de la explotación forestal, la minería ilegal y la caza furtiva”, según Frances Seymour, del WRI.
Año récord en Bolivia
Bolivia registró una pérdida de bosques sin precedentes en 2019, 80% más que su último año récord con la desaparición de 2.900 km2.
Esta deforestación se debió principalmente a los incendios en los bosques primarios y vecinos para implantar la ganadería y el cultivo de soja.
En cambio, Indonesia registró un retroceso del 5% de la superficie total de bosques destruidos por tercer año consecutivo.
“Indonesia fue uno de los pocos datos positivos en cuanto a la deforestación tropical de los últimos años”, indicó recientemente en un blog Frances Seymour.